27. ¡Hora de mostrarles por qué somos los mejores!

94 11 2
                                    

Bakugou

El evento que tenía a los extras de distintas categorías en un deplorable y constante estado de ansiedad, al fin había llegado. Los malditos ensayos me tenían más que harto y ya no tendría que lidiar con "deja de improvisar Bakugou", no es mi culpa que sea tan inútiles.

– Hay más gente de la que esperaba – la cara redonda contribuyendo a reducir los niveles de estrés
– Y eso que es temprano – cara de soya agregó
– ¿Dónde está Deku? – la redonda preguntó. Ese maldito nerd, ¿por qué diablos no estaba aquí? Y como una invocación apareció poco tiempo después, corriendo como un desquiciado.

Nos colocamos en nuestras posiciones. En cuanto se abrió el telón el bullicio que se escuchaba ahora parecía ser más un estruendo. Todos los extras estaban esperando presenciar el mejor concierto que jamás hayan visto. Yo serviría de metrónomo, y como era debido, debía comenzar dejándoles bien claro nuestra superioridad.

– ¡Vamos allá!
– ¡Empecemos a lo grande! – continuó Shitty Hair
– ¡Aplastaremos a toda la U.A. con nuestra música! – dando inició con una explosión que, pese a que nadie esperaba, no pareció molestarles. Después de todo, ¿a quién no le gustan las explosiones?

Comenzamos a tocar los instrumentos como habíamos ensayado. El grupo de los extras bailarines llamaban la atención, mientras desde el fondo llevaba el compás con la batería. Shoto se encontraba en el techo esperando el momento para hacer uso de su don.

La ovación del público no hacía más que confirmar lo buenos que éramos, y no era para menos, yo era quien los guiaba, aunque la de audífonos no cantaba nada mal. Y ahora que lo pienso, conoce más de música de lo que pensaba, mucho más que el novato promedio. De no haber sido por ella, dudo que el tomacorriente tocara la guitarra eléctrica decentemente bien.

Ya casi se acercaba el momento en que debía acelerar el tempo. Mis ojos miraron rápidamente hacia arriba para encontrarse con los de él; ¿por qué me estaba mirando?, ¡se supone que debía estar atento a lo que debía hacer! No podía desconcentrarme.

Toque la nota acordada, y poco después el espacio bajó de temperatura, indicando que en efecto la segunda parte del concierto había iniciado, al tiempo en que se formaron puentes de hielo sobre nosotros, cola de caballo lanzó serpentinas al público.

De pronto, varios comenzaron a flotar, todo gracias a la ayuda de la rana y cara redonda.

La canción casi llegaba al final, y por la euforia que venía desde el frente, no es difícil suponer que habíamos logrado nuestro cometido. Si bien esto era para demostrarle a las otras clases que éramos mejores que ellos, al tiempo en los animábamos, ellos no eran los únicos felices. Las veces en las que veía los rostros de la clase, todos estaban felices.

Toqué las percusiones finales y si antes parecía haber ruido, estaba seguro que poco o nada podría escuchar tras esa ovación.
– ¡Por fin terminamos con esto! – dije para mí. Estaba mirando alrededor buscándolo, solo para encontrarme con una sutil sonrisa que me miraba desde arriba. No pude evitar devolverle el gesto, antes de girar a otro lado.

Al terminar, debíamos dejar listo el espacio para la siguiente actividad. Mientras el resto reunían los pedazos de hielo, quien los generó y yo estábamos derritiéndolos.
– Lo hiciste muy bien – escondiendo una sonrisa
– Claro que sí, yo llevaba el ritmo... Tú no estuviste mal. – Maldición, ahora estaba sonrojado. Si lo seguía mirando, terminaría igual. El de cola se acercó para depositar más hielo y luego marcharse.
– Veamos el resto de las actividades después – sugirió. Claro que quería pasar tiempo con él, pero ¿con qué excusa? antes de responder, el fastidioso ruido de los extras de otros cursos, llamó mi atención.
– Clase 1-A, ¡fue muy divertido!
– Genial, ¡Gracias! – Shitty Hair estaba tan emocionado que, de tener cola, la estará moviendo frenéticamente
– Sí, fue divertido. Estuvo bastante bien. – el extra del estúpido copete se alzó como una ballena en el grupo que salía del gimnasio. Debieron sentir que los estaba matando, pues junto a la tipa que lo acompañaba, comenzaron a chillar desesperados.
– ¡Lo sentimos!
– ¡Fuimos para criticarlos! – vociferaron solo para huir despavoridos
– No era necesario decirlo – comentó el toma corriente. Está demás decir que estaba satisfecho con eso. "Ganamos" pensé.
– Fue como dijo el Prof. Aizawa, estaban estresados – comentó el pelirrojo. – Tenías razón, Iida.
– Pero hay quienes no nos vieron, debemos... – fue interrumpido por otro de los extras del grupo que no había terminado de irse.
– No importa. Sabemos lo mucho que se prepararon.
– Y nosotros los vimos. Se lo contaremos a los demás.
– ¡Fue realmente divertido!
– Sus sentimientos llegaron a nosotros – y eso confirma que, en efecto, les ofrecimos el mejor concierto de sus vidas, pero eso no era suficiente.
– No me convence – acercándome a ellos – ¡Traigan a los que no vinieron! – me quise acercar, pero las manos de Shoto me tomaron por los hombros
– No hace falta – no podía oponerle resistencia.

