Al principio de las rutinas, todo es complicado.
Así fue desde el compromiso de ambos en un intento de coordinar sus vidas ya unida en aquella forma de empezar sus días.
La primera vez, Kim tuvo que llamar varias veces al azabache, quien debido a sus estudios hasta tarde se levantó sólo cinco minutos más tarde. Unos cinco minutos que hicieron que se tornara en un encuentro directo con el tráfico atochado.
Ya el resto de la semana, y de las siguientes dos, simplemente sus rutinas matutinas se convirtieron en cosa fácil de adaptar a sus vidas. Y el médico que había aceptado aquel trato, no se había arrepentido ni un segundo de su decisión, incluso si todo requería el doble de esfuerzo que antes. Después de todo, ahora se hacía cargo de dos personas más que también se unieron a su vida cotidiana.
Un miércoles común, un día después desde que Jeon cubría un turno de noche de su profesor, quien se ausentó por cosas personales que se reservó para sí mismo, nuevamente se había levantado más temprano de lo normal para ir a buscar al castaño.
Subió al vehículo, y condujo hasta la dirección que ya por hábito se sabía de memoria. El recorrido no era nada nuevo para él, y ni siquiera se inmuto cuando intentó lograr antes de lo estimado.
Mingyu salía del edificio mientras el doctor ya había desbloqueado las puertas con un botón. Hizo el amago de bajarse, pero Kim le negó mientras colocaba al niño soñoliento en su sillita.
Wonwoo suspiró y miró hacia la calle, la cual ni se inmutaba por ellos haciendo sus vidas.—Buenos días, Wonnie.—Dijo animadamente el menor.
—Buenos días, Gyu.—Sonrió rápidamente el mayor, mientras se volteaba un poco y miraba a Bohyun, quien dejaba caer su cabeza en uno de los costados de la sillita mientras intentaba dormir.—¿Tienes sueño, ah?
—Ni me lo digas... Estuvo con tos toda la noche, apenas pudo pegar un ojo el pobre.—Wonwoo lo miró rápidamente, un poco preocupado. El moreno ni siquiera se notaba demasiado angustiado. Apretó la pierna de su amado en un intento de tranquilizarlo y ambos simplemente se miraron.
El castaño, como siempre acostumbraba, depositó un beso en los labios del menor, antes de acariciar su mejilla.
—¿Lo llevarás al doctor?
—Te mandé un mensaje anoche... Supongo que no lo has visto.—Wonwoo negó, buscando con la mirada su móvil.
—No, lo siento, estuve ocupado anoche y apenas tuve tiempo. ¿Qué decía el mensaje?
—Me tomé el día. Avisé que Bohyun estaba enfermo, así que te acompañaré al hospital.—Asintió Kim, en un intento de relajarse y no morir de preocupación por su hijo.
El doctor en un intento de no atrasarse más, arranco, y comenzó el verdadero cuestionario que el agente ya estaba anticipando. Claramente estaba esperando todas las preguntas médicas para poder responderlas con la mayor precisión posible.
—¿Comió algo en especial? ¿Le duele el estómago?
—No, sólo tiene tos, un poco de fiebre que intenté bajar lo máximo posible.
—¿Cuánto era?
—Casi treinta y nueve grados.—Jeon bufó al escuchar el número, acariciando su entrecejo mientras intentaba adelantar un vehículo que no estaba ayudando al tráfico, mucho menos a la frustración del azabache.
—Debiste haberme llamado.
—No importa. No es la primera vez que pasa algo así. Sé como manejar todo esto.
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For the first time.
FanfictionMingyu odiaba los hospitales. Todo desde que había perdido al amor de su vida en uno. Pero, quizá el doctor Jeon Wonwoo no era igual de negativo que un hospital. Un doctor bueno y apacible pero que nunca había caído en las redes de un amor empedern...