Capítulo 3: Primer día

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Luego de la clase, me reuní en uno de los pasillos del colegio con una de mis amigas, Lisa. Mientras ella revisaba que tuviera todo lo que necesitara para el próximo período, me di cuenta de que al final del corredor estaba él, con un libro abierto en sus palmas, frente a su casillero. Tenía la cabeza gacha y los ojos fijos en el texto, lo que hacía que su cabello se le viniera encima de su rostro.

- ...lo llamé pero me dijo que ya no tenía ganas de hablar conmigo, así que simplemente lo dejé en paz... ¿Isa? ¿Me escuchas? - Lisa sacudió una mano frente a mis ojos, y luego se dio vuelta para seguir mi mirada.

Asa, como el profesor dijo que se llamaba, no despegaba la vista de su libro mientras caminaba en dirección hacia donde estábamos nosotras.

- ¿Estás viendo al chico nuevo? Es tierno... se sentó sólo en el almuerzo.

- Lis, es su primer día. No es fácil entrar a una escuela sin conocer a nadie. - Dije, defendiéndolo febrilmente.

- Supongo...

El novio de Lisa llegó justo antes de que ella pudiera decir otra cosa. Se besaron, él puso su brazo por encima del hombro de mi amiga y la llevó en dirección contraria hacia donde yo estaba.

- ¡Nos vemos luego de clases! - Me gritó ella, ya desde una distancia considerable, y girando la cabeza por encima del brazo de Chase.

Lisa era mi mejor amiga. Siempre la envidié. Era una de las chicas más lindas del Instituto. Rubia, de pelo largo hasta la cintura y con un flequillo que le cubría las cejas. Ojos castaños como la avellana y una figura envidiable. Era todo lo opuesto a mi. Ella siempre insistió con que yo era muy bonita, pero sé que no lo soy tanto como ella lo es.

Noté cómo Chase y Asa chocaron hombros mientras caminaban cada uno en dirección opuesta. Por la diferencia de tamaños, el choque hizo que Asa fuera empujado hacia atrás. Puso una imperceptible cara de dolor y se llevó la mano al hombro, sin sacar la vista del libro que llevaba. Pensé seriamente en decirle algo, preguntarle si estaba bien, pero cuando pasó junto a mí me congelé. Siguió de largo. Su cara, vista un poco más de cerca, me resultaba extrañamente familiar...

En eso se me acercó Jason, un compañero de mi clase. Llevaba una caja abierta con lo que parecían unos sobres dentro. No hablaba mucho con él, pero sabía que le encantaba salir de fiesta. De hecho, a eso venía.

- Hola, Isabelle. Mira, voy a dar una fiesta este sábado. Invito a toda la gente que comparte clases conmigo, y tus amigas irán. Puedes traer un traje de baño debajo de la ropa, ya que tengo una gran piscina. - Me dijo mientras me extendía una invitación color beige con la dirección de su casa.

La tomé, me saludó con un "adiós" y se fue caminando por el pasillo. Casi siempre iba a sus fiestas, pero aún así no éramos íntimos en lo más mínimo.

Llegué a mi casa a la hora de almorzar, y luego de comer, me fui a mi cuarto a escuchar música y empezar con mis deberes. Antes de poder sentarme en el escritorio, la novia de mi padre me gritó algo así como "¡Lisa está al teléfono!". Atendí. Nos quedamos hablando por unos minutos acerca de cómo ella y Chase ya no estaban peleados y otras cosas más que sinceramente ya olvidé. Cuando terminó, le pregunté si Jason la había invitado a la fiesta. Ya sabía la respuesta, pero lo hice de todos modos.

- Sí, las fiestas de Jason siempre son grandes. Te puedo asegurar que va a ser genial. Invitó a toda la clase, y a algunos de cuarto también.

- ¿En serio?

- Lleva traje debajo, ¡no lo olvides!

Luego de eso, ella me dijo que se tenía que ir a su práctica de violín, y colgué.

No soy fanática de las fiestas, pero en ese momento realmente tenía ganas de ir.

Cosas del destino (Asa Butterfield fan ficción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora