Capítulo •3• V.2

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La carroza se dirigía a la mansión Joestar, en su interior Dio y Pucci hablaban sobre lo que sucedería a largo plazo.

_Dejame entender. Entonces quieres que me comporte como un niño burgués, ser un lame botas de los Joestars ¿Y así tendré la fortuna?
_Si, así es, no hay que hacer nada más que eso, mantenernos callados y cuando el patriarca muera usted tendra su herencia. Confío en que usted podrá cumplir su meta

La carroza se detuvo, los caballos relincharon "Usted primero, Lord Dio" dijo Pucci y abrió la puerta, la maleta de Dio salió y él salto detrás de ella.

El joven peli-azul vió como llegó la carroza y al acercase saludo al rubio.
_¡Hey! Tú debes de ser Dio Brando ¿No? Me presento, soy Jonathan Joestar.

Bajando de manera más pacífica Pucci cerró la puerta e hizo una reverencia hacia Jonathan.

_Usted debe ser el Joven Joestar ¿O mis oidos me fallan? Ja ja ja, lamento la forma de aparición de Dio.
_Pense que te dije que no hablaras sin permiso... Y más que bajarás sin mi orden, lo dejaré pasar, por ahora.

La conversación era punzante de un lado contra el otro, algo Jonathan perdido vio como Danny se acercaba para jugar al verlo regresar.

_Si el caso es que eres Jonathan Joestar, entonces si, soy Dió Brando, y esté aquí detrás mío es Pucci y soy su am-
_Protegido, cuando falleció su honorable padre me hice cargo como siempre lo he hecho, y al saber que su padre lo mando a vivir con ustedes debía asegurarme que pudieran cuidar a mi querido niño.

Pucci hablaban con cierto tono de preocupacion, buscaba apelar a la caballerosidad de Jonathan.

_¿Mm? Señor Pucci, no sabía nada de eso, pero creo que Dio si podrá vivir aquí con nosotros ¡De lo prometo yo personalmente!

Danny ladrando al intentar acercarse a Dio fue espantado por la presencia de Pucci, que hizo que se escondiera detrás de Jonathan

_¿¡Danny, que pasa!? Solo es de color, también es humano «creo...»

De la puerta de la mansión salió George Joestar I el cual vio a su hijo con su perro, a un joven rubio y a una persona morena enfrente de una carroza, al ver al joven rubio lo reconoció por el parecido de su padre.

_Tu debes de ser Dio Brando, el hijo de Dario Brando, a tú padre le debía un favor, recuerdo que me llegó una carta de él sobre su enfermedad, de verdad lamento tú perdida.

Dio hizo una reverencia y detrás de él, Pucci también.

_No podía esperar a que mandarán una carta en respuesta, por eso decidí venir personalmente para no hacerle gastar tiempo ¡Quería saber si puedo vivir con ustedes! «No puedo creer que Pucci no solo me obligará sino que logrará que pudiera hacer esto, rebajarme a este nivel... Patetico.»
_Y lamento tener que venir yo sin aviso tampoco, pero como mi protegido, tenía que asegurarme que Dio recibiera sus necesidades sin que le falten nada.

George se sorprendió de esto tan repentino a lo que solo elevo las manos un poco para agitarlas lentamente diciéndoles.

_Calma, calma, calma, no es necesario decirlo, cuando me llegó iba acceder completamente, Dario salvó mi vida y claro que aceptaré a su hijo, pero no sabía que Dio fuese su protegido ¿Señor?
_Pucci, pero por favor no me llame señor, mi único señor es Dios
_De verdad, no se preocupe amigo, le aseguro que a Dio le daremos todas las necesidades, si usted quiere podemos pasar para saber que es lo que necesita
_Muchas gracias, pocas veces me tratan como una persona, más en lugares como estos
_Por favor, me imagino, incluso puedo desocupar una habitación vacía para que se hospede y pueda seguir cuidando a Dio
_De verdad, gracias, es usted un muy buen señor.

George invito a Pucci a pasar y ambos subieron por las escaleras hablando, Dio y Jonathan se quedaron a fuera y le sonrió por la emoción

_En ese caso yo puedo guiarte por la mansión hasta tu habitación, Dio, déjame llevar tu equipaje

Jonathan alcanzó la maleta de Dio comenzando a llevarla, este apretó el puño pero puso su mano en su hombro.

_Jonathan Joestar, supongo que comenzaremos a ser hermanos ¿No?
-Momentos antes en la carroza- «Y recuerde Lord Dio, trate a Jonathan y a George como si fueran su familia, al menos hasta que George muera y pueda quedarse con parte de la fortuna» Espero que no te moleste tener que compartir la mesa conmigo.
_¿Porque me molestaría?, siempre he querido tener un hermano y supongo que podemos ayudarnos mutuamente ¿No?

La mano que no llevaba la maleta la usó para acercarla y darle un saludo formal.

_Hmm... Si, supongo que nos llevaremos muy bien, hermano mío.

Dio le estrecho la mano a Jonathan con fuerza pero con una sonrisa falsa en su rostro, sin saber en el infierno en el que lo metería.

Capítulo:Π·3 V.2·Π FIN

El hombre detrás del DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora