El pequeño Kim ya había terminado de comer, así que Wonwoo ayudó al menor a ordenar las cosas usadas y a relajarse mientras el pequeño reposaba su comida y jugaba con unos llaveros que tenían aros de colores y una cebra. Kim se lo había pasado para distraerlo un rato y dejar que ellos disfrutaran de la tarde soleada.
El doctor se relajó un rato, y cerró los ojos mientras se echaba hacia atrás, apoyando sus manos como para recibir con totalidad cada rayo de luz que podía llegar. Kim lo miró, mientras escuchaba los balbuceos del pequeño de fondo, y el parque hacía sus sonidos joviales.
—¿Quieres acostarte?—Preguntó Mingyu, mientras cruzaba sus piernas y las palmaba para llamar la atención del pelinegro.
—¿Puedo?
—No hagas preguntas estúpidas.—Negó el trigueño, mientras sonreía un poco y desviaba la mirada hacia su hijo.
El médico se recostó lentamente y apoyó su cabeza en el regazo de su pareja. Lo miró, logrando un ángulo excelente de Mingyu completamente ensimismado en los otros seres que pululaban por el entorno. Jeon sonrió y como si quisiera guardar el recuerdo, se quedó un rato observando los rasgos del hombre que se encontraba a su lado. Finalmente logró sonreír y relajarse. El peso de la semana le había pasado la cuenta y Kim era casi como la morfina para un enfermo.
—¿Cómo estuvo tu semana?—Preguntó el agente, mientras peinaba los cabellos del azabache, cosa que lo obligó a cerrar los ojos y ronronear como un gato.
—Del demonio.—Soltó junto a una sonrisa.
—¿Y eso por qué?
—Demasiado trabajo. Varios doctores se tomaron vacaciones, y yo como residente joven... Tengo que hacer el trabajo duro y tal. ¿Sabes lo horrible que es hacer exámenes rectales y abscesos por varios días y múltiples veces en un sólo turno?—Kim soltó una carcajada, sin dejar de acariciar los cabellos sedosos, brillantes cabellos negros que gracias al sol lograban descollar de una manera única.
—No, no sé lo horrible que puede ser. Pero sí puedo imaginarlo.—Afirmó Mingyu, besando la frente despejada por sus dedos del doctor.
—Me alegra haber salido hoy con ustedes... Lo necesitaba.—Dijo con tono serio el mayor, abriendo sus ojos para presenciar los gestos del moreno que lo miraba con ojos melados.
—Lo mismo digo. Mi semana no fue tan horrible como la tuya, pero... Me hace feliz tenerte cerca.
Eso fue como un sartenazo al corazón del azabache. Que tan pronto escuchó esas dulces palabras, pudo sentir como las comisuras de sus labios se alzaban y notar su pecho acelerarse. Estaba tranquilo, estaba emocionado porque Kim daba pasos hacia al frente y no hacia atrás; estaba tomando las chances de querer otra vez, y él era quien lo presenciaba. ¿No era eso genial después de toda esa confusión previa? ¿Fue suficiente como para borrar sus dudas?
—Lo mismo digo. Los dos son mi mejor panorama desde que los conozco.—Anunció el mayor.
—¿Lo somos? ¿Ambos?
—Claro. Si me enamoro de ti, también debo querer a Bohyun. Vienen en un paquete, no puedo apartar a uno. ¿No es así?—Susurró con mejillas coloradas, y una sonrisa contenida.
—Oh Wonnie, no sabes lo lindo que suenas diciendo eso.—Aseguró el trigueño, mientras dejaba besos en todo el rostro del chico encima de sus piernas, dio un último beso en sus labios, y se sonrieron al darse cuenta de que estaban completamente embobados por la vista ajena.
—¿No es algo básico decir eso?
—Bueno, las personas que Soonyoung me ha llevado a lo largo de este año para salir, han sido completamente desconsideradas con Bohyun. La mayoría lo encontraban alguien ajeno y muy aparte. Como una mascota. Que tú trates a mi hijo como parte de tu familia o de tus cercanos, es algo impagable.
ESTÁS LEYENDO
For the first time.
FanfictionMingyu odiaba los hospitales. Todo desde que había perdido al amor de su vida en uno. Pero, quizá el doctor Jeon Wonwoo no era igual de negativo que un hospital. Un doctor bueno y apacible pero que nunca había caído en las redes de un amor empedern...