Llegó el día en que Wonwoo fue dado de alta.
Fueron unos días agotadores. Sobre todo para el paciente en cuestión. Quien varias veces insistía en que quería volver a casa, que no necesitaba realmente ayuda de muchas manos. Y que su frustración aumentaba por la inutilidad de sus acciones, la anulación de sus deseos. Era como si todos hicieran oídos sordos para sus peticiones y reclamos. Sólo quería irse lo más antes posible.
—Puedo estar en casa por mi solo.—Afirmó el azabache, aún sentado en su camilla luego de que avisaran que pronto se irían y debían preparar todo para ello. Estaba discutiendo un poco con el moreno, quien insistía en dejarlo vivir en su hogar hasta que las sesiones de fisioterapia más intensas terminaran, y finalmente pudiera caminar con más fluidez.
Sabía que había sufrido un traumatismo importante en sus músculos y parte de su hueso durante el accidente, y fue un milagro que algunas arterias y venas no hubiesen hecho que se desangrara tanto. Recuperarse sería un proceso largo y tedioso, y era consciente de ello.
—No, Wonwoo. No puedes hacerlo solo.—Kim estaba frustrado. Había tenido varias veces esa conversación con él. Los siete días de internado que estuvo debido a un leve daño en sus vías respiratorias y la preocupación de infección en su pierna operada para finalmente extraer el objeto extraño que tenía.—Necesitas ayuda... ¿Quieres estar peor acaso?
El azabache lo miró, mientras se desataba la bata de hospital que ya estaba hartándolo.
—Tienes a Bohyun. Me puedo cuidar solo.—Desvió la mirada, y agarró las prendas que su tía le había traído hace unas horas. La mujer debía irse a casa así que no podía cuidarlo, mucho menos llevarlo a su propio hogar.
—Bohyun o no, quiero cuidarte.
—Puedo caminar con los bastones. Y luego de la fisioterapia estaré mejor.—Se colocó una camiseta, y su ropa interior la tomó. Con cuidado pasó su pierna lastimada antes, y luego la subio hasta debajo de sus muslos. Estaba vacilando sobre si subirla, y estaba muy avergonzado de siquiera pedir ayuda para hacerlo.
Kim lo miró, pendiente de sus movimientos por si el azabache se tambaleaba o era incapaz de vestirse por sí solo, después de todo, habían pasado varios días hasta que al fin abandonó la bata insípida del establecimiento de salud.
—Sólo no quiero ser una carga para ti... ¿Cómo lo haríamos? Es decir, tu trabajo no queda tan cerca del hospital, y no sé quién dejaría a Bohyun, y probablemente llegues tarde a tu trabajo, además no soy bueno en fisioterapia, y seguro saco de quicio a mi fisioterapeuta. Tendré que seguir con los medicamentos y, y...
El moreno se acercó, afirmó la cintura de su amado que estaba parado en un sólo pie, evidentemente tambaleándose. Traía sólo su ropa interior, y suspiró al notar la terquedad del muchacho. Besó sus labios castamente y le sonrió. Con su mano libre le peinó los cabellos rastreando con sus ojos las escasas heridas del doctor aún un poco herido.
—¿Qué tal si sólo vamos a casa y luego planeamos lo que hay que hacer?—Le susurró con gentileza.—Siéntate, yo te pongo los pantalones y los calcetines, así como un príncipe.
El mayor rió, y casi saltando en un pie se sentó al borde de la camilla. Esperó que el trigueño le extendiera los pantalones, metiendo sus pies en ellos. Mingyu le abrochó el pantalón con cuidado, y subió el zipper con una mirada coqueta que hizo reír al Jeon que se notaba amargado por todo lo que el alta significaba. Amaba ver su sonrisa, notar que era capaz de al menos provocar un mohín incluso en sus malos días. Quizá era una de las cosas que su cabeza le recordaba cada vez que lograba hacer cosas mínimas como esas. Saber que tenía el mismo efecto en Wonwoo, y viceversa.
El moreno le puso los calcetines al verlo tan poco acostumbrado a usarlos por sólo una semana. Le tuvo que ayudar, con suavidad, con gentileza. Posteriormente, cuando los bastones ya habían llegado a la habitación, terminó por ponerle unas zapatillas cómodas y le abrochó los cordones con doble nudo para evitar accidentes. Kim era realmente precavido con el mayor, y este, aunque no le gustaba ser cuidado recibía con gusto los cuidados. Los hacía de buena fe, con toda la amabilidad del mundo y sabiendo que sólo buscaba hacerlo sentir cómodo. Se dio cuenta de que odiaría empujarlo atrás por simple orgullo, como lo había hecho antes en su vida con otras personas con aquellas acciones que le costaron caro.
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For the first time.
FanficMingyu odiaba los hospitales. Todo desde que había perdido al amor de su vida en uno. Pero, quizá el doctor Jeon Wonwoo no era igual de negativo que un hospital. Un doctor bueno y apacible pero que nunca había caído en las redes de un amor empedern...