La Amenaza

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PEQUEÑO MARATÓN 1/2

Para entender la actitud de Paulus.

ADVERTENCIA.

Violencia y palabras subidas de tono.

PAULUS

Mi día había sido demasiado largo tenía que estar pendiente con las compara de las casas y la universidad tenía que dar los exámenes lo más pronto para así no perder el semestre, mi cabeza estaba la borde de explotar y lo peor era que me estaba alejando de Lelya y ella estaba pensado un montón de cosas que no eran y yo con mi lejanía hacía que eso se acertara. No quería que eso afectara a lo nuestro unos meses no podían hacer que se acabara todo.

Tenía que ponerme orden para así dedicar tiempo y amor a lo que quería. Cuando se quiere se saca tiempo de donde no hay y eso era lo que yo iba hacer.

Había salido de casa pensando en si los mellizos deberían quedarse en Naife, ya que papá nos habló de que eso sería una buena elección pasarían más tiempo acompañados y no aturdidos con lo que pasó, cada día que pasaba la recordaba con menos tristeza y alegría, así como lo era ella.

Llegue a mi destino a la escuela de los mellizos para llevar sus carpetas para el traslado a otro país.

— Buongiorno, sono Paulus Greco, sono qui per parlare con il preside. (Buenos días, soy Paulus Greco vengo a hablar con el decano).

Hable muy serio ya que con estas personas el gesto amable no es bueno si el tema es delicado, esperando una respuesta mientras la señorita hablaba por teléfono.

—Buongiorno, giovane Greco, il preside ti aspetta. Vai dritto alla penultima porta. (Buenos días, joven Greco el decano lo espera. Siga recto a la antepenúltima puerta.

—Grazie. (Gracias)

Seguí mi camino hacia donde me indico la señorita con la mirada al frente y llegué hacia la puerta indicada tocando tres veces en un ritmo suave.

Hablo en italiano*

—Adelante.

Abrí la puerta entrando.

—Buenos días— lo quede viendo al decano que se encontraba buscando algo a su izquierda.

—Buenos días, estos son las carpetas de sus hermanos.

Alzó su mirada y se quedó impactado viéndome como si hubiera visto a un fantasma y mi mente se confundía al ver la expresión de su rostro.

— ¿Pasa algo?— pregunte confundido.

Movió sus manos buscando algo mientras trataba de decir algo, tomó aire y me respondió.

—Nada joven puede retirarse, eso es todo ¿verdad?

Su mirada era fija con una tensión de miedo y duda.

—Si es todo, gracias.

Extendí mi mano para dar las gracias y salir del lugar, el la miro y con miedo la estiro también.

Sé que soy alto y musculoso, pero no doy miedo o ¿sí?, una duda que ni yo sabré.

Salí del lugar la señorita del inicio no estaba así que fui directo a la salida viendo en las carpetas si se encontraba todo ya que no lo hice ahí dentro por lo que paso o solo fue mi imaginación, mientras iba hacia el auto alce mi mirada y vi que venían tres hombres de cada lado y uno enfrente vestido de negro con la cabeza hacia abajo.

¿Qué pasaba?

No era bueno lo que se venía.

Me quedé quieto esperando lo que se avecinaba, aunque reconocí esa mirada a lo lejos, eso era imposible que esa persona era.

LO QUE QUIERO OLVIDAR ( En Proceso) 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora