Capítulo 14: ¿Una buena noticia?

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-  Isa...

- ¿Mmm?

- Tengo algo que decirte.

- ¿Qué pasa? - Respondí.

- Pues, uh... cómo lo digo...

Me miró fijo a los ojos por unos segundos, y luego a mi cintura.

- Es que... veo las cartas que tienes escondidas detrás tuyo, ¡tramposa!

- ¿Qué cosa? La verdad no sé de qué hablas Asa. - Traté de sonar indiferente. - No tengo la menor idea...

Sin poder terminar mi oración, se abalanzó sobre mí y me quitó las cartas que tenía detrás de mi espalda.

- No se puede jugar así, no me lo esperaba de ti...

- Bah, qué exagerado, era sólo una pequeña ayudita.

- No me extraña que siempre me ganes. ¿Qué otras cosas me ocultas, eh? ¿Tienes un cadáver enterrado en el patio de tu casa del que no me hayas contado?

- Uh, pues... No quería hablarte sobre ello pero... sí. Y el próximo vas a ser tú, sabes. - Solté, haciendo una mueca macabra mientras reía cual bruja de película infantil.

Asa se echó a reír a carcajadas, tanto que tuvo que tirarse hacia atrás, tomándose la panza en un esfuerzo por respirar.

La calle que daba a mi habitación estaba de lo más tranquila ese día. Nada de autos, nada de personas, sólo el sonido de los pájaros y las hojas chocando contra el viento. El sol que entraba desde mi ventana hacía que el piso en el que estábamos sentados jugando estuviera cálido y agradable.

- En fin, creo que doy por terminada esta partida, claramente gané yo por abandono. Mejor suerte la próxima vez, Is. - Comentó Asa, aún recostado en el piso, mirándome.

- ¡No abandoné!

- Hiciste trampa, quedas completamente descalificada. - Tiró sus cartas encima de mis piernas.

Estuvimos quizá más de una hora recostados en el tibio piso, cantando las canciones que se reproducían en mi ordenador, y charlando.

Después de que el baile terminara, un par de días atrás, tomé un taxi con Asa y ambos volvimos a nuestras respectivas casas. Las cosas quedaron un poco turbias al principio entre nuestro grupo de amigos. Ruby no quería hablar con Asa, lo cual es entendible, pero tampoco lo quería hacer conmigo, por lo que estuvimos evitándonos. Luego de unos días se me acercó y me pidió disculpas, y comenzamos a hablar de nuevo. Sin embargo, aún siento cierta tensión entre nosotras.

Y con respecto a Calvin, hablé con él al día siguiente, pidiéndole perdón por haberlo dejado en la fiesta, y explicándole la situación. "No te preocupes, Isa, no estoy enfadado. De todas formas me divertí", me dijo.

- ¿No hablaste con Ruby todavía? - Le pregunté a Asa, mientras miraba al techo.

- No, aún no. Creo que debería hacerlo cuanto antes.

- ¿Qué le dirás?

- "Perdón que no quise besarte pero tenías una lechuga en el diente".

- Sí, si quieres que acabe por matarte. - Reí.

- No lo sé, tengo que pensarlo bien. No quiero que me malinterprete ni nada. Aún quiero ser su amigo.

- ¿No estás interesado en Ruby?

- No realmente. Debí haberla confundido y hecho pensar eso. Me siento horrible.

Ya no había música. El sol del atardecer daba directo en la mirada perdida de Asa, lo que hacía que se vieran el triple de azules que de costumbre. Podía oír su respiración, suave y acompasada. Su mano estaba tan cerca de la mía...

"A comeeeer" se escuchó desde la cocina.

Era costumbre ya que Asa se quedara a comer en casa, y él se las había arreglado para llevarse muy bien con mi padre. Ya podía ser considerado uno más de la familia. La novia de mi padre había preparado pizza.

La cena estuvo tranquila, de no ser por lo que no creí que escucharía en mucho tiempo.

- Bueno, ya que estamos todos reunidos a la mesa, y con un invitado muy especial en nuestra casa, creo que es un buen momento para hacer un anuncio importante. - Comentó Ally.

- ¿Me compraron un juguete nuevo? - Preguntó mi hermanito, ansioso.

- No exactamente, Pedrito.

- ¿Qué ocurre, entonces? - Quise saber.

Lo único que hizo Ally fue pararse de la silla en la que estaba, y levantar la mano de manera que todos pudiéramos apreciar el carísimo anillo que llevaba puesto en el dedo anular de la mano derecha.

- ¿E... en serio? - Dudé, sabiendo lo que eso significaba.

- En serio, hija. Ya tenemos la fecha de la boda, y reservamos el lugar donde será la fiesta. Queríamos decírtelo cuanto antes. - Me explicó papá.

No dije nada más. Sólo les sonreí, un poco por compromiso. Asa felicitó a mi padre y a su ahora nueva prometida y no se habló más del tema en toda la cena. No sólo no se hablo más sobre eso, sino que no se habló sobre ninguna otra cosa.

Asa me ayudó a lavar los platos y luego se fue a su casa. Se le notaba un poco incómodo.

Eran alrededor de las once, y ya me había preparado para ir a dormir. Estaba tirada en mi cama, terminando de leer A este lado del paraíso, cuando mi padre tocó la puerta de mi cuarto.

- Isi, ¿me permites pasar? - Preguntó desde el otro lado.

- Eh... sí, pasa. - Contesté, a la vez poniéndome derecha para dejarle lugar.

Se sentó al pie de mi cama y me miró unos segundos.

- ¿Y bien? ¿Qué piensas al respecto?

- ¿Al respecto de qué? - Me hice la desentendida.

- Ya sabes, acerca del casamiento. Yo sé que debí preguntarte qué pensabas al respecto antes.

- Sí, sí debiste, supongo.

- ¿Estás enojada?

- No lo estoy. Eres un adulto, puedes hacer lo que quieras.

- Sí... sabes, elegí a Ally como mi compañera de vida por una razón, y esa es que sé que ella puede cuidar de ti y de tu hermano, y ayudarlos en lo que necesiten. Es una grandiosa mujer, y la amo. Espero que entiendas.

- Está bien, papá, no te preocupes.

- No quiero que pienses que reemplacé a tu madre, Isa. - Dijo finalmente.

No era realmente el comentario que quería escuchar.

- Yo sé que no.

Pareció como si el mundo hubiera parado. No se escuchaba ni un alma, y eso no ayudaba a la tensión que había en ese momento. Le di un abrazo.

- ¿Ya saben cuándo va a ser, entonces? - Pregunté para cambiar de tema.

- Sí, dentro de dos semanas, el martes. Alquilamos un salón muy bonito al aire libre. Sólo espero que haga buen tiempo. Puedes invitar a quien tu quieras a la boda.

- ¿A quién yo quiera? - Confirmé.

- A quien tu quieras. Ve a dormir, es tarde. - Me dio un beso en la frente y salió.

¿A quién debía invitar? Asa vendría sin otra opción; mis padres conocen a los suyos, pero, ¿debía invitar a Ruby? ¿Y a Calvin? ¿Aceptarían la invitación?

Me dormí mientras trataba de resolverlo en mi cabeza.

Cosas del destino (Asa Butterfield fan ficción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora