Capítulo •2•

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Pucci junto a Dio iban en dirección a la mansión de los Joestars, una propiedad tan grande y basta como su riqueza Inglesa.
En el pueblo donde se empezaría una feria que divertiría a grandes y chicos por igual, un joven rubio de ropaje blanco pasaba entre los callejones del pueblo, está desconcertado, no sabía dónde estaba y mucho menos si es que estaba
_(Esto... Luce como un pueblo antiguo, uno inglés, pero no lo comprendo, ¿Porqué Pucci nos llevó hasta aquí? Esto parece londres, o una comuna inglesa, no, no podría ser, esos trajes y sombreros solo se usan en galas)
Salía del callejón con su ropa blanca, la pistola en el pantalón para que no la vieran, y comenzó a pensar sobre que estaba pasando, hasta notar el acento de las personas, un acento tan marcado
_(I-Inglatera ¿¡Esto es Inglaterra de 1800?! ¿¡Pero que se supone que haré!? No puede ser ¿Que buscaría Pucci en ese lugar en específico? Vamos Emporio, recuerda lo que buscaste sobre la familia de Jolyne y Jotaro-san)
Emporio al saber que Jolyne llegaría a la prisión comenzó a buscar información suya y de su familia y el interés que podía tener el sacerdote sobre ella, la información lo llevo hasta encontrar la Fundación Speedwagon, fundada por Robert E.O Speedwagon, quien (segun su biografía) era un tipo sin futuro que vivía de los callejones de una decadente Inglaterra hasta que conoció a un hombre quien le cambio la vida, y gracias a una fuente de petróleo fundó la fundación Speedwagon en memoria de ese hombre, Jonathan Joestar.
_Claro! Pucci seguía la filosofía de Dio, y él era el hermano de Jonathan Joestar... Pero... Todo lo que se sobre Jonathan es lo que había dentro de la información de la Fundación... Era de Inglaterra, familia rica, noble, se caso con una mujer llamada Erina Pendelton, y ella era la abuelo de Joseph Joestar, el abuelo de Jotaro-San...
Emporio decidió salir del callejón tratando de pensar en dos cosas, dónde estaría Jonathan y dónde podría estar Pucci.
Las personas al ver al joven rubio vestido de blanco o le ignoraban incómodamente o lo veían con algún tipo de "¿Y este quien se cree?" En el rostro, mientras más se adentraba en las calles del pueblo vio una carroza oscura jalada por dos caballos, por su ventana aparte se ver su interior morado y rojo vio a dos figuras, un joven rubio y un hombre negro, ambos hablaban, Emporio estaba confundido pero continuo caminando, el pueblo ya había acabado y comenzaba un gran prado donde a la lejanía se veía una gran mansión quien tenía una vibra de familiaridad.
En esos prados, Emporio veía a dos adolescentes acosando a una chica rubia y a su muñeca, al ver esto pensó que estaría pasando por lo cual se fue acercando de a poco hasta ver a un joven peli-azul gritarles para que se detengan, pero termino golpeado y en el suelo, para Emporio no solo pareció patético, pero sintió algo, algo que solo había notado antes cuando se encontraba con Jolyne.
Cuando el joven se alejo y solo quedó la joven ahí con algo en su mano Emporio no quería interferir ya que terminó y continuo caminando, la carroza pasaba por el largo camino de tierra hacia la mansión, entre el pequeño bosque que había se quedó entre los árboles, viendo cómo se detenía la carroza, se escuchó algo pesado caer y pisadas.

capítulo II -Fin-

El hombre detrás del DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora