Oscuro

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Estaba ardiendo, un suave dolor en el que se sentía tan iluso e ingenuo.

La imagen se repetía en su mente como video infinito, sus manos en su cintura mientras la ojiazul tenía sus brazos al rededor de su cuello bailando, ella riendo por algo que le dijo al oido. Como después se iban acercando hasta que ella puso su cabeza apoyada en su pecho sonriendo.

Deberías venir a la fiesta, se que no te llevas con Gastón pero sería divertido. Podríamos bailar o comer comida china, la madre de Gastón tiene talento para cocinar.

Tan rápido como había ingresado al salón donde estaba la fiesta, salió con frustración incrustada en su pecho.

Sabía cuantas veces su celular había vibrado por sus mensajes, era de las pocas personas que le mandaba mensajes.

No quería hablar, sabía que ella no tenía la culpa, simplemente quería estar sólo como la mayor parte de su tiempo.

¿Qué esperaba?

No todo era como le pasaba a los demás, no sería el chico que terminaría bailando con ella.

Simplemente sería los de el montón, los que envidiaban a los demás por su suerte o su confianza.

—¿Simón? Cariño, creí que regresarías más tarde– dijo su madre en la sala viendo el televisor, el canal de noticias diciendo lo que pasaba con las decisiones del presidente.

El castaño con pocas ganas de hablar, se esforzo en sonar lo más normal y cariñoso con dicha mujer a tres metros de distancia.

—Es que estaba algo aburrida la fiesta y no había muchas personas que conocia– la mayor sonrió cálidamente.

—¿Sigues enojado con Luna?

En tan solo dos meses había olvidado su problema con la mexicana, habían peleado gracias a la rubia. Claramente a los ojos de Luna, la ojiazul estaba siendo mala influencia para Simón ya que no pasaban tiempo juntos.

Ahora se sentía un completo idiota de haber defendido a capa y espada a Ámbar, había dejado de lado a la chica que siempre lo había hecho reír, incluso cuando había estado castigado y hablaban a escondidas por el teléfono de casa.

Aub recordaba la última vez que había pasado eso, su madre lo había castigado por haber reprobado historia e Inglés, después de haber visto que su madre había salido por un rato a comprar lo necesario para la cena el había aprovechado para hablar con Luna y agradecer que aun estaba entera su consola de videojuegos.

—No hemos hablado.

La mujer decidió dejar hasta ahí el tema.

Finalmente el castaño subió a su cuarto y decidió cambiarse a su pijama.

Cómodo y cálido. Estaba entre sus cobijas, aun era temprano para dormir, sin embargo sentía la necesidad de protegerse del ligero frío que rondaba afuera.

¿Ya llegaste? Te he estado buscando y no te veo.

¿Estas al otro lado? Cada vez esta más lleno y casi no veo nada.

Simón dime donde estás, no es divertido. Para nada.

Simón, ya estoy del otro lado y no te veo.

¡Oh espera ya te vi!

No eras tú, viendolo bien. De espaldas Gabriel se parece a ti.

Me dijeron que te vieron, y después te fuiste, ¿no me encontraste?

¿Porque no contestas?

Solos |One Shots|Where stories live. Discover now