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No sabe cuándo empezó.  Solo recuerda la adrenalina de la pelea, el subidón repentino que sintió por sus venas y la incontrolable hambre.

Joder el hambre

Era insaciable, un vacío que pedía ser llenado.

Pero no se parecía a nada que hubiera sentido antes.

Este era otro tipo de hambre

Uno que no podría saciarse simplemente comiendo personas y masticando sus huesos.

Era un hambre que ardía profundamente debajo de su vientre, acumulándose debajo de su piel.

Era un hambre que él no entendía, ninguno de los dos lo entendía. 

Sin embargo, de alguna manera, lo sabían.

Ambos sabían qué hacer y de repente todo se puso en piloto automático

De repente todo está ocorriendo por instinto.

Zarcillos delgados se arrastran por su cuerpo, manos frías que le separan los muslos y dedos delgados que trabajan dentro de él. 

Gime, arqueando la espalda mientras está presionado contra la fría pared de ladrillos de un oscuro edificio en un callejón, demasiado hambriento para llegar a casa.

Demasiado hambriento para esperar. 

Se retuerce, gimiendo cuando los dedos dentro de él rozan esos manojos de nervios de los que ha oído hablar.

No puede evitar gemir el único nombre en su mente, el único nombre que importa.

–"¡Venom!". 

Está ahogado y roto por la desesperación, pero es suficiente para que el simbionte reemplace sus dedos con algo más grande.

Lento

Fácil

Por un momento, el alienígena se separa de la forma temblorosa del humano.  Mirando hipnotizados como el humano jadea sin aliento, inclinando sus caderas para conseguir más. 

Más.

Los ojos inexpresivos caen hacia el pequeño agujero rosado que se extiende alrededor de la cabeza de su pene. 

Están más que hipnotizados. 

Y sin previo aviso, sin dudarlo, empujaron dentro del cuerpo suplicante con un movimiento fluido.

Eddie echa la cabeza hacia atrás, los ojos cerrados con fuerza, el pecho agitado por respirar y la boca abierta en un grito silencioso.

Venom se enfoca en mantener a su anfitrión erguido e inmovilizado contra la pared, con las manos grandes extendidas sobre la carne flexible.  Muslos gruesos que tiemblan por el esfuerzo mientras se mantienen abiertos e invitando al extraterrestre.

Mueve sus caderas, empujando su pesada polla hacia adentro, frotando contra la próstata de Eddie una y otra y otra vez.

Eddie no puede soportar el abuso de sensaciones.

Su polla le dolía entre ellos, erecta contra su estómago. 

Venom desliza un zarcillo en la erección de Eddie, a través de su estrecha uretra.

Arde casi hasta el punto de doler, impidiéndole correrse, volcarse por el borde. 

Él gime, gime y jadea. 

Manos luchando para encontrar agarre en los anchos hombros de Venom, uñas clavándose en la sustancia negra.

Ve- se atraganta.

La sonrisa de Venom es mortal, cualquier cosa menos amable. 

Están disfrutando esto, disfrutando torturando a su anfitrión. 

Eddie vuelve a gemir.  El sudor gotea en su cuerpo expuesto, los muslos acalambrados por la posición en la que Venom los tiene.

Y le duele. 

Está tan cerca. 

Se quiere venir. 

¡Está tan cerca! 

Las lágrimas se acumulan en sus ojos.

Jadea una letanía de maldiciones, gemidos quejumbrosos caen de sus labios secos.

–"¡Por favor!"– Suplica.

Tan cerca.

–"por favor Venom. por favor fóllame, por favor déjame correrme, quiero correrme, por favor".

Venom sonríe, bajando su rostro más cerca del hueco del cuello de Eddie. 

Su aliento caliente roza la oreja de Eddie y Eddie se tensa. 

Justo antes de que unos dientes afilados se hundieran profundamente en su cuello, mientras ese brusco y doloroso zarcillo era arrancado de él, Venom susurra con voz ronca:

"Eres mío". 

Y tiene un orgasmo, manchas bailando frente a su visión hasta que se desmaya.

–"Mío." 

Aquella es la última palabra que escucha.

[ERES MIO] -  SymbrockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora