Y lo que sucedió

104 16 1
                                    

Gire mi cuerpo hacia él sentándome en sus piernas su erección estaba dura agarro mi cadera apretándola contra él mi cuerpo se tensó— nunca he estado con alguien,— se lo dije entre quejidos que salían de mi boca—.

—No quiero obligarte hacer algo que tu no quieras, me lo dijo agitado y dándome un beso en mi cabeza con símbolo de ternura. Me giro y ahora me dio un beso profundo y delicado en mis labios.

—No quiero que pienses que solo quiero sexo o utilizarte no. Quiero algo mágico contigo y así será y despacio, no sabía que decir me acurruque en su pecho como una niña pequeñita. No hemos salido muchas veces pero cada pequeño momento es espectacular, se lo dije sin mirarlo.

Nos quedamos así por buen momento hasta que el frío empezó más fuerte, —quieres pasar, miraba hacia mi casa esperando una respuesta de él, sí no te incomoda de verdad tengo frío— sonreí y bajamos.

Entramos a la casa se sentía más cálido que estar en el auto, aunque en sus brazos no se sentía frío mire hacia la puerta y él entraba viéndome tan fascinado.

—Tan delicado y armonioso, dijo viendo a su alrededor— a mi madre le gusta lo delicado y alce los hombros— acomódate y mire a los sillones ya vuelvo.

Me puse ropa más cómoda y abrigada me cambie lo más rápido busque dos cobijas y baje a donde se encontraba él estaba viendo los cuadros que están a un costado de la entrada— ¿te o café? se lo hable fuerte para que me escuche- café gracias me lo supo decir.

Serví un café y un té de manzanilla me dirijo hacia la sala el estaba jugando con sus manos y tapado con una de las cobijas que había dejado puse las dos tazas en la mesita —¿Cuándo regresan tus padres? —me lo preguntó inclinándose a coger su café.

—En tres meses, mi voz se escuchó triste.

—No, has pasado mucho tiempo lejos de ellos

—Tanto tiempo no respire fuerte— el me abrazo tan cariñoso dándome paz sus manos estaban en mi espalda y me daba palmaditas así pequeñitas que me sentía tan bien.
¿Existe el cariño sano y las relaciones sanas?

Empezamos hablar de cosas pequeñas de nuestra familia y así estaba acostada y él en otro mueble hasta que sin darnos cuenta nos habíamos quedado dormidos así estuvimos hasta que amaneció y mi alarma sonó nos levantamos de golpe del susto.

—¡Nos quedamos dormidos! —dije mientras el sobanda sus ojos.

—Sí y sonreía.

—Me prestas tu baño.

—Recto y derecho la puerta blanca. —Señale con mi mano.

Mientras él se iba subí corriendo a mi habitación para cambiarme me puse lo primero que encontré en mi armario unos jerséis flojos, una camisa de tiras blanca y una chompa de tela crema y unos botines crema igual me peiné y puse brillo en mis labios. Baje lo más despacio para que no pensara que soy una desesperada, él estaba en la cocina lo sabía por que sonaban los platos me dirijo hacia donde está el.

—¿Ensalada de frutas?, —su voz suena ronca.

—Gracias, si —me asienta el plato en la mesa— ¿Cómo preparo eso tan rápido? dije para mi.
Esto es invasión me dijo mi subconsciente.

—¿Chocolate? —se giró y me sonrió y pasó su lengua por sus labios, volteo los ojos recojo el plato y lo llevó a la sala.

—Ohm, esto esta delicioso lo miró pasando mi lengua por la cuchara.

—Si sabias que tentar es un delito fresita.

—AA.!! si, puedo ir a la cárcel —mi voz suena seductora esa parte no había conocido de mí, me lo digo y sonrío—.

LO QUE QUIERO OLVIDAR ( En Proceso) 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora