5.

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Todo en la habitación le daba ganas romperlo pero no podía, no podía dejar de pensar que su primer beso lo había dado con el príncipe que más odia.

De solo recordar aquel momento le daban muchas náuseas.

Tocaron varias veces a la puerta, no quería ver a nadie pero del otro lado escucho la voz de su madre, rápidamente abrió la puerta y la abrazo, no le importaba que los vestidos de ambos estorbaran en ese abrazo, quería sentirse protegido por su madre.

—Hoseok, lo siento mucho por lo que pasó. Se que tu no querías eso pero ni tú ni yo pudimos evitarlo. Perdóname.

Su madre no era mucho de pedir perdón pero en esta ocasión sabía que su hijo la necesitaba mucho y sabía que todo lo que le pasará sería su culpa.

—Madre... De verdad no quiero hacer esto pero... No me puedo imaginar lo que ese idiota pueda hacerle a Hye Son... No me gustaría que ella sintiera esto tan horrible.

—Lo se Hoseok, pero Hye Son debe de hacerse responsable en estos asuntos, tu ya hiciste mucho con cubrirla durante un tiempo, cuando la encuentre ella vendrá de inmediato y tomara el lugar que le corresponde.

—Por favor no la trates mal, entiende que ella tampoco estaba enamorada de él.

—La entenderé y no te preocupes, no la regañaré por lo que hizo...

—Muchas gracias madre.

Siguieron con su abrazo, pero el menor no evitó liberar algunas lágrimas, la tarea que le habían encomendado no sería nada fácil, ayudaría a su hermana y tal vez en el futuro convencería a su madre que ese compromiso de su hermana y Min no era lo mejor.

—Me tengo que ir, el príncipe me dejó venir a verte porque dijo que tal vez no te sintieras cómodo con él a solas.

—De acuerdo, por favor dile que me e dormido.

Su madre asintio y salió, Hoseok comenzó a desvestirse y sacarse toda la ropa incomoda que llevaba, los trapos en su pecho lo habían sentir incómodo y raro, aquella ropa ajustada para sus piernas y torso lo hacían sentir como si no pudiera moverse bien, si eso era lo que las mujeres vestían maldecia a las personas que habían creado esa ropa, era demasiado incómoda y pesada.

Se miro al espejo antes de sacarse en maquillaje y la peluca. Su rostro era idéntico al de Hye, femenino y joven, incluso ahora en ropa interior se daba cuenta que tenía rasgos tan femeninos, su cintura tan delgada y sus hombros tan pequeños no lo hacían ver cómo un príncipe.

Su mente le decía que no se preocupara pues aún le faltaba mucho por crecer, su adolescencia apenas empezaba y todavía no se desarrollaba bien.

Se quitó todo el maquillaje y la peluca, descansando de toda aquella falsedad que llevaba sobre si. Guardo todo tan bien, tomo su pelo y se dió cuenta que lo tenía demasiado largo, si eso era posible no llevaría la peluca, y solo llevaría su pelo atado, eso ya lo pensaría mañana.

Apunto de quedarse dormido escucho como abrieron la puerta y pasos se escucharon dentro de la habitación.

—Debes estar muy cansada, lo entiendo perfectamente—una mano se poso en la mejilla del menor, no abrió los ojos peros abia quien era—No te preocupes, yo te cuidare perfectamente, soy tu esposo y cuidare de ti.

Sin decir nada más, quitó la mano y beso la frente de Hoseok, dándole un escalofrío al menor.

Salió de la habitación y Hoseok despertó limpiando el beso de su frente, lágrimas volvían a salir de sus ojos.

••••

Debido a sus malestares la noche de bodas de los recién casados no se pudo hacer, tendrían que esperar pues el cumpleaños del principe Min Yoongi se aproximaba y con eso la coronación de ambos a ser reyes.

Mi Prometida. [YoonSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora