8- 'Que extraña forma de pedir matrimonio, pero acepto'

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Por la tarde, Margo ya me está esperando en la parada de autobús para ir a donde Anne. No he hablado con Emmett desde que se fue de mi casa. Me envió un mensaje diciéndome que ya había llegado al campo del instituto para entrenar, pero no le he respondido.

—Hola, flaca.

—Hola guapa—le respondo con una sonrisa.

—¿Qué tienes? Te noto rara... —hace una mueca, analizándome.

—Daisy falleció en la madrugada.

Sus ojos se abren de par en par.

—¿Y cómo estás? ¿Cómo está tu mamá?

—Todo está bien—digo desanimada—. No sabemos cómo sentirnos, ¿sabes? Quizá suene un poco raro. Pero es que... creo que sólo la miré cinco veces en toda mi vida, y siempre que llamaba por teléfono era para pedirle dinero a mi madre. Jamás fue para preguntar cómo estábamos. Ni cuando estábamos enfermos. No obtuvimos nada de su parte.

—Es comprensible. No porque sea tu familia significa que debas llorarle. Nunca tuviste nada de parte de ella, nunca generó ningún tipo de sentimiento.

—De alguna manera mamá se siente culpable por no sentir dolor por su muerte.

—Tu madre es una buena persona, no debería sentirse así. Y si necesitas a alguien con quien hablar, sabes que puedes contar conmigo, ¿vale?

—Gracias, Margo—le sonrío.

El camión llega y ambas subimos pagando el costo requerido.

💋

Llamamos a la puerta de su casa y tras esperar unos segundos más de espera a puerta se abre y el padre de Anne aparece.

—Hola chicas, ¿Qué las trae por acá? Anne no se encuentra.

—Buenas tardes, señor Robert, en realidad veníamos a hablar con usted, no sé si se pueda.

Él nos examina lentamente, como tratando de entender la situación.

—Sí, adelante—nos deja pasar.

Nos acompaña hasta la sala de estar y nos ofrece algo de beber. Amablemente ambas le decimos que así estamos bien. La verdad es que yo no me atrevo a comenzar a hablar, y al notarlo, Margo decide ser ella quien le inicie la conversación de motivo de nuestra visita.

—Verá... señor Roberto, nosotras hemos venido a hablarle de Anne.

—¿Qué pasa con ella? —cuestiona alarmado.

—Eh... —decido hablar, dedicándole una mirada a Margo—. Anne ha estado un poco alterada con referente al tema de su pareja.

Roberto se pasa las manos por el rostro un poco frustrado.

—Lo sé. Y les juro que ella y yo hemos intentado hablar con Anne de una y mil formas. E incluso, Graciela a intentado ser su amiga. Llevarla al spa, acompañarla a hacerle las uñas, hacer pijamada, de todo, les juro que de todo—suspira—. Pero nada funciona. Ella sigue aferrada a que le estoy faltando el respeto a Andrea.

—¿Y no ha pensado en un psicólogo? —sugiere Margo.

—Ella no quiere ir. No sé si recuerden que cuando de recién pasó lo del accidente con Andrea, ella fue con una psicóloga, pero después dejó de ir y me hacía creer que sí lo hacía, hasta que quise hacer el deposito del mes. La psicóloga me llamó y me dijo que ella no había ido en todo el mes pasado, y me devolvió mi dinero. Me recomendó que primero hablara con ella.

Más allá de la luna |cosmos II [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora