Extra I
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- ¿Lo has oído? -Valerie se asomó a la puerta de la habitación de mi residencia mientras yo terminaba de arreglarme el pelo, después de haberme pasado una media hora arreglándolo. Había llegado el día que tanto había esperado, el día de mi graduación. Porque por fin podría convertirme en la mujer que tanto había deseado ser, una mujer independiente.
Al llegar a la universidad no tuve que poner demasiado empeño en intentar adaptarme a ella, era como la imaginaba, sentía que encajaba aquí por lo que no tardé en hacer amigos, amigos de verdad. El señor Walter se convirtió en una persona bastante cercana a mí hasta el punto de convertirse en mi tutor, era una persona muy ocupada, pero siempre conseguía sacarme un pequeño periodo de tiempo para atenderme a lo largo del día.
- ¿El qué? -pregunté continuando mirándome en el espejo. Casi no me reconocía en el espejo, ya no era esa niña asustada que pensaba en las opiniones de las demás personas.
-La familia real asistirá a la graduación- intenté hacer un gesto de despreocupación, como si realmente no me importara lo que había dicho.
Para ser sincera no le hablé a nadie sobre Louis, ni donde suelo recurrir a dejar cartas anónimas sobre mi día a día. A veces me preguntaba si seguía recogiendo todas las cartas que escribía a mano, pues nunca había recibido ninguna respuesta.
- ¿De veras? -ladeé mi cabeza para ver su expresión emocionada. Moría de ganas por conocer al pequeño John, el cual supe de su llegada al mundo hace unas semanas por el periódico.
-Si antes estaba nerviosa, ahora estoy por desmayarme- su exageración me hizo reír. Ella caminaba de un lado a otro por mi pequeño dormitorio desordenado, ni siquiera le prestó atención a toda la ropa amontonada en un lado de la habitación, Valerie tampoco era demasiado fanática del orden.
-Sólo tendremos que darles la mano, relájate- traté de tranquilizarla parándola en seco, agarrándola de los hombros. Era extraño verla tan arreglada, solíamos usar el uniforme de la universidad y que usara vestido se me hacía peculiar.
- ¿Ni siquiera estás nerviosa por equivocarte en tu discurso? -preguntó extrañada. Solté un suspiro mientras desviaba mi mirada hacia el papel repleto de garabatos, me había pasado toda la noche planeando el discurso, para luego llegar a la conclusión que improvisaría.
Noté una ligera capa de sudor en su frente que me ocupé de secar con el pañuelo de encima de mi tocador, el pañuelo de Louis. Sé que debería haberlo deshechado, pero no fui capaz de hacerlo, me traía recuerdos bonitos, porque al fin y al cabo, fue de las personas que me hicieron abrir los ojos al mundo, nunca sería capaz de olvidarlo del todo.
-Deberíamos ir saliendo- comenté desviando la mirada hacia el reloj que colgaba en uno de los extremos de mi dormitorio. Por supuesto que estaba nerviosa, graduarme significaba empezar una nueva etapa, una etapa en la que podré construir esa vida que ansiaba por tener.
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La chica enamorada de la Luna
Romance[EN EDICIÓN] Un baile, un príncipe y una chica que es obligada a ir. Lo que ella no sabía era que ese baile cambiaría su vida por completo. ⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻⁻ -Esto es cansino. - ¿Lo que? ¿Tener que aguantar a toda esa ge...