22. Visita sorpresa

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Mitsuki

Al abrir la puerta, lo que menos esperaba era encontrar a mí irreverente hijo traer a la casa a alguien más que Izuku, quien no nos visitaba desde hacía ya mucho tiempo.

El chico era de apariencia apacible. Por un momento me quedé pensando dónde lo había visto antes, hasta que recordé que fue quien quedó en segundo lugar en el Festival Deportivo. Su cabello y ojos de diferente color eran mucho más llamativos en persona.

Estaba en plena preparación del almuerzo cuando llegaron, así que inmediatamente comencé a aumentar las raciones. Por pura consideración con el chico, decidí mantener un tono de voz más a ameno, pero, si compartía tanto tiempo con el ruidoso de mi hijo, deberá estar acostumbrado a sus alaridos.

Mientras el arroz terminaba de cocerse, me dirigí a la sala, pero la vista de ambos chicos me conmovió en demasía.
– Así que ya me invitas a conocer a tus padres. ¿No crees que vas muy rápido? – ambos estaban sentados en el sillón
– No te hagas ilusiones – acercándose a pocos centímetros del chico. Mi corazón se agitó por la familiaridad que ambos se mostraban. Era confuso, pero, agradable al mismo tiempo. – Solo vine a buscar algunas cosas. Una vez termine, iremos a otro sitio.
– Y de seguro me dirás "no me molestes con tus preguntas estúpidas" si te pregunto dónde, ¿verdad? – acercándose aún más. Yo sentía que no debería espiarlos, pero esto era demasiado nuevo para mí. Katsuki se veía realmente a gusto con él; mucho, de hecho.
– Me conoces muy bien – y la subsecuente sonrisa de ambos a su respuesta lo confirmó. La mirada que ambos sostuvieron por esos segundos me tomó el aliento. Era la primera vez que veía a mi hijo tan a gusto con alguien, y ese sentimiento me sobrecogió. Decidir que estuviera en los dormitorios, fue una buena decisión después de todo.

El rubio se dirigió a las escaleras y el otro chico se giró, viéndolo alejarse, por lo que me motivé a hablarle.

– Si bien lo recuerdo, tu nombre es Todoroki, ¿verdad? – sentándome a su lado
– Sí. – El chico era de apariencia reservada y educada. Me transmitió mucha paz verlo así de apacible. Pensar que pasa tanto tiempo con ese alborotador, me hace pensar que a lo mejor no sea tan malo relacionándose con los demás.
– Es realmente admirable que te lleves tan bien con él
– No lo entiendo. ¿Ocurre algo con él?
– No, es solo que mi hijo es... Bueno, ya debes saberlo...
– ¿Explosivo, ruidoso, arrogante, pedante?... Sí, lo sé. – No tuve más que sonreír ante la acertada enumeración
– Sí. Justo así.
– También es un buen compañero y amigo cuando quiere. Incluso hay un squad que lleva su nombre, al que a veces suele prepararles de comer. – Yo estaba incrédula de imaginarlo en una situación semejante, pero el chico se detuvo, con los ojos desorbitados, antes de continuar. – Sin embargo, haga de cuenta que usted no escuchó esto de mí.
– ¿Cuál es el nombre del squad? – dudó, pero al final respondió "Bakusquad" en un susurro. Mi risa resonó en toda la casa, y eso llamó la atención del ruidoso en el piso superior.
– ¡¿DE QUÉ DEMONIOS SE RIEN USTEDES DOS?!
– ¡NADA QUE TE IMPORTE! – estuvo de pie en el barandal superior
– Bicolor, sé dónde vives y duermes. Estás advertido. – Mostrándole una actitud desafiante, a la que el aludido solo respondió con una cálida sonrisa.
– Gracias por ser tan cercano a mi Katsuki. Puede llegar a desesperar a veces, pero es buen chico. Como creo que lo eres tú – desde que vi su cabello quise acariciarlo, y no me resistí a hacerlo. Al chico lo tomó por sorpresa, pero después pude ver que sonrió ligeramente. Estaba feliz de ver lo mucho que había mejorado Katsuki, y sé que en compañía de Todoroki, no haría más que ser exponencial.


Todoroki

Mientras la madre de Bakugou, o más bien su versión femenina adulta, servía la comida, pude ver en uno de los estantes una foto familiar, donde se encontraba a un costado de ambos, un hombre de expresión relajada con lentes y cabello castaño, el que imagino debe ser su padre. Si de su madre adquisición la apariencia, debe ser de su padre la versión más relajada que me muestra cuando estamos solos.

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