4. Un poco más cerca

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Todoroki

Semanas luego del festival, y tras el cambio de actitud en Iida, Midoriya, Uraraka y yo, nos acercamos a él. Su mirada se veía distante y fría.

Iida había estado sombrío, hasta que descubrimos que su hermano, Ingenium, había sido atacado por el asesino de héroes. Estaba patrullando con el viejo, cuando recibí un mensaje sin contexto de Midoriya, con una dirección. Al llegar al lugar de encuentro, Iida se encontraba en el suelo y el peliverde apenas podía hacerle frente al tipo cubierto de vendajes y salpicaduras de sangre. Luego de una intensa lucha, donde solo unidos pudimos derrotarlo, no había estado tan agradecido del entrenamiento con el testarudo de Bakugou. De no haber sido por las constantes prácticas, atacar a Stain con ambos dones no hubiese sido suficiente.

Mi viejo tuvo que ser quien asumió la victoria contra el villano, pues tanto los tutores de Midoriya e Iida, como nosotros estaríamos en graves problemas si se sabía que habíamos actuado sin la supervisión de ellos.

A la mañana siguiente, fuimos visitados por el jefe de la policía prefectoral, quien nos señaló nuestros errores pero que, debido a que no hubo mayores estragos, estaríamos libres solo con una advertencia.
– Debió empezar desde ahí – deteniéndome a mitad de la habitación a medida que mi molestia disminuía. A su retirada, se nos informó que nos darían de alta al día siguiente.

Resultamos con heridas menores, salvo por Iida quien repercutió con un tendón gravemente lesionado.

Esa tarde fuimos visitados por algunos de nuestros compañeros, aunque, al último que esperaba ver era a Bakugou. Kirishima, Sero, Kaminari y Mina se acercaron hacia nosotros haciéndonos varias preguntas acerca de lo que pasó. Tsuyu y Uraraka se acercaron a Midoriya quien estaba inusualmente sonrojado, cuando la segunda de las chicas se acercó a él. ¿Tendrá fiebre?

Yaoyorozu se dirigió hacia mí con cautela.
– ¿Cómo te encuentras, Todoroki? – se veía preocupada
– Son heridas menores. Mañana nos darán de alta.
– Eso espero. – espetó Bakugou quien ya no se encontraba en el marco de la puerta – Cuanto antes salgas de aquí, más rápido podremos volver a entrenar – ahora a pocos metros de mi cama
– No sabía que estabas tan preocupado por Todoroki
– ¡CÁLLATE! POR SUPUESTO QUE NO. SOLO LO QUIERO COMO BOLSA DE BOXEO – en respuesta a Sero, quien se escondió tras Kaminari
– No recuerdo que así haya terminado la última vez – mientras venía a mi mente que, de hecho, concluimos porque ambos estábamos exhaustos.

Ante mi comentario, reaccionó como se esperaba de él, pero yo estaba feliz de verlo. Su gesto se suavizó a media vuelta y se dirigió a la salida.
– ¡Espera Bakubro! – mientras salía tras él Kirishima. Los chicos permanecieron por al menos media hora más antes de retirarse.

Los días siguientes, pese al apresamiento de Stain, la criminalidad aumentó tras sentirse motivados por sus palabras con respecto al deber de los héroes y las deficiencias en el sistema social. Pese a eso, lejos de desmotivarnos a mejorar, nuestros dones se perfeccionaban en cada entrenamiento, entre problemas de geometría y reportes de la filosofía ética de un héroe.

De igual forma, aunque solemos ser cooperativos, los miembros de la clase parecían estar esparcidos en pequeños grupos, o al menos así de obvio parecía para Kirishima, Sero, Kaminari y Ashido:
– ¡Bakusquad!, ¡Bakusquad!, ¡Bakusquad! – vociferaban los cuatro anteriores mientras rodeaban al rubio que parecía darle nombre al grupo
– ¡DÉJENME EN PAZ, CUARTETO DE IDIOTAS! – le gritaba en respuesta
– Somos tu cuarteto de idiotas – reafirmaba Sero apoyándose del hombro de éste, quién no reparó en hacer una gran explosión
– ¡Eso no es nada varonil, Bakubro! – se quejó Kirishima mientras los otros tres lo usaron como escudo
– ¡MUÉRANSE! – alejándose de ellos
– ¡No nos dejes atrás, Bakugou! – protestó la del piel rosa
– ¿Quién pensaría que Bakugou encabezaría un squad?, kero – comentó Tsuyu al tiempo que hacía estiramientos con Uraraka
– Es demasiado ruidoso y brusco – se quejó la usuaria de antigravedad
– Pese a su carácter, tiene cierto aire de mando y es muy hábil – comentó el peliverde sobre su amigo de la infancia
– Tú también tienes don de mando, Midoriya – comentó Iida haciendo lagartijas
– No estoy tan seguro de eso... – su rostro estaba rojizo
– ¿Tienes fiebre, Midoriya? – me acerqué un poco a él
– Yo sí lo creo, kero –mientras Tsuyu tomaba una botella de agua – En el ataque al USJ fuiste tú quien nos motivó a Mineta y a mí a actuar.
– En el evento deportivo, tu liderazgo fue evidente, Deku – el chico estaba aún más carmesí cuando Uraraka se acercó. Debe ser insolación.
– También cuando recibí tu mensaje la noche que nos enfrentamos a Stain – pasándole una botella de agua
– Siempre nos motivas, Midoriya – dijo el representante de clase uniéndose a nosotros
– Me ayudaste a mí en plena competencia aun si eso significaba perder– su expresión fue de asombro, pero luego se suavizó
– Me alegra ayudarlos, chicos – todos sonreímos al verlo feliz
– ¡Somos el Dekusquad! – dijo la morocha dando un gran salto
– Suena bien, kero
– Estoy de acuerdo
– ¡Esperen! – moviendo los brazos hacia al frente
– ¿Éramos un squad?
– ¡Está decidido! – dando nuevamente un salto – ¡Es hora de que conozcan al Dekusquad!

