Capítulo 26.

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3 de Agosto, 2021.
Londres, Inglaterra.

Daniel.

Ella está más callada, ella siempre fue mucho más seria que yo, pero la note más silenciosa que de costumbre anoche.

En este momento la veo durmiendo sobre mi pecho y no puedo evitar pensar que es la mujer más hermosa que alguna vez ví, que es la mujer más cautivante que alguna vez tuve la suerte de conocer y no solo por lo físico, sino también por quién es. Literalmente ella supera las expectativas de cualquier persona.

Paso mis dedos por ese tatuaje que tiene a lo largo de toda la columna con las iniciales de sus hermanos y padres, mientras veo cómo se acurruca más aún en mi pecho, sin dejar de mirarla beso su frente.

Aún me sigue sorprendiendo que yo pueda sentir tanto amor por una persona. Pero también soy consciente de que ella es mi libertad; es mi desesperación; es mi paz; es mi intensidad; es mi fuerza; es mi amiga, es mi novia, es la mamá de mi niño, pero sobre todo es mi amor y es mi mujer. Es la misma a la que conocí hace tantos años y de la que me enamoré perdidamente, es la misma a la que le entregué mi corazón y fue algo correspondido, ya que, muy bien se que yo tengo el suyo.

-Dan...

-Hola, mi reina-Murmuro apenas veo que abre sus ojos oscuros de a poco.

Ella lleva su mano a mi nuca y besa de forma casta mis labios para luego acurrucarse contra mi haciendo que bese su frente.

-Quédate así-Murmura mientras baja su mano por mi pecho desnudo.

Siento como juega con el elástico de mi boxer y tomo su mano antes de que haga algo más.

-Damon se despertará en un rato, amor-Le respondo.

Mi mujer se mantiene aún callada pero libera su mano y la adentra a donde quería desde un primer momento. Siento como me toma y gruño en respuesta en cuanto me da un apretón logrando que empuje mis caderas.

-Mmm, buenos días-Murmura mientras empieza a masajear.

Debo contenerme de gruñir o gemir muy alto, por lo que la tomo del cabello con el objetivo de levantar su rostro hasta el mío. Su sonrisa soberbia y su mano en mi pene me hacen gemir.

-¿Te quieres correr en mi mano, mi amor?

-Me quiero correr dentro de ti.

-No has hecho nada para merecerlo...

Tomando su cabello con un poquito de fuerza, como a ella le gusta, acerco aún más su rostro al mío y así, finalmente, poder besar de forma profunda sus labios, haciendo que su lengua haga contacto con la mía. Su toque se vuelve más rápido haciendo que mi cuerpo se empiece a tensar.

-¿Por qué no te corres?-Me pregunta mientras baja sus besos a mi cuello.

Esta mujer será mi perdición, no hay otra explicación.

-Rusa-Gruño.

Ella sonríe de una forma que amenaza con matarme. Tratando de hacer que ella también tenga algo empiezo a dejar un rastro de besos por su cuello para ir bajando hasta una de mis partes favoritas de su cuerpo; sus pechos. Mis besos se instalan ahí y no puedo evitar pasar mi lengua por esos dos triángulos que tiene tatuados en medio de sus senos.

Nunca me había dado cuenta lo mucho que me gustan los tatuajes en las mujeres hasta que los vi en ella. Siento que los tatuajes son algo importante en mi cuerpo, siento que de manera indirecta cuentan quien soy, mi esencia. Y ahora, cada vez que tengo el placer de ver a esta mujer desnuda no puedo evitar pensar que a ella le pasa lo mismo que a mi. Ella es la mujer rusa que no se olvida de dónde viene, es la mujer que da la vida por el bienestar de su familia y también es la mujer que siempre fue impulsiva, y eso lo cuenta con el arte en su piel.

Última vuelta [Daniel Ricciardo] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora