Deku
Me había quedado dormido sobre mi escritorio y podía sentir cómo mi mejilla tenía claramente marcada el margen de mi libreta, con un círculo opaco por una húmeda hilera de mi saliva. Me quité el excedente de mi boca, y me aparté del escritorio.
Cuando pretendía dirigirme a mi cama, el rabillo de mi ojo captó un leve destello color verde desde el exterior. Al acercarme al balcón presumiendo que podría tratarse nuevamente de Aoyama, me percaté de que no había ni el más mínimo rastro de queso, lo que descartó esa posibilidad.
Pese al frío, decidí salir solo para ver una figura irregular moverse en la oscuridad, camino a la entrada del dormitorio. Al principio pensé que era un gato hasta que me percaté que esas esferas moradas sobre su cabeza solo podrían pertenecer a Mineta. ¿Acaso era sonámbulo?
Sé que me he ganado a pulso ser un imán para los problemas, pero es increíblemente irónico que sea solo yo quien se entere de este tipo de situaciones, haciéndome imposible ignorar a quien pueda ayudar, y mucho menos quedarme de brazos cruzados.
Con agilidad y la más extrema cautela, me las arreglé para acercarme a él lo más rápido posible, para confirmar que en efecto estaba en una especie de trance. Había leído que cuando caminas dormido, lo mejor es no perturbar a la persona pues no sabemos cómo podría reaccionar, pero había algo inusual en él. Sus ojos tenían un leve color verdoso, iridiscente. Debía arriesgarme.
– ¿Mineta? – tomándolo suavemente por el hombro. Sin respuesta. – Despierta – sacudiéndolo; no reaccionaba, ni siquiera parpadeaba. Esto es muy extraño. Pensé entonces en pellizcarlo, pero temía que utilizara las esferas sobre su cabeza para pegarme al suelo, por lo que me alejé a una distancia prudente y concentré un 2% del OFA en mi pulgar e índice para crear una ventisca de aire que lo sacudiera.
– Mini Detroit Smash – concentrando la energía en mi mano derecha, esperando a que surgiera efecto, sin embargo, el chico comenzó a parpadear, pero ya no lo podía detener
– ¿Qué...? ¿Midori...? – logrando moverse a un lado, atemorizado. El aire a presión levantó algunas hojas, lo que me hizo pensar que quizás debí concentrar solo el 1%.
– ¡¿Pero qu...?! – me apresuré para cubrir su boca
– No hagas ruido. – indicándole que hiciera silencio. – Estabas caminando despierto
– ¡¿Qué?! – volviendo a elevar la voz. Espero que nadie haya escuchado o estaremos en problemas, y realmente no quiero agregar otro a mi colección
– No grites. – Ahora el ansioso era yo – ¿Eres sonámbulo? – ¿Es posible que quien en ese estado se dé cuenta de él? Porque si así fuera, estaría consciente, pero entonces no estaría caminando despierto...
– ¡Midoriya! – dándome un ligero golpe en la frente. – Murmurando así haces más ruido – no me había dado cuenta. Al parecer ya había vuelto a la normalidad.
– Lo siento. – incorporándome.
– Últimamente no he estado durmiendo como debería – haciendo círculos con su cuello
– Creo que deberías ir a la enfermería. – Mientras nos dirigíamos hacia el interior del dormitorio.
– Sí, sí... – moviendo su mano desinteresadamente. – Nos vemos dentro de unas horas y, gracias. – mostrándome lo que pienso era una sonrisa. Le devolví el gesto, pero no dejaba de pensar que esto no terminaba de convencerme. Considerando lo propensos que hemos sido para llamar la atención de la LOV, debía ser cauteloso con lo que ocurrió esta noche, sin embargo, comentarle esto al Prof. Aizawa no haría más que llevarme a un incómodo interrogatorio y un posterior sermón de por qué no recurrí a él en primer lugar.Quizás solo estaba exagerando y esto fue un hecho aislado, aunque, pensándolo bien, desde la última pelea en la que estuvieron involucrados Endeavor y Hawks contra ese Nomu humanoide, no se habían manifestado mayores estragos, lo que podría pensarse como una táctica de LOV para atacar en el momento menos pensado y... ¡Estaba divagando otra vez!
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Formas Parte de Mí
FanficTuvimos que pasar más tiempo juntos para descubrir que quizás podríamos tener varias cosas en común, como nuestros sentimientos... afortunada e irremediablemente. Vamos, no te resistas. Quizás sea la joyita que no esperabas leer pero sí la que nece...