18

611 80 8
                                    

Empezar una semana con un fin de semana de decepciones no era lo mejor para Wonwoo.

Agregando que su día... No iba para nada a como lo planeaba. 

—¡Saturación de oxígeno a ochenta y nueve! ¡Está entrando en fibrilación!—La voz femenina hacía todo distinto. Wonwoo había llegado sólo para hacer la consulta quirúrgica a un niño con heridas múltiples debido a un choque de auto. 

—¡Hay que llevarlo a la sala de operaciones!

Las voces sonaban, todos paseaban por la sala de trauma. Y Wonwoo sólo podía intentar evitar que aquella víctima no fuese llevada por la parca. 
Con fuerza y valentía, lograron sacar la camilla para llevarlo al piso de cirugías. Seungcheol iba con él, quién le enseñaría a operar como siempre. 
Una enfermera los acompañaba, mientras simplemente bombeaba la bolsa de ambu del paciente. 

No tomó mucho para que ambos entraran a la sala. Listos, esterilizados. 

Estaban simplemente operando, hasta que una arsenalera llamó la atención de Wonwoo. Quien le avisó que su celular estaba vibrando insistentemente. 

—Contesta, señorita Oh, seguro es importante.—Jeon suspiró, mientras intercambiaba herramientas de sus manos e intentaba mantenerse concentrado. Seungcheol lo ayudaba, pero en verdad era el azabache aprendiz quien estaba realizando casi todo. 

La llamada se conectó, y el aprendiz sintió escalofríos al escuchar sonidos de bebé. Sabía quién era en específico. Soltó un suspiro que se le regresó en la mascarilla quirúrgica. Simplemente asumió las consecuencias se haber respondido una llamada mientras toda la sala de operaciones lo estaba observando. 
Cada una de las herramientas se movía y hacía ruidos metálicos cuando llegaban de vuelta a la bandeja esterilizada. El médico pediátrico más especializado, lo miró expectante. Wonwoo había estado actuando demasiado estructuradamente. Ni siquiera entendía de donde sacaba la concentración para todo lo que había hecho ese día. Pero lo había logrado. 

¿Era su frustración la cuál lograba mantenerlo con la mente en el juego? 

—¿Wonnie?—Jeon casi suelta uno de sus utensilios de irrigación dentro del cuerpo del niño al que operaba. Sus mejillas ardían, y quería pedir ayuda para poder dejar la sala y pedir un taxi hasta el infierno por la vergüenza. 

—Mingyu. ¿Qué quieres?—Las personas detrás conversaban, Seungcheol frunció el ceño, y asistió con los retractores para aumentar más el campo de visión sobre el paciente.

—Hum... Lo siento mucho. Creo que lo que hicimos esa noche...

Wonwoo botó intencionalmente una bandeja al suelo, y simplemente rió nervioso. Pidió que la arsenalera con su móvil se acercara, sin contaminar, pero sí con intenciones de hablar más de cerca. 

—Kim Mingyu, estoy trabajando ahora mismo. Te lo dije ayer, ¿Recuerdas? Todo la maldita sala de operaciones te acaba de escuchar. Así que si quieres mantener tu estúpida dignidad también, será mejor que te calles.—Su tono sonaba cansado. Y lo estaba. Sostenía con fuerza excesiva tijeras que estrechaban uno de los conductos que debía apretar para evitar desastres. 

—Oh, yo...

—Nada, Mingyu, nada. Te llamo después.—El de cabellos zainos simplemente suspiró, y la arsenalera cortó la llamada antes de que el doctor se sacara de quicio.—Gracias, señorita Oh. 

Choi lo miró, intentando descifrar qué es lo que había ocurrido. De pasar a un estudiante pasivo y dócil, se convirtió en una bestia que prestaba atención a todo y todos. No se le pasaba nada por alto. 

For the first time.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora