El viernes llegó más rápido de lo que pudiera haber imaginado. En un parpadeo, la salida familiar se convirtió en una mañana lluviosa de otoño. Fue una semana tranquila, Más aburrida de lo normal sin la presencia de Asa en el colegio, lo que a su vez, sin embargo, me facilitaba las cosas. Este era un día especial en el cual nuestra escuela no dictaba clases para organizar los últimos detalles del baile y también para darle tiempo a los estudiantes de confirmar sus parejas o lo que fuere.
Me levanté con mi celular vibrando al son de Friday I'm In Love. Las gotas chocaban contra la ventana suavemente y dejaban su rastro en la superficie como caminos de hormigas. Hacía ese frío característico de estas épocas del año. Volteé y atendí.
- ¿Huh? - Fue lo único que atiné a decir de lo dormida que estaba.
- ¡Querida! Ya me había comenzado a preocupar. Pensé que habías muerto ahogada con tanta lluvia, o peor, que habías olvidado que hoy vamos a comprar ropa con las chicas. - Claramente, era Lisa.
- No exageres, no llueve tanto. - Me froté los ojos con la mano izquierda mientras la derecha sostenía el teléfono - ¿A qué hora vamos a ir?
- A las dos, en la avenida comercial. Paso por tu casa.
- Bueno, nos vemos. - Dije entre bostezos.
- ¡La próxima duérmete más temprano en vez de quedarte viendo series hasta las tres de la mañana! - Cortó.
Ella ni siquiera sabía si eso era verdad, pero estaba completamente en lo cierto. Me quedé dormida viendo un capítulo de The Office.
Lisa llegó poco después y juntas partimos hacia nuestro destino, donde nos reuniríamos con Ruby y Rose. Estaba tan elegante como siempre, con un vestido de franjas blancas y verde agua pegado al cuerpo, unas botas y una chaqueta de cuero, haciendo juego con su paraguas. Podía nevar, haber un tornado o un tsunami pero Lisa siempre se seguiría viendo impecable.
- ¿Ya tienes una idea de lo que quieres? - Comentó en el trayecto.
- La verdad es que no. Ojalá pudiera ir con jeans y una camisa. No tengo ganas de arreglarme demasiado. Me da flojera.
- Oh, vamos, no te pongas así. Mañana me acompañarás a la peluquería y juntas nos haremos algo especial, ¿Qué te parece?
- ¿Estás loca? No confió en los peluqueros ¿Y si por equivocación termino quedando calva o con el cabello verde? No me pienso arriesgar. Punto final.
- El cabello verde se te vería genial, de hecho. - Me confesó a la vez que entrecerraba sus ojos. - Si me acompañas te regalo un libro.
- Hecho. - Dije sin pensarlo dos veces.
Llegamos a la esquina de Maryland street y Garden avenue, las dos avenidas principales de la ciudad. Allí estaban las chicas, esperando bajo un paraguas abierto inútilmente ya que no estaba lloviendo en ese momento. Juntas comenzamos a caminar a lo largo y ancho del lugar. Tardamos un rato en escoger la tienda ideal para cada una. Tenemos gustos realmente diferentes.
A pesar de haber dicho que no me quería arreglar demasiado, sí quería verme bien. Debo admitir que estaba ansiosa por ser la pareja de Calvin, y quería impresionarlo tanto como pudiera.
Rose y Ruby compraron sus vestidos en el mismo lugar. El de la primera era simple, color rosa pastel y con volados en la falda, fino y aniñado a la vez, lo que concordaba perfectamente con su personalidad. Ruby eligió uno corto, pegado al cuerpo, sin tirantes y color negro. Le quedaba realmente bien.
Más tarde acompañamos a Lisa a que encontrara el que más le gustara. Tardó un rato pero por fin escogió un vestido atrevido y elegante, rojo, que dejaba su espalda al descubierto y hacía que su busto pareciera más grande. Lejos de hacerla parecer una chica fácil, le favorecía en todos los sentidos.
Yo todavía seguía sin encontrar nada. Sumado a que no me gustan los vestidos, tampoco me entusiasma enseñar mucha piel ni usar ropa incómoda. Creo que no debí comentárselo a Lisa, porque ésta insistió en que esta noche iba a ser mi noche para brillar y que debía probar cosas nuevas. Finalmente terminó convenciéndome de que elija algo que normalmente no usaría. Fuimos a una de mis tiendas favoritas, donde siempre tienen ropa de mi tipo, linda pero sin ser ostentosa o extravagante. Luego de mucho meditar, encontré un vestido hermoso oculto entre varias prendas y me lo probé. Era de color marfil, sin llegar a ser blanco, con vuelo en la corta falda, una cinta negra que pasaba debajo del busto y terminaba en un moño, y escote corazón. Era perfecto, algo que no me pondría normalmente pero que aún así moría por estrenar.
Cuando salí del probador, Lisa profirió un ruido sordo de emoción, llevándose las manos a la boca, como siempre hace cuando algo la sorprende, y Ruby y rose hicieron comentarios como "¡que bonito!" o "¡estas preciosa!". Así era como me sentía en ese momento, y eso no suele pasar seguido.
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« Hoy es el gran día ¿Te paso a buscar a las diez? :) »
Mensaje de Calvin. Esa última semana habíamos pasado mucho tiempo juntos, en la escuela y fuera de ella.
« Te espero » Contesté.
Unas horas antes del gran evento, acompañé a Lisa a la peluquería como le había prometido. Ella comenzó por cortárselo un poco y hacerse unas ondas, lo que le daban un toque informal a su elegancia de siempre.
- Bien, ya vine. Sigo esperando mi libro.
- No, señorita, nada de eso. Te prometí el libro si tu también te hacías algo. Libro por corte; es un buen trato. Piénsalo. - Me persuadió, guiñándome un ojo.
Cedí, y dejé que ella escogiera qué era lo que me iba a hacer el peluquero. A estas alturas, ya poco me importaba.
No quería ver los resultados hasta que terminara. Estaba aterrada; nunca iba a la peluquería para algo más que un corte de puntas. Me quedé leyendo una revista o jugueteando con mi celular. Cuando el peluquero concluyó con su trabajo, levanté la vista y lo comprobé. Me había cortado un poco por debajo de los hombros y estaba completamente lacio. Podía sonar simple, pero me veía realmente diferente.
Ambas tomamos caminos diferentes después de eso. En mi casa, esa tarde, me maquillé, peiné y puse el vestido. Para cuando terminé, me contemplé en el espejo del baño; ese espejo que me vio pasar por los mejores y los peores momentos de mi vida, y que siempre reflejó la verdad. Lo que no se podía cambiar. En ese momento, me reflejaba a mí y solamente a mí. Mi pura y verdadera yo, sin importar lo cambiada que pudiera estar.
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Cosas del destino (Asa Butterfield fan ficción)
FanfictionUna joven aburrida de su vida conoce un chico que podría darle un poco de emoción a sus días, el cual se muda a la casa de enfrente. Y este chico es nada más y nada menos que una estrella de cine. Para ser más precisos, Asa Butterfield. Tanto la his...