—Deja de pensar en eso, tal vez sea falso –comento Nicolás a lado de Simón con las manos apoyadas en sus rodillas.
El castaño se mantenía callado, en un silencio pero en un grito impotente en si interior, su decepcionado corazón no lo dejana hablar. Estaba mudo desde la mañana.
—Simón lamento que te lo diga pero eres mi amigo y no quiero que sufras más, aunque te duela pero... Luna siempre dijo que no eran nada serio, solo estaban saliendo y bueno... Tu habías aceptado sus condiciones, en cierto punto ella no hizo nada malo –explico Pedro con pequeñas pausas, el rubio lo miro incrédulo e indignado.
—¿Acabas de escucharte? Literalmente acabas de defender a esa chica, ella hizo todo mal, Simón fue el que–
—Tienes razón, Luna dejaba claro las cosas –interrumpio Simón por primera vez, el castaño inhalo lentamente– Si yo la hubiera escuchado, ella no habría estado incómoda y yo no la habría cagado, como siempre.
—Simón esto no es tu culpa, nadie decide de quien enamorarse.
—Ambos estan mal, Luna fue cruel contigo. Te usó para su actividad sexual y después te alejo, sin aviso.
—Entiende que no hizo nada malo, ninguno lo hizo –reprocho Pedro a Nicolás, el rubio giro los ojos para después pasarse la mano por el cabello.
—De no haber sido por el que Luna respetará el ser exclusivos, nada de esto habría pasado –continuo el rubio causando que el pelinegro bufara para después negar
Necesitaba salir, disfrazar ese dolor con algo alcohólico. No era tan agradable emborracharse por una persona, sin embargo al menos lo haría olvidar por unos momentos.
—Voy a salir –informó Simón levantandose del sillón, se dirigió a su chaqueta para después tomar sus llaves– No tardo.
—No cometas alguna tontería, si vas a tomar no manejes, no te metas con alguien solo por despecho, ni se te ocurra llamarla que eso seria una completa idiotez. Tan solo mantente alejado de tu celular y de las carreteras.
—Trataré –fue lo único que respondió para después salir del edificio y tomar el elevador.
Al llegar al estacionamiento, se subió a su auto negro para después encender el motor y comenzar a manejar. No podía faltar la música de fondo para tener combustible emocional y tomar lo necesario para borrar ese dolor.
Sin darse cuenta, el manejar por la noche lo hacía pensar en ella, en el hermoso brillo que resplandecía la luna. Esa pequeña chica tenía su propio satélite natural para ser el recordatorio de su existencia, esa ojiverde lo perseguiría hasta debilitarlo y tenerlo nuevamente bajo sus pies, o tal vez sus piernas.
Tal vez de ambos sentidos.
El tema de amigos con derechos siempre había sido algo que le llamo la atención al castaño, el meterse con su mejor amiga sonaba algo curioso si lo veían de una manera no tan analizada. Había durado meses con esa idea pero le había causado vergüenza eo comentarla con la castaña, no quería dejarle en claro que estaba totalmente encantado por ella desde su adolescencia, sin embargo conocía a Luna y tal vez había una posibilidad que le pareciera interesante.
Y así paso, Luna había aceptado sin rodeos. Con la excepción de sus dos condiciones, el no confundirse y no ser tan pendientes el uno con el otro, a no estar buscando con anticipación el momento para hacerlo. Que todo fuera espontaneo.
Eso le había llevado cuatro meses bastante interesantes, había pasado de verla con vestidos a verla con solo su ropa interior casi afuera de su cuerpo. Ya no había ninguna figura inocente en su mejor amiga. Había sido bastante glorioso, hasta que había llegado un chico y prácticamente se la había robado.
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Solos |One Shots|
FanfictionHistorias cortas sobre simbar, por que claramente soy una loca fangirl desde que apareció la pareja. Aviso: Este apartado ya no se actualiza pues he superado el shipp y ya no tengo creatividad respecto a subir Oneshot sobre ellos. Ah, y también hay...