Hagakure
Desde la última vez que hablamos con Momo, Jiro y yo no hacíamos más que preocuparnos por la amigable chica. Habían pasado varias semanas desde que la vimos quebrarse y el par de chicos parecía ser cada vez más cercanos.
En más de una ocasión, los había visto hablar casi en susurros, como si no quisieran que nadie los escuchara, sin contar que la forma en la que se miraban más que una cercana amistad, rallaba en el borde de ésta. Tanta era su proximidad, que incluso el amigable de Kirishima parecía haber echado al margen por uno de sus amigos más cercanos, estando considerablemente ausente en los últimos días, figurativa y literalmente.
Pese a las advertencias de la pelinegra para mantenernos al margen, no podía evitar preocuparme, aún más del estado en el que la chica se encontraba después de ver al chico heterocromático pasar tanto tiempo con el más volátil de la clase, fuera durante algún entrenamiento o incluso una que otra vez durante el almuerzo. Pero fue el día del Festival Cultural cuando la vi esforzarse tanto en contener las lágrimas al ver como ambos chicos se divertían compitiendo para ver cuál de los dos derribaba una pila de latas de una estantería con una pistola de agua, sin tomar en cuenta que, además de los presentes ahí y del Dekusquad, como de alguna forma era conocido el cuarteto del cual también era parte Todoroki, ella era sin duda una de las más preocupadas por él, mientras el chico estaba visiblemente afectado mientras era televisada la pelea de su padre con ese aterrador monstruo.
Por esa misma razón, y cansada de la ambigüedad que ronda a esos dos cada vez que los veía juntos, decidí tener una visión más íntima de ambos; es probable que dentro de sus habitaciones hubiera algo que me sirviera para averiguar qué tipo de relación sostenían, o al menos por qué se volvieron tan cercanos. Días atrás me había inmiscuido con la agilidad de un ninja en la habitación del más sereno del dúo, solo para sentirme dentro de un templo; su habitación emanaba una tranquilidad celestial, al igual que su dueño. "Todoroki es bello por dentro y por fuera" pensé viendo más a detalle la habitación del chico. Miré detenidamente en los espacios e incluso hojeé algunos de sus libres y apuntes, sin éxito, por lo que no me quedaba más opción que arriesgar mi vida entrando al sitio más peligroso de toda la academia, o a lo mejor, de todo Japón: la habitación de Bakugou.
– ¿Vienes, Toru?, Ochako y Tsuyu nos esperan – me invitó Jiro en compañía de Momo
– Lo siento, tengo algo más que quisiera hacer – mirando disimuladamente a mi izquierda, aunque ahora que lo pienso, ella no podía ver mis ojos; supongo que lo hice como acto reflejo natural ante la lejana posibilidad de ser expuesta.
– De acuerdo – poco convencida. No te preocupes Jiro, haré que mi sacrificio no sea en vano.Las chicas habían pensado en hacer una noche de películas para animar a Mina, que últimamente se veía algo decaída y si de paso, el humor de la pelinegra mejoraba al lado de sus preciadas amigas, sería mucho mejor; un conveniente dos por uno.
– Y, ¿qué piensan hacer hoy? – una vez cerca del cuarteto de chicos, conformado por Sero, Kaminari y mis dos objetivos: Bakugou y Todoroki. Y con esa sola pregunta, los ojos rojos del rubio parecieron brillar al dirigirlos a los del bicolor mientras respondía mi pregunta, recibiendo un gesto parecido del referido.
Ese breve momento nos llevó a los cinco al área de entrenamiento, donde ambos chicos se enfrentarían. Y vaya que fue una vez allí donde presencié de cerca cómo funcionaba la dinámica de ambos, o más bien... ¿coqueteo? Esto me resultaba muy extraño. Quería pensar que comenzaba a alucinar producto de todos los doramas BL que había estado viendo últimamente, pero por la forma en que se referían entre sí, era obvio que había bastante química.
Mientras el par de chicos a mi lado estaban eufóricos viendo a su amigo sometido por el estoico y guapo chico bicolor, que lograba derribarlo sin mayores tropiezos, al punto en que, con aparente facilidad, logró ponerlo boca abajo, manteniéndolo en esa posición gracias al peso que ejercía su cuerpo. Debo admitir que mi imaginación viajó más lejos de lo que imaginé al verlos en esa posición. ¡Tengo que cesar mis maratones de dramas! En un momento, incluso, el obvio ganador, tras acercarse al oído de su sometido, esbozó una sonrisa que lejos de ser de burla, parecía más bien sugestiva... ¡Estoy peor de lo que pensé! No podía estar más feliz de que mi don hiciera imposible que se notara si me sentía nerviosa.
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Formas Parte de Mí
FanficTuvimos que pasar más tiempo juntos para descubrir que quizás podríamos tener varias cosas en común, como nuestros sentimientos... afortunada e irremediablemente. Vamos, no te resistas. Quizás sea la joyita que no esperabas leer pero sí la que nece...