Capítulo •17•

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28 de noviembre 00:23

La noche se cernía sobre el pueblo, el bar cerraba y Emporio al terminar su jornada subió a su habitación que lleva alquilando desde hace ya siete años, una habitación pequeña a decir verdad, una cama que se podría llamar cómoda, junto a una ventana la cual permitía ver la calle y un escritorio maltratado y una silla del bar que ya hace tiempo fue tirada, pero con un poco de madera y clavos pudo ser útil.

Emporio soñaba cada noche con lo que fue alguna vez su vida, sus amigos, la prisión, toda su vida vivió ahí y el poco tiempo que estuvo fuera se dedicó a buscar a Pucci y cuando finalmente lo encontraron fue tarde, demaciado tarde, el recuerdo de ese día... O quizas noche ¿Amanecer? ¿Anochecer? Ese recuerdo no le permitía pasar una noche completa, a veces le privaba por completo del sueño.

La ciudad contra todas las posibilidades era bastante más calmada de lo que las películas y libros la hacían pasar, a Emporio el caminar por la noche le ayudaba a liberarse de ese estrés, aunque siempre había algo que le hacía regresar a su cama a reflexionar

_Estoy vivo porque el destino lo quiere ¿O el destino ya me abandono y quiere que yo mismo decida? Mi elección es el de sobrevivir, pero cada noche... Cada noche sabiendo que él está ahí me hace pensar que solo está esperando a que de un mal paso y acabe conmigo... ¿Pero porqué no hizo nada? Pucci sabe más que nadie que es inevitable ¿Pero realmente lo es? Decidió estar en esa capilla... Si decían la verdad significa que Pucci cambió... O quizás no... Debo de hacerlo, no puedo seguir dejando está duda en mi por más tiempo...

Emporio se levantó de su cama tomando su abrigó y una vela, salió del bar, en dirección a la capilla, estaba vacía, lo normal a estás horas, pero la puerta no se encontraba cerrada, solo avanzo hasta la puerta que lo llevaba a la oficina, espaciosa, curioso que un armario se mantenga en un lugar así, la silla junto a la ventana y frente un escritorio, fue directo al armario, la vela la puso en el escritorio, no había llave tampoco, una preocupación menos.

Exploró el armario donde solo había ropa vieja y sucia, excluyendo una, un traje menos viejo que el resto a simple vista, pero que resaltaba por su color blanco y una gran mancha carmesí, holia a sangré.

Emporio con la sotana en sus manos solo podía razonar sobre que había pasado, sobre cómo Pucci lo asesino y en algún lugar oculto el cadáver, ya todo está guardado en su lugar, con la sotana tomada con fuerza salió de la capilla, pero al ver un carruaje ir en su dirección se metió rápido, viendo por la ventana como seguía de largo y cuando se perdió en la distancia fue hacia el bar donde se encerró en su cuarto, dónde repenso que fue sucediendo hasta ahora

27 de noviembre 14:38

Desde el estudio de George se escuchaba como discutía consigo mismo, los sirvientes no podían entrar porque George los echaría a punta de botellazos.

Dio salía de su habitación y podía ver a la distancia y se acercó para ver quien saldría lastimado

_¿Estará bebiendo vino o volvió al alcohol fino?
_Amo Dio, no sabe lo que está sucediendo, semanas pasaron que su padre no sale y solo escuchamos vidrios romperse
_Que raro... ¿Y quién le da la bebida?
_Nadie amo Dio, nadie le da nada y no sabemos de dónde la saca
_¿La bodega está completa?
_Creo que si, amo Dio

Dio sentia una gran duda:

¿Si su padre no salío nunca, nadie le da alcohol y la bodega está completa, quien le da alcohol?

A esta incógnita Dio fue a las bodega, como lo pensaba no se veía que se hubiera abierto, a lo que decidió abrirla, todo seguía en su sitio, cada botella en su lugar, todas llenas. A estas dudas que flotaban en su cabeza Dio fue al estudio de George, los sirvientes no sabían que hacer, a lo que Dio fue a su habitación y volvió, los sirvientes estaban sufriendo una mezcla de miedo y coraje, lo veían acercarse poniéndose sus guantes de boxeo.

_Bien, abran la puerta
_¿Pe-pero que planea hacer, amo Dio?
_Noquear a mi padre para que puedan limpiar, es obvio
_¡Usted está loco si cree que le permitiremos le haga eso a su padre!
_Entonces ve tú y sácalo.

Gritos histéricos de George se escuchaban desde el cuarto y los sirvientes decidieron abrir la puerta a Dio, esté paso dentro y vioa habitación.

Botellas de vino y whisky, rotas, vacías, llenas, las copas se encontraban por el suelo, los muebles rotos, estantes y libros por el suelo, la chimenea apagada, casi se podía ver como una parte había llegado a quemar la alfombra, a esto se agrega el deterioro que tenía George sobre si mismo y la perdida cognitiva por el abuso del alcohol

_Hey, padre, acércate un poco
_y tUuUú... ¿Quuuuieen... Quieeenn... Qui en eressshh..? –Decia George apenas conectando ideas-
_Mirate, borracho, bañado en tu propia orina y sudor, desde que te creíste alguien como para dedicar tu vida al alcohol y el vino sin nada más... Perdiste el respeto de tus hijos y sirvientes. Eres basura.
_¿¡Quien ereesh!? ¿¡Que quieerees!?

Dio se acercó caminando a George para estar frente a él, su hedor era puro alcohol, su mirada ya no transmitía algún rastro de humanidad, pero a diferencia de su verdadero padre no había irá, sino miedo, apenas podía mantener el puño abierto, pero con fuerza lo apretó y de un derechazo derribo a George dejándolo inconsciente.
Los sirvientes entraron para ver a Dio cargándo a George sobre su hombro, pesaba de una manera impensable, pero con la fuerza que tenía pudo bajar las escaleras y dejarlo en el sofá. Cuando intento comunicarse con algún doctor el de toda la vida estába fuera del país, pero un doctor de unos pueblos más al sur pudo llegar unos días después, en ese tiempo los sirvientes pudieron limpiar y sacar todas las botellas, todas las copas y asegurarse de que todo quede impecable, George estuvo por orden de Dio bajo llave en su habitación, Jonathan no se pudo enterar de estos temas por lo que Dio se hizo cargo de buscar de dónde salieron esas botellas, pero aún había una duda ¿Quien le daba el alcohol? ¿Por y para qué alguien lo haría?

Capítulo:Π·XVII·Π FIN

El hombre detrás del DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora