Oscuridad [Frey Stein Y Tu]

Capitulo 18

Penúltimo capítulo :).

Daniela:

Si hay algo en lo que nunca fui buena, era en detener a las personas con sus impulsos.

Y justo ahora, no sé cómo detener a Frey con el impulso de matar a mi padre.

—¡Frey! ¡Espera!— grito desesperada corriendo tras el.

Si, digamos que el contarle lo de mi padre lo...altero, un poquito.

Cuando se lo dije, (que fue cuando ya habíamos terminado los helados) Emprendió una corrida hacia Wilson solo con el propósito de "acabar con el mal".

—¡Frey Stein!

El, ingnorando mis llamados, sigue corriendo hasta que llegamos a la otra entrada del bosque.

Veo como se introduce al bosque y lo sigo.

—¡Paraaaaa!— digo desesperada.

Si, una desventaja ahora mismo, es que el es mucho más alto que yo, por ende, corre más rápido.

—¡Frey! ¡¿Puedes parar de una maldita vez?!— grito desesperada.

Veo como se detiene y se da la vuelta con la mandíbula apretada.

Si...mala idea, probablemente hubiera sido mejor haberlo dejado ir.

—¡¿Que?! ¡No puedes, decirme todo lo que ese idiota te hizo, y no esperar que quiera matarlo, Daniela!

Me quedo algunos segundos en silencio, jugando con mi manos, nerviosa y moviendo mi talón en círculos.

—Tampoco hacia falta que me gritaras...

El suelta un bufido y tira su cabeza hacia atrás, supongo que buscando paciencia.

—Agh, lo único que digo, es que el es un idiota que no merece vivir.

—¿Y tú lo matarás?— digo un tanto divertida hacia el.

Porque si bien, agradezco que haya parado, ya que ahora mi respiración está pesada y agitada por tanto correr.

—¿Y si lo hiciera? ¿Qué más da?

—No eres un asesino, Frey...

El me ve unos segundos, en silencio, como analizandome. Luego algo parece hacer clic en su mente y suelta un bufido.

—Pue si no lo soy, me convertiría en uno para hacer que tu vida ya no sea una mierda— dice simple.

—Ok, aprecio eso, pero no necesito que mates a mi padre— digo simple.

Oigo como una rama es quebrada y me giro rápidamente hacia ese lugar, veo de reojo como Frey también lo hace.

Avanza hacia mi y luego me coloca detrás de él como forma de protección.

—Seas quien seas, sal ahora— dice Frey, simple.

Y la persona sale y ahí ahí como Sofia esta un tanto extrañada.

—¿Daniela?— pregunta un tanto confusa hacia mi.

—¿Sofia?— digo igual de extrañada y confusa.

¿Qué carajos hace aquí?

—¿Que haces aquí?— pregunta hacia mi, saliendo detrás de un árbol.

—¿Qué haces tú aquí?— contradigo.

—¿Se conocen?— dice Frey, confuso.

—Lastimosamente— responde Sofia.