18- 'La neta sí me dolió, pero andar triste no es de bellakos'.

2.6K 275 164
                                    

Digan presente.

MUAK.


Llaman a la puerta, y sé bien de quién se trata.

—Voy por ti. —le digo a Margo por teléfono.

Como supongo, Emmett está frente a mí con una ceja enarcada, pero no le hago ni caso. Me doy la media vuelta y sigo hablando con Margo.

—Vale. Le dije a mi papá y dijo que estaba bien. —responde.

—Sí. —me siento en un sillón—. Igual y podríamos invitar a las chicas. Hace mucho que no nos reunimos.

—Vale. Les enviaré un mensaje.

Levanto la vista hacia Emmett quien me hace señas.

Gesticula un "no". Enarco una ceja y tapo la bocina del móvil para que Margo no pueda oír.

—¿Qué?

—Vamos a salir. —sentencia.

—¿Perdón? Ni siquiera he pedido permiso.

—No hace falta. Me he dado cuenta de que tus padres no están.

—¿Cómo lo sabes? —reto.

—En primer lugar, ellos siempre están aquí en la sala, y si no, se escucha el ruido del televisor, ¡sorpresa! Ninguno de los dos. Segundo, Ava siempre anda por aquí. O sus zapatos están junto a la mesita de café, porque le gusta andar descalza, ¡sorpresa! No están.

Touché.

—¿Y cómo sabes que no han ido a un mandado?

—Estás sola, Allie. No quieras engañarme. —sonríe de lado y cruza sus brazos sobre su pecho.

Le hago mala cara y destapo la bocina, pegando nuevamente el móvil a mi oído.

—¡...IEEEE!

Despego el móvil de mi oído nuevamente haciendo una mueca.

—¿Qué?

—¿A dónde has ido? Me he quedado hablando como una idiota y tú no me respondías.

—Lo siento. Le estaba diciendo a Emmett—lo miro—. Que vendrás a dormir.

Niega con su dedo y su cabeza, muy lentamente. Me extiende la mano para que le dé el móvil, pero le doy un manotazo.

—Oh... bien. Si quieres hablamos después, envíame un mensaje cuando vayas a venir.

—No. Espera.

Tapo la bocina nuevamente para reñir a Emmett que no deja de intentar quitarme el móvil.

—¡Ponte quieto!

—Pásame el móvil. Hablaré con ella.

—Tú no tienes nada de qué hablar con mi mejor amiga, ¿bueno?

—Dame el móvil. —repite con tranquilidad.

—Te he dicho que no.

Suelta un suspiro y me quita el móvil. Así de fácil. Y se lo lleva al oído. Trato de quitárselo, pero es imposible.

—Sí. Saldremos a cenar... todo bien... ok... sí, pasaremos por ti después. Si no llegamos a las 11, es mejor que te duermas—le hago mala cara—. Sí... ajá... buenas noches.

Me devuelve el móvil, pero la llamada ya ha terminado.

—¡¿Quién te crees para quitarme el móvil?!

—Ahora sí, Ginger—ignora mi pregunta—. ¿Por qué me has estado ignorando todo el día?

Mis mejillas se calientan.

Más allá de la luna |cosmos II [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora