Apenas Jeon pudo marcar la salida de su turno, salió casi volando del lugar. Odiaba quedarse atrapado, sobre todo cuando le tocaba cubrir cirugía. Donde se tentaba muchas veces en asistir o ayudar allí cuando no había espacio, o simplemente lograba perder su tiempo.
No era justo.
Así que apenas logró escaparse, lo hizo.
Mientras tanto, durante todo el día libre del moreno, todo se limitó a cuidar de Bohyun, mezclar su medicina con la comida para que no fuese imposible de dar. El señuelo funcionó bien como para evitar que escupiera el medicamento.
Después de todo, el diagnóstico era cierto. Su fiebre bajó luego de unas horas, y el pequeño durmió unas buenas horas donde el moreno intentó hacer malabares para atender a su hijo, y al mismo tiempo adelantar trabajo desde casa. Faltar al trabajo era un lujo que se podía permitir pero que no podía esperar hasta más tarde.
Pasó varias horas sentado formalizando en papel y documentos todos los casos que ya habían finalizado, y desarrollado. Él mismo había aceptado el papeleo sólo por el hecho de que debía cuidar al pequeño que tenía bajo su protección.Era ya tarde, quizá las nueve de la noche. Kim ni siquiera quería ver la hora a esas alturas. Estaba cansado y ver la hora lo deprimía sabiendo que llevaba incontables minutos sentado con papeles hasta el techo y posibles palabras enredadas que ya su cerebro era incapaz de sintetizar.
Notó que era tarde cuando alguien abrió la puerta, y un suave tintineo de llaves sonó. Se asustó un poco, hasta que escuchó un carraspeo suave y una voz conocida.
—Veo que hablabas en serio sobre venir hasta acá.—Anunció Mingyu sin levantarse de la mesa del comedor, viendo que el mayor se le acercaba y echaba un ojo hacia lo que hacía.
—Me gusta cumplir promesas.—Afirmó Jeon, suspirando un poco y dejando un beso en la mejilla del moreno.—¿Bohyun?
—Está en su habitación, no quería soltar sus juguetes así que lo dejé ahí.—Afirmó Kim, sonriendo un poco por el beso recibido. Alzó la mirada hacia el azabache, y el mismo se notaba curioso mientras miraba hacia el pasillo y específicamente hasta la habitación del pequeño.
—¿Sigue con fiebre?
—No, bajó un poco. Durmió una buena siesta, comió bien y tomó sus remedios a regañadientes, pero lo hizo.—Afirmó Mingyu, dando un pequeño bostezo antes de mirar los papeles que tenía encima.—Puedes dejar tus cosas en mi habitación.
—Oh, ¿Quieres que me quede?—Preguntó Jeon, con un tono genuinamente inquisitivo.
—Si quieres. ¿Mañana trabajas?
—No, mi profesor no va. Me dijeron que mejor me quedaba en casa, porque no habían supervisores que podían estar como ojo de halcón sobre mi.—Wonwoo se encogió de hombros, mientras se sentaba en la misma mesa que el menor.—Yo supongo que mañana tú si vas al trabajo.
—Sí... Tendré que llamar a una niñera, no quiero mandar a Bohyun al jardín.—Afirmó el más alto, mientras pasaba una mano por su frente y suspiraba pesado.
—¿Y qué tal si yo me quedo a cuidarlo?
—Wonnie...
—Hablo en serio, ¿Por qué no?—Afirmó Jeon, estirándose un poco y mirando al moreno que tenía rostro cansado y no estaba en posición como para poder discutir la determinación de su novio.
—Porque ya haces demasiado por nosotros. Será mejor que descanses y demás.—Mingyu tomó la mano del mayor, quien estaba por encima. Pasó su pulgar por los nudillos del azabache y sonrió ampliamente al notar lo suaves que eran.—Estás sacrificando muchas cosas por mi y por Bohyun... Ni siquiera sé si en verdad lo merezco, además...
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For the first time.
FanficMingyu odiaba los hospitales. Todo desde que había perdido al amor de su vida en uno. Pero, quizá el doctor Jeon Wonwoo no era igual de negativo que un hospital. Un doctor bueno y apacible pero que nunca había caído en las redes de un amor empedern...