Puntos suspensivos

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JOHAN

Quería tenerlo de frente y partirle su madre, eso no se le hace a ninguna mujer, me partía el corazón saber lo que había hecho y ahora lo iba a enfrentar. No se lo dije a nadie ya que no me iban a dejar que lo haga así que todo se hace callado. No podía verlo en su casa por más estaba ahí su familia y por respeto no iba a ir pero si en su departamento aunque no estaba seguro si lo podía encontrar ahí.

Estacionado frente al edificio pasaron como unos quince a veinte minutos y el llego mi sangre hirvió de iras así que me baje y fui directo a él antes de que entrara y me planté frente a él.

— ¡Muy hombrecito verdad! — no me reconocía ni yo mismo de lo enojado que estaba.

No decía nada solo me mantenía la mirada, odiaba que la gente no hablara.

— ¡No dices nada...cobarde! — lo mire fijo haciendo puño mis manos.

No cometas una tontearía.

Me habló mi subconsciente.

—Todo lo hago para protegerla.

Fue lo único que salió de su boca decidiendo entrar y lo detuve.

— ¿¡De qué hablas!?

Otra vez callado, que escondía.

Tal vez miedo.

—Nada...solo olvida lo que dije— intento de nuevo entrar y lo detuve de nuevo.

—Mira si ella no te dijo tus cosas en cara yo te lo digo...

No me dejo terminar de hablar, y hablo.

—Aquí no puedo decírtelo— miró a sus lados con desconfianza.

PAULUS

Entrando al departamento mi mente seguía pensando en si decirle la verdad él podía hacer más que yo ya que se encontraba cerca de ella y corría riesgo y prevenirlo era bastante para mi.

Mi corazón pedía estar cerca de ella.

—Toma asiento— le dije.

Y yo hice lo mismo poniéndome enfrente de el derecho y con seriedad.

Lo pensé muy bien y si tenía que decírselo lo que pensaba me daba igual, con que la protegiera me basta.

—Todo directo y sin comas te lo diré— mis enojos interiores salieron.

—¡Habla!

—Raúl está vivo se hizo pasar por muerto para hacerle la vida imposible a Lelya todo el que se acerque no saldrá bien y entre eso me amenazo a mi...

— ¡Espera, espera despacio! estoy asimilando todo ¿¡como que está vivo!?

Seguía con mis dudas interiores.

— ¿¡Y como que te amenazo!?— me miraba con asombro.

Debo contarle en realidad.

Ya es tarde.

Me dijo mi subconsciente.

— ¡Contesta!

Me hizo salir de mis pensamientos fuera de lugar.

—Me busco en Italia con otros más amenazándome que me separara de ella, pero debía ser algo doloroso si no lo era ella iba a sufrir. Eso era lo que menos quería y sigo queriendo.

— ¡Es un hijo de puta! — golpeó el sillón con sus puños.

Lo quede viendo sintiendo las mismas iras que el contra él.

LO QUE QUIERO OLVIDAR ( En Proceso) 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora