Más allá de la luna |cosmos II [BORRADOR]

16- 'Meredith 2.0'.

ALLIE.

—¿Llevas todo? —cuestiona papá por milésima vez.

Le veo, aburrida de la misma cantaleta.

—Vale. Llevas todo.

—Sí papá. Y ya debo subir al autobús o me dejarán.

—¡Pues mejor! —otra mirada de pocos amigos—. Vale, no.

Se acerca a mí y deposita un beso en mi frente.

—Trataré de ponerme en contacto con ustedes, vale. Y cuidadito con lo que hagas con ese novio tuyo. —me señala acusatoriamente.

Mis mejillas se calientan enseguida.

—¡No haré nada, papá! Ya, anda, ve a casa. Yo también debo irme.

Camino en dirección al autobús donde los demás también ya están subiendo.

Siempre a los de último año los llevan a hacer un campamento, y dado que ya sólo nos quedan dos meses y medios en el colegio, han decidido que ya es momento de que vayamos.

Al ser sólo dos grupos, uno se irá en un autobús y han utilizado otro para llevar todas las maletas de cada uno, más aparte el material y esas cosas ya que es un campamento de dos días.

Nos vamos ahora viernes al mediodía y estaremos llegando en cuatro horas y nos vendríamos el lunes en la mañana.

Veo a Margo sentada junto a la ventana. Me acerco a ella y tomo asiento en el lugar libre.

—Pensé que tu padre jamás te dejaría subir. —se burla.

Ruedo los ojos.

—A veces es medio pesado.

—Conmigo puede ser todo lo pesado que quiera. —me giña un ojo.

Eww.

—¡Margo! Guarda silencio, por el amor de dios.

Ella estalla en risas.

—Vale, vale. Cambiando de tema, pensé que te sentarías junto al amor de tu vida.

Giro mi cabeza hacia los asientos de atrás. Está con los del equipo de futbol, entre Tyler y otro chico, con los audífonos puestos evitando el bullicio que causan los chicos.

Tiene cara de querer matar a todos.

Creo que algo se le va pegando de ti.

Cuando siente mi mirada le sonrío, él también lo hace y sus mejillas se calientan.

—Parece que lo pasa mal. —añade Margo.

—Sí—digo entre pena y risa—. Pero no quiero dejarte sola aquí. Las otras dos ni caso nos han hecho.

—Déjalas. Tampoco las necesitamos, ¿no es así? además, Beverly no ha venido.

—Son nuestras amigas, y ¿Por qué no ha venido?

—No tengo ninguna pizca de idea. Y si quieres preocuparte porque han estado raras los últimos días, allá tú—le resta importancia—. pero deberías ir con tu chico. No me molesta. Igual y pienso dormirme durante todo el camino.

Me muerdo el labio.

—¿Estás segura?

—Sí.

—No quiero...

—¡Maldición Allie! Que vayas y te le avientes encima.

Mis mejillas se calientan.

—Vaaaleeee... pero no me le lanzaré encima.