For the first time.

20

La lluvia se había intensificado incluso más. El cielo estaba ennegrecido por las nubes y la oscuridad de aquella tormenta. Wonwoo había dejado toda su ropa en la secadora, y sus zapatillas embarradas en la tina junto al paraguas del moreno, el cual goteaba por la incansable lluvia del cielo tan enojado. 

Jeon salió del baño ya vestido, con su ropa interior y una camiseta realmente holgada. 

Mingyu estaba sentado en la sala, con Bohyun cerca. No habían intercambiado una palabra los dos alumnos desde que hablaron bajo aquella tempestad. 

El doctor se colocó unos shorts, los cuales se cubrían mayormente por la camiseta ancha. Volvió hasta donde Mingyu, quien jugaba con el panda de peluche del pequeño. Bohyun estaba casi dormido encima del pecho del más alto, así que no sería un problema para ellos dos romper el silencio.

Kim mentiría si decía que aquel azabache no se veía bien con aquellas prendas y el cabello aún humedecido por la ducha. Sus piernas esbeltas completamente expuestas, y una postura indefensa. Se veía realmente bien en esa posición, pero no se atrevió a escupir esas palabras de su boca. 

—Puedes dejarlo en mi habitación.—Dijo Jeon, mirando con incomodidad al menor. 

—¿Seguro? ¿No se caerá ahí?—Preguntó, levantándose igualmente del sofá mientras acariciaba la espalda del pequeño. 

—Puedes poner almohadas... Tengo muchas.—Susurró indiferente, mientras lo rodeaba y se sentaba en el sofá. 

—Okay... Gracias.—Asintió, dirigiéndose un poco tenso hasta la pieza. Acostó a Bohyun y lo aseguró. Incluso si el pequeño no solía moverse mucho mientras dormía, era mejor evitar accidentes. 

Volvió casi de inmediato, con pasos lentos y descalzos. Los cuales sonaban secos sobre el suelo. Wonwoo estaba con los ojos cerrados cuando se lo encontró. Tenía su cuerpo sobre el respaldo del sofá, y sus piernas estaban puestas sobre la mesa de café. Se notaba cansado, realmente no había sido su día, y él iba solamente a molestarlo. 

—¿Estás muy cansado?—Preguntó el trigueño, sentándose al lado del mayor. 

—No realmente... Sólo un poco decaído.—Negó con la cabeza, levantándola del borde del respaldo, y volviendo a mirar a Kim.—Deberías dormir un rato...

—Quiero hablar. 

—Eres un dolor en el culo.—Asintió el mayor, mientras daba una sonrisa de lado.

—Pensé que ya lo sabías.

Ambos rieron. La conversación se sentía menos pesada que antes, pero igualmente Jeon no quería hacerse falsas esperanzas sobre un Mingyu no decidido por su futuro amoroso. Simplemente no podía esforzarse por algo que aquel moreno no pensaba iniciar. 

—No sé como empezar esto.—Susurró Wonwoo.—Soy malo con las palabras. 

—Empiezo yo, fui yo el problema, es lo mínimo que puedo hacer.—Asintió el más alto, mientras se erguía en aquel sofá.—Sé que no debí hacer eso. Me sentí muy mal después de ese día. No merecías sentirte mal o sucio por todo lo que dejé botado. Vales mucho más que eso y debí haberlo entendido desde el minuto uno. 

—Gracias...

—Me gustas mucho, Won. No puedo imaginar lo afortunado que fui el día de mi accidente. Fuiste la única persona que realmente quiso hacer un cambio desde que estoy a solas con Bohyun. Eres la segunda mejor cosa que me ha pasado. 

—La primera es Bohyun, ¿Cierto? 

—Claro.

—Vaya, entonces soy muy importante.—El mayor inclinó un poco la cabeza, desvergonzado por el pequeño sonrojo que teñía sus mejillas. Un silencio abrupto se instauró antes de que la conversación se reanudara.—¿Puedo hacer una pregunta? Ya que tenemos la posibilidad de hablar.