CryBaby [Fictober 2021]

Sweet Escape

Ship: Ron x Luna
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El sol se colaba entre las copas de los árboles y el sonido de las criaturas pertenecientes a aquel lugar desplazándose por el mismo inundaban sus oídos. Antes solía temer a aquellas criaturas desconocidas, antes la misma idea de entrar al bosque prohibido hacía que su piel se pusiera de gallina, pero todo eso cambió cuando Luna llegó a su vida.

Daba vueltas por el bosque, alrededor de esa gigante roca que había sido cómplice de cada una de sus aventuras, con aquel sentimiento desagradable de arrepentimiento impregnándose por todo su ser hasta causar que algunas descaradas lágrimas cristalizaran sus ojos.

¿Por qué tenía que ser tan idiota? ¿Por qué Harry tuvo que contagiarlo de su mala suerte?

Luna podía hacer que superará todos sus miedos y lograr hacer que su mente se abriera a todo tipo de posibilidades, de sensaciones y de experiencias. Luna le había mostrado un mundo lleno de nuevas probabilidades, le había enseñado a ver la vida de una manera fantástica.

Se habían encontrado en el momento perfecto de sus vidas, estar juntos hacía que ambos se sintieran plenos, felices, en calma. Eran el lugar seguro del otro, cómplices, amigos, pero por sobre todo, honestos tanto con ellos mismos como con el otro.

No podían culparlos por enamorarse.

Luna había sido su apoyo emocional desde el momento en el que se hicieron amigos. Él siempre solía ser el soporte de sus amigos, la voz de la razón y el más calmado, pero los problemas de sus amigos a veces podían llegar a sobrepasarlo. Después de todo, todos necesitan a alguien que los escuche, que los comprenda, que los tranquilice y aconseje, y eso era lo que había significado Luna para él desde el momento en el que la conoció.

Ron por otro lado, había sido la primera persona que la comprendió a la perfección, porque, aunque no lo parezca, Ron fue una de las personas con la mente más abierta que Luna había conocido en toda su vida; escuchaba cada una de su teorías y se abría completamente a que ella le mostrará su manera de ver la vida, de vivirla. Él jamás la trató de loca ni la llamó con apodos crueles como si solían hacerlo la mayoría de las personas. Y aunque sí, Luna amaba a Ginny, Neville y Harry con todo lo que su corazón le permitía, ninguno de ellos había logrado comprenderla —de Hermione ni se diga—, nadie tan bien como Ron.

Cada que estaban juntos era como estar en casa, estar seguros. Sentirse amados, escuchados y comprendidos. Tal vez haya sido por eso que a Ron le costó tanto la idea de separarse de ella, tal vez por eso actuó como actuó.

Y por eso mismo era que la culpa lo carcomía por dentro en esos precisos momentos.

Él nunca había sido de esos que se enfurecen con facilidad, a pesar de ser Gryffindor, Ron jamás había sido una persona irascible y de sus amigos era el menos impulsivo. Pero aquella noche no se pudo controlar, y ver los ojos de su preciosa Luna inundados por las lágrimas fue como si su corazón fuera estrujado con crueldad. Su intención nunca fue hacerla sentir mal, pero cada vez se sentía más estresado, y de alguna manera Luna cumplió la función de desahogo personal aquella noche.

Es solo que ese día habían pasado tantas cosas...

Había llegado con los nervios a flor de piel a la torre de Astronomía y en cuanto la rubia lo vio, supo que había algo mal. Y no es que él hubiera planeado explotar como lo hizo, pero es que cuando Luna preguntó qué le sucedía, él no pudo evitar explotar de la manera en la que lo hizo.

—¿Ron? —Una dulce voz soñadora lo sacó de sus pensamientos.

Detuvo su caminata y levantó la mirada. Y ahí parada con su rubio cabello atado en una trenza que caía de una manera casi angelical por uno de sus hombros, con una corona de flores —que él mismo le había hecho en cuanto aprendió a hacerlas— en la cabeza y usando un vestido blanco floreado, estaba su hermosa novia, viéndolo con la cabeza ladeada mientras una tímida sonrisa se dibujaba en su rostro.