Aprovechando que los extras, estaban entretenidos en el estúpido concurso de belleza, me acerqué al bicolor.
– Vayamos a caminar
– ¿Quieres que te haga compañía?
– ¡Tú fuiste quien lo pidió!
– No me respondiste – colocándose a mi lado
– Ya vámonos–. En cada apartado, había diferentes actividades auspiciadas por estudiantes para otros estudiantes. Desde los incidentes ocurridos, se había decidido cerrar el festival al público, pero lejos de eso, no parecía haber mayor inconveniente. Lo miré de reojo, y seguía sonriendo – ¿Qué te causa tanta gracia?
– Estoy contigo. – mis manos se volvieron puños en los bolsillos de mi pantalón. Comencé a sentirme agitado.

Caminamos un rato más, hasta que fuimos abordados por el cuatro ojos, ShittyHair y el invoca animales, poco después se unió a nosotros el cuervo y la invisible. Fue bueno mientras duró.

El pelirrojo me retó a una carrera de obstáculos de uno de los cursos, y por supuesto que gané sin problemas. De igual forma, Shoto estaba entretenido tomándose foto en un puesto con el robot que tenemos por representante de clase. Poco después el resto de extras se nos unió y todo el grupo andaba de puesto en puesto, probando comida, haciendo retos y un largo etcétera que no podía importarme menos.

En un momento, un grupo de chicas se acercó al bicolor para halagarlo.
– ¡Eres fantástico!
– Durante todo el concierto no podía dejar de verte – él se veía abrumado. No le gusta llamar la atención.
– Realmente eres fascinante – estaba incómodo, y no eran celos; más bien las envidiaba. Deseaba poder decirle todo eso en voz alta, frente a los demás; dejarles saber que solo yo podía hacerlo...
– ¿Estás soltero?
– Yo...
– ¡Dejen de molestar! – las ahuyenté como moscas. Tal vez algún día podría.

...

Estaba agotado. Solo pensaba en dormir, o eso pretendía. Tras salir de la ducha recibí un mensaje de Shoto. "Estoy en la azotea, ¿quieres venir?" Sí, claro que sí. Apagué la luz de mi habitación con destino hacia arriba. El resto de los extras se encontraban en la fogata.

Una vez allí, estaba sentado al borde. Cuando le dije que me adelantaría al dormitorio, no pensé que él también lo haría.
– ¿Ya te aburriste del festival? – me quité los audífonos, sentándome a su lado
– Quería relajarme y hoy es posible ver a Venus desde aquí – fue entonces cuando me di cuenta de que tenía un telescopio – Además, si no estás tú, no es divertido
– Eso es mera manipulación – tomando su mano izquierda para ponerla a mi alrededor, comenzaba a tener frío. Él inmediatamente entendió mis intenciones y el calor comenzó a salir de su brazo. Me recosté en su hombro, para verlo apuntar el telescopio hacia el cielo, a la vez que una sonrisa se formaba en su rostro, y en el mío. Pese a eso, aún aquí, solo pensaba en las chicas que le dijeron todo lo que no me atrevo en voz alta. Fue entonces que sentí la necesidad de abrazarlo.
– ¿Pasa algo? – se inclinó para estar a la altura de mis ojos. Estando tan cerca de mí solo pensé en besarlo, y así hice. Fácilmente lo mantuve cerca de mí, haciendo pausados movimientos, mientras deseaba que ellas vieran que no estarían ni remotamente cerca de estar con él. Las compadezco. – Te ves feliz – dijo, una vez nos separamos
– Eso es porque estás conmigo – su rostro se iluminó, y ahora era él quien se acercó para besarme. Me acomodé para acariciar una de sus mejillas, al momento en que el beso subía de intensidad, volviéndonos a embriagar como dos días atrás. Podría acostumbrarme a esto. – Vayamos a tu habitación. – pedí, con la respiración entrecortada.

Me las arreglé para colocar mis piernas alrededor de su cintura, y mis manos en su cuello. No recuerdo cuanto tiempo estuvimos así, pero seguimos besándonos hasta quedar dormidos. 

Formas Parte de MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora