7- 'Wey, era puro pedo'.

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(Mini maratón 2-3)

Al abrir los ojos, lo primero que veo es a Don Bigotitos sobre mi estomago ronroneando.

Ahora entiendo porque sentía pesado.

Suelto un quejido modorro. Estoy más dormida que despierta.

Bailé toda la noche con Emmett, se sintió bien, cada segundo. Y ahora mismo no soporto mis pies. Estoy bastante agotada. Suerte que no tengo resaca, sino esto sería peor.

Tomo a don bigotitos con cuidado y lo dejo a un lado. Voy al baño y me meto en la regadera para darme un baño de agua fría para despertar completamente. Después de vestirme con un short corto y una blusa sin sostén, bajo a la cocina para prepararme el desayuno.

Me hago un pan tostado con pollo dorado, aguacate y un poco de salsa picosa. Vierto un poco de jugo de limón en un vaso y me siento en uno de los taburetes frente a la isla.

Enciendo el portátil que se encuentra sobre la isla, y entro a YouTube para buscar un programa que por culpa de Jeremy no puedo dejar de ver. Según me dice, fue el programa favorito de su papá, y cuando tía Jess le dijo, se convirtió en su favorito también.

Cuando termino el desayuno lavo los platos sucios y limpio la isla dejando todo en orden.

Siendo un domingo, sin tareas, y sin mis padres en casa, y sin aseo qué hacer; decido subir a mi habitación para ver algún documental misterioso, o el programa de hace un momento.

Antes paso a la habitación de Ava para dejarle un poco de comida a don bigotitos que ahora se encuentra en su camita. Sigue dormido, muy plácidamente.

Me recuesto en mi cama y coloco el portátil frente a mí. Cuando estoy a punto de darle play al video, mi móvil suena.

Veo el nombre de mi madre puesto en la pantalla por lo que una sonrisa de alegría se pinta en mi cara. No he hablado con ella desde anoche cuando llegué después de la fiesta, pero ya siento que la extraño bastante.

—Hola, mamá. ¿Cómo va todo por allá?

—Hola cariño.

Oír su voz apagada hace que mi alegría de hace un momento se esfume.

—¿Pasó algo?

—En realidad sí—admite—. Tu abuela Daisy ha fallecido.

Mamá siempre ha sido muy directa con sus palabras. Y el hecho de que no tuviera ningún sentimiento hacia su madre, creo que se lo hizo más fácil. Y aunque yo casi no empleé una relación con ella—y no porque yo no quisiera, porque de verdad que lo intenté demasiado, pero ella no ponía de su parte— algo dentro de mí se rompe.

Siento un nudo en mi estómago y en mi garganta.

—¿Q-qué...?

—Sí. Anoche tuvimos que llevarla al hospital y simplemente no lo resistió. El alcohol la mató.

A pesar del vacío que siento en mí, no tengo ganas de llorar. No siento las lágrimas acumulándose en mis ojos. No siento que el mundo se me caiga en mil pedazos. Solo puedo sentir lástima por ella.

—¿Cómo estás?

—No lo sé—admite—. Siento un vacío en mí, pero... no más, Allie. No he llorado. Y me siento la peor hija del mundo por ello.

—No digas eso, mamá. Tú eres una gran persona.

—Ay Allie... —solloza.

Se escuchan unas voces al otro lado de la línea, por lo que no respondo nada hasta que ella vuelve hablar.

Más allá de la luna |cosmos II [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora