Capítulo •9•

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Las semanas habían pasado, no había rastro de Emporio ni de Pucci, nadie sabía dónde se encontraban hasta una tarde donde una carroza llegó, era Pucci quien había regresado de su búsqueda personal, fue recibido por la familia Joestar
_Me alegra tanto verlo de regreso señor Pucci, ha pasado un tiempo, dígame ¿Cómo fue? ¿Hizo todo lo que planeaba? -decia Geroge tratando de estrecharle su mano-
_Si, hice todo a lo que me propuse y creo que aprendí más de lo que esperaba a decir verdad.
Pucci con una maleta que cuando se fue no tenía entro por la mansión, fue por el vestíbulo, subió las escaleras, cruzó el pasillo hasta su habitación donde se encerró y no dió signos de querer salir.
Dio y Jonathan al enterarse del regreso de Pucci se preguntaban que fue a hacer después de tantos meses
_¿Cres que fue a visitar familiares? Tu lo conocías más
_Lo se, pero nunca me dijo que iba a hacer, solo que debía ir a buscar algo
_¿y si está casado?
_Jonathan, acabo de decirlo, no lo creo, nunca mencionó algo de familiares o algún amigo
_O quizás fue a estudiar, aunque no se si se le permitiría
_O solo fue de vacaciones por gusto
_Haria lo mismo a decir verdad.
Más allá de los motivos para regresar a la mansión Pucci estaba acostado en su cama viendo al techo, no había música, no había pensamientos sobre algo, solo era él y su silenció.
Los hermanos acompañados de Danny, llegaron a la riviera del río donde la joven Erina se encontraba viendo el agua cristalina
_Buenas tardes Erina
_¡Jonathan! -decia alegre la jovencita levantándose y viendo a su amigo y luego veía con una cara más de disgusto a su lado- Y... Dio...
_No seas tan amable, me matas de verdad
_Vamos, se que lo que hizo Dio está mal pero ya pidió perdón y se arrepiente ¿No es así?
_No me arrepiento de nada
_¡Dio!
_Tampoco lo perdonaría ¡Es un animal!
_¡Erina!
_*¡BARK!* -Ladraba Danny olfateando el árbol cerca del río-
_¡Danny!
La tensión del momento era fuerte y no había forma de evitarla, era algo con lo cual vivir se quiera o no, Erina no perdonaría a Dio por nada del mundo y a Dio no podía importarle menos.
_Esta bien, puedo perdonarlo... Pero a cambio... quiero que me pida perdón, de rodillas
_E-erina, no crees que eso es un poco-
_¡NI SOÑANDO MUJER! ¿ACASO QUIERES VERME LA CARA DE BUFÓN?
_Me obligaste a besarte y te hiciste el importante con tus amigos, claro hasta que Jonathan te golpeó.
¿Y no puedes solo arrodillarte por una dama? Hm, que poco hombre
_Erina, se que quieres que te pida perdón, pero no creo que-
Dio se tiró al suelo de rodillas y juntando sus manos le rogo que lo perdonará
_¡Esta bien Erina, tienes razón! Lo que hice no lo hace un caballero de verdad pido perdón y quiero que me perdone, de verdad
_Mmm, no se, no siento honestidad realmente...
_N-ngh... P-por favor, me arrepiento de lo que hice,
¡Solo quiero pedir perdón para que esto no puede en mi conciencia!
_Bien, bien, en ese caso si, te perdono, pero levántate que pareces ladrón, jajajajaja -La pureza que transmitía Erina feliz era algo que ablandaba a Jonathan con un sonrojo en su cara y un suspiró-
_Bien, ahora que estoy perdonado espero que... Que podamos ser amigos... O algo así...
Jonathan estaba más enfocado en Erina, casi ignorando lo que pasará a su alrededor y Erina solo asintió dejando de reír tomando la mano de Jonathan para ir al pueblo y Dio los siguió junto a Danny.

[Varias semanas antes]

Entre las calles más oscuras de Inglaterra Pucci estaba pasando por un momento de debilidad, la bebida había sido su placebo para su dolor
_¿Que se supone que haga? Wang-chu tiene razón, Lord Dio podía hacer todo sin mi y yo... Y yo... Solo soy un seguidor más, ciego ¿Que hago con mi vida? Solo quiero que sea grande y fuerte, una deidad y lleve todo a un mundo perfecto, pero... Pero... Yo... ¡Yo no lo sé! -Gritaba borracho Pucci destruyendo su botella de alcohol contra una pared perdiendo los estribos de la situación al ver su propia inutilidad en los actos que llevaba- Sigo sus enseñanzas, sigo sus ideales, pude elevarme al cielo yo solo, derrote a los Joestars y ahora puedo empezar un nuevo mundo por usted, Lord Dio, pero... Que se supone que haga yo, si usted ni siquiera sabe que será alguien magnífico... Soy... Soy patético, y aunque creará un nuevo mundo, usted está muerto, y nunca podrá disfrutarlo... Dio... Lord Dio...

[Semanas antes incluso de esos eventos]

Corriendo de la mansión Joestar con el libro en mano Emporio llegó al puente donde mirando que nadie lo siguiera solo podía respirar alteradamente hasta tranquilizarse, vio el libro en sus manos y lo sentía
_(Este... Es el libro, el libro del que Pucci hablaba sobre cómo podía alguien elevarse al cielo...) -Se dice que Dió lo había escrito en sus años de recuperación antes de la batalla contra Jotaro y que este lo había leído y luego quemado, por eso mediante un engaño, Pucci tomo su disco de memoria- (Pucci no está, nadie sabe que no estoy en la mansión y dudo que alguien sepa de este libro, tenía demaciado polvo encima... Quizás, si solo lo leo un poco...)
La tarde paso, los últimos rayos del sol se ocultaron y Emporio estaba aterrorizado, el libro tenía material que nadie debía conocer, con un descontrol indescriptible comenzó a arrancar la tierra del suelo para tirar al libro y taparlo con toda la tierra, su sudor y lágrimas caían y comenzaba a pisotear el suelo para nivelarlo para que nadie pueda encontrarlo.
Continuo en la noche hacia el pueblo donde fue al cuarto que alquilaba y ahí en la oscuridad de la noche, de la oscuridad de la habitación y en lo que leyó solo podía intentar conciliar un sueño forzado que no sabía cuándo llegaría.

Capítulo IX - Fin

Gracias a todos por seguir la historia, me gustaría saber cómo ven la historia hasta el momento, de verdad quiero traerles lo mejor ✌️



El hombre detrás del DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora