¿La verdad?

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—¿Qué es lo que pasa? —pregunté ansiosa por lo que pudiera decirme.

—Préstame tu teléfono.

Saco una computadora de su mochila y varias cosas más que todos nos quedamos viendo que era. Lo veía tan sereno como si no hubiera pasado nada así que yo iba a actuar más serena.

—Toma.

Él lo tomó y lo conecto con algo se empezó a pasar todo a la computadora con letras y números que no entendía me miraba con Nicolás que estaba a mi lado viendo al igual que yo.

—¿Qué encontraste? —le pregunto Johan.

—¿Quién es Paulus?

El escuchar su nombre me estremeció todo el cuerpo.

—Su ex —respondió Johan.

—¿El conocía a Raúl?

A qué venía todo esto.

—Si —dije.

—Ya.

¿Ya qué?

El seguía viendo y moviendo el mouse escribiendo sin decirnos nada solo miraba tan concentrado a la computadora en eso me entró una llamada de un número desconocido.

—¿Contesto? —le pregunté.

—Si.

Así lo hice.

—Hola.

—¿Sofía?

Otra vez ese maldito nombre que tenía por decirme así y dejarme a medias sin contarme nada. Vi que Jackson movía algunas cosas desesperado y con la mirada decía que siguiera la conversación.

—¿Con quién hablo?

—Soy yo no me recuerdas.

¿Recordar no recuerdo ni las tablas de multiplicar peor una voz que no conozco?

—Creo que está equivocada...

—Corta —aplasto el boton rojo Jackson.

—¿Qué pasó?

Él se quedó viendo algo había como un mapa de lo cual dio con la casa de los Roy decía en la parte alta de la imagen. Entre eso sonó la alarma que decía inyectar, en ese momento quería que me tragara la tierra y me escupiera en Júpiter.

—¿Inyectar? —dijo Jackson.

—Que significa —me enfrento Nicolás.

Ahora sabía que se iban a enojar por ocultarles algo según yo ya no tomaba nada de nada. Las mentiras son las que salen primero.

—He —no sabía cómo decir, — es vitamina.

Fue lo primero que se me vino a la mente por suerte no creo habían visto la descripción.

—Bien te acompaño a ponértela —se levantó Maite.

—Nos esperan —dije entrando al cuarto.

—¿Vitamina? —dijo dudando.

—Mira.

Le mostré la inyección de vitamina, eso la convenció y si tenía que ponérmela ya que no me la había puesto en la mañana. Ella se quedó ahí hasta que me la pusiera me recosté por un rato hasta que le dije se puede traerme un vaso con agua y ella se fue. En eso aproveche para ponerme la que si tenía que ponerme a esa hora rogaba con que se demore y no me cachara con la inyección en las manos. Por suerte me la puse antes de que viniera.

LO QUE QUIERO OLVIDAR ( En Proceso) 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora