La chica enamorada de la Luna

8 - La decepción de la familia

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La decepción de la familia

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Noté la mueca que pusieron ambos, ellos pensaban que les habían citado para hablar sobre mi compromiso.

-Cederé el trono a mi hijo en poco tiempo, él es el encargado de cuidar a su hermana, pero sus tareas como rey le mantendrá muy ocupado- continuó diciendo papá mientras yo colocaba mis manos sobre mis rodillas nerviosamente, ojalá poder hacer algo para no tener que aguantar a Isabella el resto de mi vida, pero tenía las manos atadas.

-Pero... ¿no tienen una doncella para ocuparse de eso? -La madre de Anna intentó ser cuidadosa con sus palabras para no parecer maleducada.

-Charlotte tiene un gusto muy específico- las palabras salieron prácticamente solas de mi boca. Tener a Anna aquí todos los días tampoco sería algo malo, podría pasar tiempo con ella mientras cuida a mi hermana.

-Pagaremos, muy bien- insistió papá con una sonrisa incómoda.

-No es cuestión de dinero- el padre de Anna se intentó negar nerviosamente. Pero, cuando paró su mirada en mí, su expresión se relajó- Lo hablaremos con ella- ¿había hecho cambiar de opinión a una persona con la mirada? Debo de enloquecer a todo el mundo siempre, ojalá ocurriera lo mismo con mis padres.

-Se lo agradecería. Es la primera vez que Charlotte está de acuerdo en algo con nosotros- dijo mamá en forma de agradecimiento. Habíamos intentado de todas las maneras conseguir niñeras, Charlotte espantaba a todas y cada una de ellas con sus bromas y trastadas. Esperaba que no aterrase a Anna el primer día.

Después de un rato más, los padres de Anna decidieron que era hora de marcharse. Había comenzado a atardecer y debía decir que desde la terraza del palacio había un paisaje impresionante del sol escondiéndose.

-Disculpen, señor y señora Andrews- me escabullí de mis padres para poder hablar en privado con ellos. Ambos se miraron confundidos entre ellos, pero no hicieron ninguna mala cara por no faltarme al respeto- Lamento que Anna no haya podido venir, pero quería disculparme expresamente con ella respecto a mi comportamiento anoche. Soy consciente que no fue apropiado- me disculpé.

-Majestad, mi hija también tiene un mal humor muy característico que no fue capaz de aguantar- la señora Andrews intentó callar mis disculpas, yo negué con mi cabeza, avergonzado de que culpase a su hija de algo que Anna no tuvo nada que ver.

-Mi comportamiento no fue apropiado- repetí, ladeé mi cabeza para ver al señor Andrews aceptando mis disculpas sin rechistar, parecía orgulloso de haber hablado con ellos sobre ese tema tan importante- Agradezco que hayan podido asistir y espero que Anna tome una buena decisión con mi hermana- terminé diciendo en forma de despedida mientras que una de las sirvientas les abría la puerta principal del palacio, invitándoles amablemente a irse.

Suspiré una vez que ellos abandonaron el palacio y me giré los pasos para dirigirme a mi habitación. Pegué un chillido muy poco masculino cuando me encontré a mamá de cara con una cara de pocos amigos. Le dediqué una sonrisa inocente mientras subía mis hombros, intentando incumpalizarme de mis actos.

-Te dije que no podías asistir a la reunión- me regañó haciéndome rodar los ojos fastidiosamente. Estaba tan harto de recibir órdenes, necesitaba un poco de libertad, algo que nunca había tenido.

-Quería disculparme con la señorita Andrews- intenté justificarme molesto. Noté como las sirvientas que nos rodeaban estaban escuchando disimuladamente nuestra conversación, a mamá solo le bastó una mirada para hacer que ellas se esfumasen del recibidor.