Capítulo 48.

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Nikova Ivanov.

13 de Agosto, 2022.
San Petersburgo, Rusia.
2 días para la "hora cero".

Apenas nuestros pies tocaron suelo ruso, luego de un largo viaje en tren, nuestros celulares fueron sacados de nuestro poder y fuimos subidos a un auto en el cual mi padre es el conductor.

Incomunicados. Todos.

Solos en un país donde podemos perder absolutamente todo.

¿Qué hago aquí?

-A ver si entiendo-Habla Roma mientras nuestro padre conduce por la ciudad-. Estamos aquí, solos e incomunicados... Dimitri, ¿Tú eres consciente que tanto Oliver como Nikova tienen gente que esperan por ellos?

Papá la mira por el espejo retrovisor y niega con la cabeza derrotado.

-Es un peligro que todos ustedes tengan un teléfono, si los usan; los ubican y si los ubican, antes de que demos siquiera un paso, puede llegar a ser muy peligroso, hija-El hecho de que remarque su lazo no es sorpresivo, pero si es raro.

-Solo ten presente que no me gusta para nada esto.

-Lo tengo en cuenta, Roma.

El viaje transcurre en un rotundo silencio. Roma saca con su boca el esmalte en las uñas de su mano, desde mi lugar veo que tiene un claro chupón en el cuello pero no lo menciono cuando se con quien ella pasó su noche. Desde aquí se ve el atardecer de la ciudad rusa, se ve el tránsito cotidiano y la tranquilidad usual.

¿Quién diría que este lugar mañana por la noche sería un auténtico campo de batalla?

Vuelvo al silencio del auto y me enfoco en Oliver, quien cada tanto mira sus manos, ese tatuaje sobre su muñeca con el nombre de su hija. Él no tiene porqué estar aquí y sin embargo es el primero en la línea de fuego, se con certeza que quiere vivir y, mentiría si dijera que no lo entiendo, pero es admirable porque él jamás dudó en venir y estar aquí. Él ni siquiera sabe sostener bien un arma pero según su idea es una gran ayuda moral.

-Ya casi llegamos-Habla papá.

La tensión en el auto es palpable. Hasta hace menos de 24 horas estábamos en una boda y ahora estamos ante una guerra que solo quiere ver sangre Ivanov correr. Aún no he llorado, no he pensado demasiado porque sé que en el preciso instante en que piense de más van a venir imágenes de todo lo que estoy dejando atrás.

Estoy siendo egoísta, extremadamente egoísta. Estoy dejando a mi hijo, con todo lo que he luchado para tenerlo conmigo, pero también sé que es cuestión de tiempo para que lo busquen si yo dejo esto de lado. Lamentablemente todo el que tenga apellido Ivanov o tenga que ver con nosotros está maldito. Y es que, luego del atentado contra la vida de mi hijo y mi prometido el año pasado, el menor tenía un custodio siempre que Daniel o yo no estábamos cerca de él, era para prevenir, afortunadamente jamás le pasó nada, pero, ¿hasta cuándo iba a ser capaz de darle una vida así? ¿eso era vida?

Roma a mi lado tararea una canción que por lo general canta Carlos, eso me hace mirarla divertida. Ella parece en su mundo y no sé si soy capaz de interrumpirla.

Nuevamente me consumo en mis pensamientos hasta que en mi campo de visión aparece una gran casa, y por gran casa me refiero a un castillo de piedra con aspecto gótico. Creo que los tres recién venidos aquí nos sorprendemos, mientras que mi papá en cambio se ríe por lo bajo.

-Es la casa de uno de los jefes de la bratva.

-Uno de tus compañeros-Murmura mi hermana.

-Yo estoy retirado, Roma...

Última vuelta [Daniel Ricciardo] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora