¿La verdad?

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Nos dirigimos con Johan a una empresa de computación y comunicación según ahí nos podían ayudar con el nombre que me dejo Raúl en ese papel dudando de que sea una mentira, pero si no salíamos de eso no me iba a quedar en paz tampoco.

Tenía el corazón entre mis manos la duda y la intriga de saber por qué el nombre de Sofía no solo de él sino también de la señora que me llamo así y el porqué de la razón de mis padres actuar así. Tenía tantas dudas en mi cabeza, bueno me estaba haciendo una película solo con un nombre, tal vez me confunden con alguien.

— ¿Estás seguro de que nos podrán ayudar?

—Tranquila, confía en mí—agarró mi mano transmitiendo calma.

Suspire bajando la ventana para así poder agarrar un poco de aire y el mismo pudiera acercarse a mí y no me dejara respirar por la presión que venía.

Llevamos como dos horas en el camino ya que el lugar se encontraba fuera de la ciudad era lícito ir a esos lugares, sentía esa adrenalina entre mis venas.

—Llegamos— me miró Johan invitándome a salir del auto.

Agarre mi meñique y baje con las piernas temblorosas.

El lugar era rodeado de montes siguiendo un camino de piedras llegamos a un lugar con muchos guardias al fondo se veía una torre muy alta con grandes ventanales entraba y salía gente de ahí.

—Buenas tardes jóvenes, ¿en qué puedo ayudarles? — nos habló el guardia viéndonos seriamente de pies a cabeza.

—Buenas tardes soy Johan de la Barra— lo dijo serio fijándose en un joven alto moreno uniformado saliendo del lugar y acercándose a nosotros.

—Déjalos pasar— ordenó el joven viéndonos saludando a Johan con un abrazo.

Nos abrió la puerta, pero antes lo reviso a Johan y siguiendo a mi.

—Si no hay una mujer no me dejo revisar—.

Me puse firme viéndolo a los ojos con sus manos en el aire, el miró al joven a su espalda.

—Déjala pasar— me miró mordiéndose su labio.

Alce las cejas ignorándolo, me acerque a Johan tomándome de la mano y lo mire con desconfianza hacia el lugar.

—Tranquila— me lo dijo al oído.

El joven me quedo viendo el nombre ni sabía.

—Y tú ¿Quién eres? — me codeo Johan.

Rio ante eso pasó su lengua por sus labios.

Piensa intimidarme ¿o qué?

Se paró antes de entrar y se puso frente a mi tenía unos centímetros más que mi si yo medía uno ochenta y seis él llegaba a los dos metros.

—Mucho gusto Jackson— me extendió su mano.

—Lelya— lo mire a sus ojos color metal extendiendo mi mano.

Mirándome con unos ojos tentadores abrieron la puerta dejándonos pasar.

—En esta sala se encuentran todos los documentos de familias poderosas hay tres personas que les pueden ayudar con eso- señaló un enorme cuarto con las ventanas oscuras.

Abrió la enorme puerta dejándonos pasar haciendo sonar su garganta. Las tres personas que se encontraban se pararon saludando como cuando entraba un profesor en el colegio.

—Ellos son personas importantes- nos señaló, — así que quiero que les ayude en todo lo que puedan, entendido. — Ellos acertaron con la cabeza.

LO QUE QUIERO OLVIDAR ( En Proceso) 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora