¿Sera verdad?

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El mismo día de la planeación del alejamiento de Paulus. Distintas horas.

La noticia se había hecho más grande él había muerto al parecer lo habían matado a sangre fría sin piedad o eso era lo que decían en las investigaciones dadas hacia la familia y a los reporteros, pero yo seguía teniendo en mente que lo que llevaron no fue un cadáver y las investigaciones habían empezado hace una semana y yo también hable con él y no hay llegado a mí eso también es raro bueno puede ser que hablo con muchas más personas luego de mí.

Había bajado hacia la cocina a comer un poco para así salir al gimnasio y distraer mi mente en estas semanas me sentía mal emocionalmente ya que mi novio no parecía eso irse a Italia creo acomodo lo que era antes o no se no conocía esa faceta de él.

Había ido a la cochera para sacar el auto ya que luego iba a ir a la casa de Maite para poder seguir con la investigación y compartir tiempo los cuatro bueno, cinco con la novia de Johan iba a sacar el auto cuando alguien toco el timbre de la puerta fui despacio con pasitos de tortuga hasta que la abrí y vaya, vaya no me imaginé ver a esta persona frente a mis ojos.

La madre de Raúl, que sorpresa era esta.

—Buenos días señora— sujete la puerta fuerte.

—Buenos días.

Tenía los ojos demasiado pequeños y su voz se cortaba.

— ¿Le puedo ayudar en algo?

Mi mirada se centraba en ella y tenía la sensación de que la venida no era para nada buena, sus intenciones eran grandes y peligrosas.

Lo suponía, mi instinto me lo prevenía.

— ¿Me dejas pasar?-—quiso abrir la puerta más.

—Lo siento señora, pero usted no tiene la autoridad para entrar— trague saliva, — si me quiere decir algo dígamelo aquí.

Se tenso tenía la misma manera de Raúl cuando algo no salía como lo quería, me puse tensa yo también al saber que era lo quería y que buscaba aquí y lo peor si vienen mis padres y la encontraban no iba a ser bueno.

—Bien entonces sal y hablamos.

La manera en que lo dijo no parecía buena mi instinto me decía que no hiciera caso a eso.

No salgas.

Hablo mi subconsciente.

— ¡NO! dígame lo que quiera de nueva vez o me disculpa tengo que cerrar la puerta.

Opte por cerrarla, pero ella lo impidió poniendo su pie antes de que la cerrara por completo.

—Que quede en tu conciencia que la muerte de mijo fue tu culpa.

Fuera paciencia.

—Mire señora si usted vino aquí solamente para que yo me caiga triste y me culpe por eso se equivocó si me duele que haya muerto ante todo fue alguien que en su momento me importo pero usted ni nadie tiene derecho de venir y decirme que fue mi culpa hay cosas que me incriminen no entonces si usted cree que si por que no va y se lo dice a las autoridades y termina de nueva vez con esto que al parecer también le afecta— suspire de lo agitada que estaba— y por último ya no me vuelva a molestar se lo pido de favor,- cerré dando un portazo ya estaba cansada de esto.

Me senté en uno de los sillones tratando de poner mi respiración normal y seguir mi día normal y no dejar que afecte nada de nada. Fui hacia el auto para ir con mi destino, pero antes miré si había algún mensaje de Paulus y no. Eso me hacía sentir mal y alejada de su alejamiento, pero bueno hay que continuar.

LO QUE QUIERO OLVIDAR ( En Proceso) 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora