Un castaño caminaba solo por la oscuridad, con la ira y tristeza mezclada en un amargo sentimiento.
Estaba completamente avergonzado por la culpa de sus amigos, todo había comenzado desde que había llegado Ada con sus intenciones de cantar en la RollerBand, después apareció Eva que confundio a Pedro, esas dos gemelas habían creado una grieta entre los dos argentinos que al final había afectado a los tres.
Esa presentación había sido una gran porquería, no sólo se rieron de las poca coordinación sino que con la pelea de Nico y Pedro lo tiraron al piso.
Si que estaba enojado, totalmente.Le dolía su pómulo, su moretón ya estaba pasando de rojizo a morado.
De pronto un auto se acercó a el, por un momento la idea de que lo asaltaran avanzo toda su mente, su nerviosismo se fue al ver a la ya conocida rubia asomarse por la ventanilla con una rastro de preocupación.
Eso de querer olvidar lo que había pasado meses atras no le salía a la ojiazul. Sólo había sido una salida muy rara, un encuentro muy particular.
—¿Qué haces a estas horas en la calle? — le reprocho con el ceño fruncido —Metete al auto ahora mismo.
Lo había secuestrado para ella misma, y ni siquiera había puesto resistencia. Necesitaba de alguien que lo entendiera.
Una ligera sonrisita apareció en los labios de Simón, abrió la puerta y se adentró al auto. La rubia se arrimó para que el castaño pudiera sentarse con más comodidad.
—Creí que me asaltarías — soltó con los ojos cerrados mientras Ámbar le acariciaba las manos.
—Te secuestre — respondió causando que el castaño sólo subiera sus hombros.
—Es muy agradable que me secuestres — y recargo su cabeza con el hombro de Ámbar, desde ahí llego a sus fosas nasales el dulce perfume de la rubia — Te dije que te gustaría el perfume.
—Me encanta, tienes mejores gustos que Jazmín — el castaño se rió con suavidad — ¿Aún te duele tu pómulo? — y subió su mano a la mejilla de Simón.
Lo acaricio con suavidad hasta llegar al pómulo de Simón y lograr que este se removiera ante el dolor.
—Es insoportable el dolor — comento con un pequeño gruñido.
—Ese chico no sabía lo que hacía, hizo el procedimiento equivocado — se quejo Ámbar — Yo le había dicho a juliana que podía encargarme de eso pero ella se nego simplemente por que no le caigo bien. Es tan insoportable.
Simón sonrió y le dio un suave beso en su hombro.
—Aún no sabe que eres mi doctora personal — soltó vacilante acariciando su mano.
—Al final no soy tan mala novia — Simón abrió sus ojos en busca de los azules zafiro.
—Eres una novia perfecta — afirmó ahora con la cabeza de Ámbar en su hombro, aun en esa posición Simón logro ver la sonrisita de la ojiazul.
—Como te secuestre, no habrá problema que duermas conmigo, y puedes estar libre que Sharon esta en un viaje de trabajo – Simón soltó una risita.
—Ningún problema —murmuro.
Después de un rato llegaron a la mansión, ambos bajaron y avanzaron hasta la puerta para después adentrarse a la grande casa.
—¿Quieres comer algo? — el castaño se negó — Por dios, si te golpeaste muy feo — logró notar el morado del moretón de Simón gracias a la iluminación.
Pronto Ámbar caminó hasta un cajon donde había productos necesarios para cualquier accidente, como sus heridas cuando se caía al patinar o simples coincidencias. Tomo un vaso y puso un par de cubos de hielo
Estando en el cuarto de Ámbar, el castaño se sentó en la cama totalmente preparado para ser atendido por su propia doctora. La rubia se sentó a su lado para después comenzar a ponerle algo de hielo a una bolsa de tela delgada.
—¿Que piensas hacer con ellos?
Simón subió sus hombros.
—No lo se, todo esto es muy irritante. No sirve de nada que yo arregle mis problemas con ellos si Nico y Pedro no se hablan como antes ni cooperan.
Ámbar puso la bolsa con hielo en el pómulo de Simón, el castaño soltó un muy tenue quejido.
—Van a tener que cooperar, no pueden dejar de hablarse por esas chicas, de alguna manera van a tener que perdonarse — lo animo acariciando su hombro con cariño.
—Conociendolos, van a tardar — la rubia giró sus ojos.
—No aguantarán tres días, paso lo mismo con Delfina y Jazmín. Paso tres días y ya estaban planeando la venganza para el chico entre las dos.
Simón sonrió ante el comentario de su novia.
Después de ponerle hielo al moretón de Simón, la ojiazul le arregló lo que había puesto el torpe doctor al moretón de Simón.
Al terminar, quito cualquier cosa que interrumpiera la comodidad de ambos.
Pusieron una película y decidieron descansar.Sus ojos fueron de la pantalla a la rubia, ese vestido negro le quedaba perfecto.
—La película esta al frente — le dijo Ámbar con una sonrisa.
—Es imposible ver la película contigo a mi lado, eres tan preciosa — la rubia complacida le dio un beso en los labios.
Tan agradable para el castaño que se acercó más para poder disfrutar el sabor y la dulzura de la ojiazul, sus manos fueron a su cintura para después a sus caderas.
—Contigo puedo olvidar todo — susurró Simón rozando sus labios con los de Ámbar.
—Me encantas — le respondió Ámbar finalizando con un beso para finalmente seguir viendo la película abrazados a su propio paraíso.
Los extraño tanto 😍🥺 :'3
Estos dos tienen una quimica hasta narnia ♡
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Solos |One Shots|
FanfictionHistorias cortas sobre simbar, por que claramente soy una loca fangirl desde que apareció la pareja. Aviso: Este apartado ya no se actualiza pues he superado el shipp y ya no tengo creatividad respecto a subir Oneshot sobre ellos. Ah, y también hay...