Yo no soy mala o ¿si?

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Mi mente divagaba entre el alcohol y la tristeza, había olvidado cuántas copas ya había ingerido y también las veces que había salido a bailar. Me sentía la peor de las personas yo no actuaba así y me estaba derrumbando y con alcohol eso era lo peor vi entre borroso un lugar para salir y tomar aire fui directo ahí me arrime en uno de los barandales observando la ciudad quedando ida de todo ignorando el ruido que había a mi espalda, así pase unos minutos hasta que reaccioné y volví a la vida aunque mi cabeza dolía mire hacia en lugar pegando mi espalda al barandal mire que Maite y Nicolás salían de la discoteca buscaba a Johan tampoco lo encontré —me dejaron sola— hable para mí.

—Yo te puedo hacer compañía— me habló un hombre que al parecer no estaba en sus cinco sentidos yo tampoco los estaba, pero sí había recuperado algunos

—No, gracias— me aleje un poco.

—No seas tímida— se acercó a mí más tratando de tocarme.

Me tomó de los brazos.

— ¡QUE NO! — forcejee —¡No entiendes que no es no! — lo mire furiosa.

—Todas dicen eso y se entregan.

Me hervía la sangre con lo que acabo de decir.

— ¡Estúpido!¡Suéltame hijo de puta!

Río. — y eres una dama, más me prendes.

Que ignorante y que cabrón.

Me tomo de espaldas frotando su miembro en mi trasero sentía asco intente zafar mis manos, pero lo pensé patada en los huevos y sale corriendo cuando iba hacer eso alguien lo agarró y de un puñetazo haciéndolo caer al suelo.

—No entiendes que cuando alguien te dice es no es no, no se intenta forzar a nadie entiendes— le dio una patada en su estómago.

No podía mirar quien era, pero yo me encontraba atónita, nerviosa y asustada.

—Pueden prender las luces e irse todos por favor— hablo fuerte para que lo escucharan.

El hombre que se encontraba en el suelo se levantó viéndolo furioso cuando se acercaron a la luz pude ver que el que me defendió fue Jackson.

— ¡Quiero que le pidas una disculpa! — tomo su cara con fuerza haciendo que me viera.

El hombre me miraba avergonzado.

—Lo siento— lo dijo bajo— no sabía lo que hacía el alcohol y las drogas me consumieron te pido mil disculpas.

No hable solo lo mire con iras, pensara que unas disculpas lo arreglan todo. Pero por lo menos hizo algo, nadie se disculpa por eso, aunque fue obligado a pedirme disculpas.

Veía que todo el mundo salía cuando iba hacerlo y alguien me tomó del brazo delicadamente. Regresé a ver quién era y era él, lo había olvidado.

—Gracias— dije, viendo hacia el suelo.

—No tienes porque eso deberían hacer todos cuando ven a alguien en peligro.

Suspire.

Quedándonos en silencio.

—He, bueno. Me voy gracias de nuevo. — Me escuchaba cansada.

—Viniste con tus amigos, verdad.

—Sí, pero ya salgo y tomaré un taxi.

—Me permitirías llevarte, no dejaré que una dama vuelva sola a su casa, un taxi no es lo mejor a altas horas de la noche.

Tenía razón. Lo pensé bien ir con él tampoco era confiable pero no tenía otra opción.

—Está bien.

Salimos mire a todos lados no había nadie lo único que había era un auto y una moto.

—Sube— me miró

Nunca me había subido a una moto.

Miedo.

Me habló mi subconsciente.

Claro, que sí.

Me acerque hacia el subiéndome en la parte de su espalda no sabía de donde agarrarme y no incomodar ni tampoco caerme.

—Puedes tomarme de la cintura— lo dijo tan fresco.

—Gracias estoy bien— me tome de los lados de la moto.

—Bien, agárrate duro.

Iba a arrancar y se detuvo. — ¿Dónde vives?

Reí para mí que tonta no le había dicho, el aire me hizo ponerme a desvariar.

—Avenida naife 15,40— me escuchaba rara.

Regreso a mirarme.

—El aire está haciendo mal— se bajó de la moto preocupado— ¡estás pálida!

Fue lo último que escuché, solo sentí mi cuerpo desvanecerse.

♡o。.。o♡o。.。o♡o。.。o♡o。

—Gracias— escuché que decían mientras alguien me sostenía en sus brazos.

♡o。.。o♡o。.。o♡o。.。o♡o。

Abrí mis ojos entre dolor y silencio me encontraba en mi cuarto ¿cómo llegué aquí? ¿quién me trajo? no recordaba nada o el dolor no me dejaba recordar. Tocaron la puerta tan despacio que la abrieron al mismo ritmo.

— ¿Cómo te encuentras cariño? — me habló mi mamá.

—No lo sé— me senté arrimando mi espalda al espaldar.

—Tomate esto, báñate y si te sientes bien bajas cualquier cosa estaré abajo— me dio un beso en la frente saliendo del cuarto.

Eran unas patillas y un jugo de naranja metido en una aspirina lo supe porque salían burbujas de ella, me tomé todo eso saliendo de la cama con un fuerte dolor de cabeza. Me metí a la ducha haciendo que saliera agua fría para este malestar físico y emocional se vaya.

Saliendo de la ducha escuche que alguien tocaba la puerta con golpes suaves.

— ¿Quien? — hable tan bajo.

—Nosotros— hablaron detrás de la puerta.

—Un momento.

Me puse lo primero que encontré un pantalón flojo al igual que una blusa floja.

—Pasen.

—Lo sentimos— me abrazaron los tres con fuerza.

Suspire, tratando de volver a la normalidad sin dolor de jaqueca.

Los abrace con más fuerza ahora mi dolor del corazón había vuelto que sin pensarlo mis lágrimas caían y ellos se fijaron en eso, no decían nada sólo mantenían el abrazo no sé si lo sospechaban o no y era mejor así en este momento lo único que quería era silencio y llorar un poco más junto con un helado a lado.

Ellos se separaron y me miraron no fue una mirada de lástima si no de comprensión y ternura.

— ¿Hay algo más aparte de lo que pasó anoche, ¿verdad? — me pregunto Nicolás

Me quedé en silencio viendo la nada y tratando de asimilar las palabras que iba decir.

Estaba tan dolida que no tenía ánimos para nada no sé qué, pero pasaba en mí nunca me había sentido así.

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LO QUE QUIERO OLVIDAR ( En Proceso) 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora