Era hoy.
Hoy sería su cumpleaños, un triste recuerdo a su reparado corazón.
Amira ya conocía su rutina desde hace dos años, desaparecer por las veinticuatro horas y posiblemente pasar encerrado en su cuarto o en otro caso tomando un avión a Buenos Aires.
Ya habían pasado dos años más, dos años más a la lista del plazo en que la joven rubia se había suicidado.
Había muerto y era su culpa, Simón tenía muy en claro que era muy dañino para él el que siguiera repitiéndose su culpabilidad ante su muerte, la psicologa se lo había estado repitiendo en este último mes con mucha frecuencia.
Y es que por más que ahora su corazón estuviese conectado con el de Amira, aun seguía sintiendo ese cariño y esa chispa especial por la rubia, o posiblemente era la culpa camuflada en amor.
Se había prometido que jamás la iba a olvidar, que jamás la dejaría en el olvido, nunca la abandonaría por ninguna razón.
¿Sabrá que estoy sangrando?
¿Sabe cuánto frío tengo?
Su culpa era como un tornado, a veces lo atacaba de una forma sanguinaria, sin tomar un respiro lo asfixiaba entre recuerdos y dolor. Un agudo y ojiazul dolor.
Su voz, su sonrisa, su perfume, todo eso a lo que se le llamaba Ámbar Smith se estaba volviendo en una pequeña sombra del recuerdo.
Sus notas de voz se habían convertido en su pequeño masoquismo, cada vez revisaba su galería y veía sus fotos con lagrimas en los ojos.
No la superaba, jamás la superaría.
Amira lo tenía claro, y por más que lo ocultará. A ella le dolía el no poder llenar totalmente el corazón de su novio, eso estaba mal y ambos lo sabían sin embargo no se soltaban.
Estaban siendo egoístas consigo mismos, Amira no abandonaba a Simón por miedo a que tomara decisiones equivocadas y porque no quería perder a ese amor, Simón no dejaba a Amira pues veía un poco de luz entre la oscuridad además de que no quería perder esa cálida sonrisa que lo distraía de las largimas entre sus recuerdos.
Estaban siendo dañinos entre si.
Simón había tomado un vuelo para Argentina, la pelirroja había pedido que le avisara cuando llegará y también una llamada en la noche.
Las llamadas de Ámbar y Simón, en la madrugada.
El castaño bajo del taxi para después entrar al panteón.
Montones de lápidas fue con lo que se encontró, pasto seco bajo sus pies y unas cuantas velas con la mecha prendida.
Estaba por atardecer.
Amo los atardeceres, es hermoso ver como los colores se combinan. El azul y naranja me dan paz, es solo la iluminación del atardecer.
Cada paso que daba era una razón para querer arrodillarse y comenzar a llorar, era tan débil y frágil.
Siempre lo había sido, siempre había aido tan sensible con temas sentimentales. Esto lo multiplicaba.
Su corazón quedo al borde del colapso cuando vio su lápida, ese rectángulo de cemento con pasto encima y un ramo de rosas semi secas encima suyo.
Sus manos frías entre el sudor nervioso y triste, parecía como si sus latidos del corazón se mezclarán con el ritmo de sus lágrimas.
Con el ramo de flores entre sus manos, se arrodillo frente a la lápida para después sollozar.
Ámbar
Smith Benson
1999– 2018—Bonita..– sus ojos ardían, respirar se convertía en algo tan complicado con el llanto incontrolable en el que se encontraba.
Sus hombros temblaban entre los jadeos a falta de aire; necesitaba verla sonreír, verla hablar o con su rostro molesto. Necesitaba verla viva, con el rojo en sus labios y esos hermosos ojos celeste mirandolo con diversión.
Si fuera necesario, Simón daría su vida con tal de verla viva.
No podía negarlo, por un segundo en años anteriores había pensado en ir a acompañarla, a seguirla y estar juntos eternamente. Aunque literalmente la vida lo había detenido, su pequeño intento había salido mal, tan sólo lo habían llevado al hospital para darle un lavado estomacal.
Ámbar le había dicho que no a su suicidio.
—Lo lamento, de verda lo siento, por favor perdóname Ámbar, yo jamás te odiaria– susurró entre lamentos y lagrimas, su pecho ardía.
Por favor no me odies, jamás te lastimaria Simón.
Su voz lo ataco de forma desprevenida causando que entrará en crisis, necesitaba sentir dolor fisico para distraerse del sentimiento.
Busco entre su bolsillo sus llaves, el tintineo agresivo y tembloroso le causo tirarlas con torpeza.
Con impotencia y nervios se llevo la punta de la llave a su brazo, la discordia entre el hacerlo y hechar a perder todo por su estúpida debilidad lo hizo dudar.
Necesitaba distraerse de ese dolor agudo, ese dolor llamado Ámbar.
—Perdón Bonita– susurró con lágrimas acomuladas en sus ojos cafés.
De pronto el rostro de Amira apareció a su mente, esa sincera sonrisa tranquilizante y paciente mientras lo abrazaba lo hizo quebrarse más.
La hacia sufrir junto a el.
Cada vez más idiota.
—Feliz cumpleaños – susurro débilmente tirando sus llaves al pasto con frustración.
Dejo el ramo de flores encima de ma lápida para después levantar sus llaves y meterlas en su bolsillo.
Con insuficiencia salio del panteón, sin quitarse las patéticas lágrimas exageradas que salían de sus ojos.
Tan sólo había regresado unas horas para sufrir en el panteón, volvió al aeropuerto y tomo un vuelo para México.
No tardo mucho en consiliar el sueño hasta que por fin aterrizaron, no hubo tiempo para avisarle a la pelirroja el que regresaría el mismo día sin embargo fue hasta su casa.
Bajo del taxi y fue directamente a tocar el timbre, ya eran más de dos de la mañana.
La pelirroja se asomó desde la ventana de su cuarto viéndolo afuera del portón con las manos en los bolsillos y un semblante triste y vacío.
Sin dudar bajo rápidamente hasta abrir ambas puertas y tenerlo frente suyo.
—Simón ¿no te quedarías en..?–
—Lo lamento, Ami– susurró de nuevo con los ojos rojos.
La pelirroja silencio y lo observo, el castaño sollozo débilmente y la abrazo. Escondió su rostro entre su cuello para después llorar sin control, la ojiverde no pudo evitar lagrimear.
Era cierto eso que se compartía el dolor.
—Aquí estoy, tranquilo–susurró con delicadeza acariciando su cabello.
Eso había prometido Simón a Ámbar, sin embargo había roto su promesa.
Tal vez sería difrente, debía de serlo, no volvería a arruinarlo como con la ojiazul.
Un poco más de historia al sufrimiento :v
¿Cómo van en su encerracion? Yo ya estoy hasta la madre, siento que el cualquier momento me volveré claustrofóbica pero trato de mantener la cordura.
¿Que les parecio el capítulo? No puedo mentirles, se me aguaron los ojos 💔
Ámbi es eterna❤
Ya me voy a mimir, sigan sufriendo babys😂❤❤❤
YOU ARE READING
Solos |One Shots|
FanfictionHistorias cortas sobre simbar, por que claramente soy una loca fangirl desde que apareció la pareja. Aviso: Este apartado ya no se actualiza pues he superado el shipp y ya no tengo creatividad respecto a subir Oneshot sobre ellos. Ah, y también hay...