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Wonwoo tuvo una de las más espantosas semanas de su vida. Donde no pensó que llegaría el viernes, mucho menos el sábado.

Haber despertado sin alarma aquel fin de semana, fue la mejor bendición que había recibido en mucho tiempo. 

Se levantó con lentitud, se tomó una taza de café y unas tostadas simples con mermelada antes de meterse a la ducha e iniciar su día. 
Había hablado con Kim, planeando una salida. 

Incluso si estaba entusiasmado por verlo y disfrutar de momentos como el festival de las linternas, no podía negar que el cansancio de su trabajo le estaba cobrando factura. 

Salió de su departamento, vestido con una camiseta blanca, una chaqueta de mezclilla y unos pantalones que combinaban con el jean superior. Colores claros, mientras que sus zapatillas eran las más cómodas de su armario. Se enfrentó con un tiempo bastante despejado, contrario a la lluvia de la semana pasada. 
Subió hasta su vehículo, y encendió el motor, colocando la calefacción ya que claramente llevarían a Bohyun consigo. No quería que el pequeño enfermara o se enfriara. 

Mingyu estaba afuera, así que apenas Jeon se estacionó frente al edificio, se acercó mientras llevaba un cochecito, una sillita que parecía nueva encima del cochecito, y finalmente a Bohyun en un sólo brazo. Jeon se sorprendió, parecía cargar con muchas cosas al mismo tiempo. 

Kim abrió la puerta del copiloto, dejando encima un bolso que parecía llevar todo lo necesario para el pequeño. El azabache salió del vehículo, en un intento de ayudar al padre en apuros. 

—¿Es su sillita? 

—Sí, es nueva. Tuve que cambiarla porque está creciendo demasiado.—Dijo Kim mientras miraba al niño sosteniendo con todas sus fuerzas el panda que por primera vez el doctor lo vio completamente blanco y limpio. 

—¿No tenías otra antes? 

—Esa está en el auto de Soonyoung, desde el accidente es él quien me lleva al trabajo... Y sobre eso, tengo que pedirte un favor.—Dijo Mingyu mientras intentaba hacer malabares entre el niño y colocar la silla. 

—Dámelo, tú pone la silla.—Asintió Wonwoo, mientras intentaba ayudar. Dejaría la petición para cuando ya estuviesen sentados en el auto y listos para partir.

Recibió al niño en sus brazos, y el mismo jugó con él, recibiendo carcajadas y gratitud por volver a ver al hombre azabachado que intentaba recuperar el tiempo perdido con el pequeño. Le pidió perdón por alejarse, y el niño sólo exclamó palabras no muy bien articuladas pero que aquel doctor intentaba interpretar como un abrazo. 

Mingyu terminó de colocar la silla y de guardar el cochecito plegable en el maletero, volvió al frente del coche logrando ver la adorable imagen de ellos dos balbuceando entre sí, y un Bohyun más feliz que nunca. 

—Listo. Ya puedo colocarlo.—Asintió Mingyu, Jeon hizo un puchero. 

—¿Puedo hacerlo yo?—Pronunció el mayor, mientras daba un vistazo a Bohyun y a Mingyu rápidamente. 

—Encantado, él odia que lo siente ahí.—Rió aquel padre, mientras se apartaba y le dejaba espacio en la entrada del vehículo al pelinegro para colocar el niño. 

El doctor hizo todo tipo de amagos, hablándole al bebé a la vez que abrochaba su cinturón. El niño ni se quejó, y de hecho rió mientras lograba afirmar bien su panda de peluche. Wonwoo le sonrió y rápidamente se separó, cerrando la puerta del auto. Le dio una sonrisa de satisfacción al moreno, sorprendido por la habilidad de su mayor para colocar al infante en su silla sin escuchar ni un reproche. 

—Debes enseñarme eso.—Dijo Kim mientras abría la puerta del coche. 

Jeon se dio la vuelta, y antes de entrar le respondió: 

For the first time.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora