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Mason y Sleeper se duermen en el sofá, ambos roncando profundamente y acurrucados uno alrededor del otro. 

Eddie camina hacia ellos y los arropa, Sleeper acurrucándose en el calor y cubriendo a Mason. 

Se toma un momento para respirar mientras observa a los niños. 

Probablemente debería llevarlos a su habitación redecorada, pero no puede recogerlos sin lastimarse la espalda y despertarlos. 

Podríamos hacerlo – ofrece Venom. 

Eddie niega con la cabeza

Déjalos dormir, de lo contrario se despertarán y yo estoy cansado.

Venom no discute, saben lo cansado que se siente Eddie. 

Sus pies están hinchados y todavía le duele la espalda y ahora el bebé no deja de patear. 

Va a la habitación y con la ayuda de Venom que había tomado su forma completa, se quita los zapatos. 

Sin perder tiempo, Venom comienza a masajear sus pies y pantorrillas, haciendo que los ojos de Eddie se cierren de placer con pequeños gemidos que escapan de sus labios. 

Venom sonríe. 

Ha pasado un tiempo y siguen subiendo más alto debajo de la ropa de Eddie hasta que se envuelven alrededor de la mitad de Eddie.

La respiración de Eddie se entrecorta, las caderas se inclinan con desesperación, tratando de encontrar alivio. 

Últimamente ha estado tan cansado que ni siquiera se le había ocurrido pensar en el sexo.

Y joder, quiere más. 

V-Venom – se ahoga. 

Aparecen pequeños zarcillos que ayudan a arrancarle la ropa, pantalones deportivos y bóxers cayendo como jirones al suelo.  Pero cuando siente que Venom comienza a quitarle la camisa, Eddie lo detiene. 

N-No – jadea. 

–¿No?– Venom repite con incredulidad. 

Siguen bombeando la erección de Eddie y Eddie pierde la cabeza por el placer.

V-Venom no –gime. 

–¿Por qué?

Las mejillas de Eddie se ponen rosadas. 

Y es cuando hace clic. 

Eddie esta inseguro. 

Venom se ríe un poco gutural.

Conocemos tu cuerpo, Eddie.  Conocemos cada cambio por el que ha pasado, cada detalle escondido debajo de tu ropa.  Y aún te ves hermoso, muy hermoso.  Siéntete orgulloso de las marcas y los cambios que hemos realizado, Eddie.  Son buenos, muy buenos.  Eres lo suficientemente apetitoso para comer.  Ahora déjanos cuidarte.

Venom arranca la camisa del cuerpo de Eddie y lo ayuda a ponerse de lado, es demasiado grande para estar de espaldas sin sentirse incómodo.

Incluso le colocan una almohada debajo de su vientre, mientras proporcionan suaves besos en su cara y cuello antes de deslizarse dentro de su anfitrión con un movimiento fluido. 

Eddie gime. 

Sus ojos están bien cerrados y su respiración entrecortada. 

Ha pasado mucho tiempo. 

Y para Venom, es como volver a casa.

Hermoso.  – Susurra ronco de placer

Eddie gime, balanceando las caderas con el movimiento de Venom. 

El placer es tan bueno y de alguna manera es más intenso.

Entierra su rostro en la almohada que estaba debajo de su cabeza, tratando de ahogar sus gemidos y gritos de placer. 

Ahoga un débil –más, más fuerte–  

Venom obedece, empujando más fuerte y más profundo.  El doloroso agarre de las caderas de Eddie se afloja cuando se posan suavemente en su vientre hinchado, sintiendo una pequeña patada a cambio. 

Venom ríe, el ritmo se vuelve irregular. 

Cerca, tan cerca. 

Eddie se tensa, derramándose ante la plena sensación de Venom dentro de él, de su bebé pateando. 

Es tanto como salpicaduras de semen en la parte inferior de su vientre.

Venom empuja una última vez antes de enterrarse más profundo y morder el cuello de Eddie, reabriendo la marca de cicatrices que dejaron meses atrás. 

Su marca, su voto. 

Eddie resopla, alejándose del desorden de cama y presionando la espalda contra el calor de Venom. 

Los despertaste – acusa somnoliento, tratando de no sonar enojado. 

Duerman, mis amores – arrulla Venom – Descansa. Yo me ocuparé del desastre

Sin otra palabra, Eddie cierra los ojos y se queda profundamente dormido. 

Por primera vez, un sueño sin sueños ni pesadillas.

[ERES MIO] -  SymbrockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora