[ERES MIO] - Symbrock

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Cinco meses después, de tranquilidad, paz y rutina, se encuentran con Anne y Dan preocupados en su puerta. 

–Adelante–  saluda Eddie con el ceño fruncido. 

Venom resopla. 

No les gusta cuando otros invaden su nido.

"Su espacio juntos".

–¿Cómo estás?–  Anne pregunta mientras toma asiento en el sofá. 

Eddie les ofrece agua antes de responder con un pequeño encogimiento de hombros.

– Bien, supongo.

Dan le ofrece una pequeña sonrisa –Es bueno escucharlo.

–¿Es ... pasa algo?– Eddie pregunta después de una pausa de silencio.

–¿Qué? – Anne pregunta – ¡Ah!, No, no, solo ... estábamos preocupados.

–Preocupados– Venom se burla dentro de su mente.

–Cállate– murmura Eddie en voz baja.

– ¿Eddie?

– ¿Eh? Oh, ¿preocupados? ¿Por qué?.

–Acerca de ti, amigo –dice Dan – ha habido una falta de noticias sobre Venom y bueno ... Después de todo lo que pasó ...

Eddie ignora la punzada en su corazón.

Sí, después de todo lo que pasó ...

–Si, Nosotros Estamos bien – asegura Eddie – estamos resolviendo las cosas, pero estamos mejor.

  Y solo para asegurarse, encierra su mano dentro de la de Venom, ni Anne ni Dan notan el pequeño movimiento.

Venom aprieta su mano con fuerza. 

–Es bueno escuchar eso ... ¿Y Venom? – Anne pregunta con curiosidad. 

Venom aparece entonces.

– ¿Mejor?

Anne se muerde el labio.  A pesar de conocer a Venom durante meses y tener experiencia con el simbionte de primera mano, todavía la asusta cuando aparecen de la nada, aparentemente alejándose de Eddie. 

Ella pregunta, con la voz al borde de la demanda:

–¿Estás cuidando de él?

–Me están cuidando –Responde Eddie.

Pero su mirada se centra en el simbionte.

Amaba a Eddie, todavía lo ama, y ​​no permitirá que el simbionte lo lastime repetidamente. 

–Por supuesto que lo hago – responden.

Y eso la tranquiliza.

–Está bien, bien.

Tienen una charla agradable, Eddie les ofrece quedarse a cenar. 

Ellos lo hacen. 

Comen y charlan, Venom se niega a hacer otra aparición con ellos en su casa. 

No es que no les gusten, después de todo son amigos de Eddie. 

Prefieren estar con Eddie, con la persona que aman, a solas.

Venom se encrespa dentro del pecho de Eddie, el pequeño movimiento trae una sonrisa al rostro cansado de Eddie.

También preferiría estar solo con Venom.  Pero admitirá que extrañaba a sus amigos, extrañaba esto. 

Y por un momento se olvida de todo, de todo lo que les dolía y casi los destruye.

Aún así, cuando se van con la promesa de una cena semanal, no puede evitar respirar aliviado. 

La puerta se cierra detrás de ellos y presiona su espalda contra la losa de madera. 

Sus ojos se cierran rápidamente por un breve momento. 

–¿Estás bien?

–Si. 

Venom espera. 

Saben que hay más. 

Eddie respira suavemente. 

Siente el calor en la boca del estómago, una necesidad profunda que necesita ser satisfecha.  Casi como esa insaciable hambre que tanto él como Venom experimentaron hace cuatro meses. 

Esta vez, sin embargo, no lo dicta el instinto. 

Está dictado por el sentimiento, por elección. 

–Creo que estoy listo –susurra en voz baja.

Venom se congela. 

–¿Eddie?

–No sé si alguna vez podremos tener un bebé, no sé cómo funciona esto entre nosotros.  Pero estoy listo, listo para ser devorado entero.  Te deseo  Venom, te deseo tanto. 

Venom asiente, tragando saliva antes de convertirse lentamente en una figura parecida a un humano. 

Son altos, mucho más altos que Eddie y anchos (llenos de músculos y fuerza).

Totalmente manifestados, se inclinan y presionan un beso acalorado en los labios de Eddie, profundizándolo y robándole el aliento. 

Es lento. 

Tan tortuosamente lento. 

Llevan a Eddie a la entrada antes de inclinarlo sobre el sofá y, por último, le hacen el amor suave y dulce a Eddie en su cama.

Incluso si nunca crean algo tan bueno, entonces, está bien porque se tienen el uno al otro. 

Y Venom se da cuenta de que harían cualquier cosa por Eddie, al igual que Eddie haría cualquier cosa por ellos. 

Eddie grita, el placer es demasiado, la gruesa polla de Venom enterrada profundamente dentro de él y empujándolo por el borde por cuarta vez esa noche. 

Se queda jadeando y mareado por el calor, por la hipersensibilidad, pequeños hematomas que estropean su enrojecida piel. 

–Te amo – gime –te amo

–Te amo también, Eddie.