Luego de ese día, el "Dekusquad" empezó a compartir más tiempo junto, e incluso los demás empezaron a identificarnos como tal, incluidos los del Bakusquad. Pero lejos de las actividades cotidianas, debíamos enfocarnos en los exámenes finales, en los que nos enfrentaríamos a los profesores.

Fui emparejado con Yaoyorozu para luchar en contra el villano Eraserhead y ambos logramos aprobar el examen.

Ya en el último encuentro, y para distópica coincidencia, Midoriya y Bakugou debían enfrentarse a All Might. Como era de esperarse, el poder de All Might era abrumador y ambos chicos estaban llegando a su límite, siendo Bakugou el primero en ceder y ser rescatado por Midoriya quien, para su suerte, solo tuvo que lidiar con un compañero inconsciente a su salida del área de prácticas.

De lo que pude observar, Bakugou depende mucho de su don que, si bien es bastante poderoso, tiene un límite. Aprender técnicas de combate cuerpo a cuerpo le ayudarían bastante. Se lo propondré la próxima vez que entrenemos.

Y tal y como lo pensé, el chico tuvo que someterse a un duro entrenamiento de resistencia física impartido por mí.

Con dificultad luchaba para no hacer uso de su don mientras intentaba hacerme frente, fallando garrafalmente.
– ¿Así es como piensas ser el héroe número uno?
– ¡CÁLLATE MALDITO...!
– Recuerda, sin usar tus dones – haciéndolo caer. Rápidamente tomé sus manos y, sometiéndolo en el suelo, pude percibir un fuerte aroma a... ¿Caramelo? – ¿Por qué hueles a dulce?
– Es la nitroglicerina que sudo, imbécil – molesto bajo mi agarre
– Huele bien. – ante mi comentario, su rostro se tornó rojizo. – ¿Estoy haciendo mucha presión?
– No es... ¡QUÍTATE! – empujándome a un costado cuando bajé la guardia. – ¡Es suficiente por hoy! – aún tenía la cara roja. ¿Tendrá alguna alergia o insolación como Midoriya?

Esa tarde, de camino a la entrada lo encontré de pie. Al parecer esperaba a alguien. Aproveche para ofrecerle una botella con agua.
– Toma – extendiéndole el elemento cilíndrico
– ¿Por qué crees que quiero eso?
– Cuando entrenábamos estabas muy rojizo, así que pensé que tenías insolación – el color rojo volvió a su rostro – Justo como ahora – mencioné, acercándome más a él. Acto seguido, me arrebató la botella y dio un sorbo.
– ¿Feliz? – secándose con la manga de su camisa
– Te ves mejor. – Mirándolo fijamente – Supongo que tendré que bajar la intensidad de combate a uno con el que puedas lidiar.
– ¡¿ME ESTÁS SUBESTIMANDO, MITAD–MITAD?! – se acercó como de costumbre a mi cara; chispas y humo salía de sus manos, pero, lejos de intimidarme, podía fijarme como sus pupilas se dilataban ligeramente en cada ataque de ira. Parecían rubíes.

Fuimos interrumpidos por el claxon de mi chofer.
– Nos vemos mañana, Bakugou – me despedí dejándolo visiblemente más calmado, al tiempo que Kirishima se unía a él.

Mirando mi celular, Fuyumi me informaba que había preparado soba fría, pero antes de recibir la buena noticia, ya me sentía feliz.

Me sorprendió ver una sonrisa que no estaba seguro si se trataba por la cena que me esperaba o poder ver otro lado de Bakugou.

Al final, parece no ser tan hosco como quiere hacer pensar a los demás. 

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