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«Siempre que cierro los ojos,
Es como un paraíso negro»

Dark paradise (Lana del Rey)

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***

Pronto se acercó la hora de volver a clases de piano y eso no lo dejó tranquilo. Se le repetía en la mente la escena de horas atrás. Se miró todavía la mano vendada y tragó saliva. No podía explicar el enojo que se había apoderado de él cuando vio su reflejo. Sin decir palabras, había escapado de los brazos de Harry y en silencio, sin ser seguido, caminó hacia la habitación donde durmió por primera vez sin tener sueños.

Esa tarde no fue a buscarlo Harry. Ninguno preguntó sobre su ausencia. Louis y sus compañeros de clases se dirigieron hacía sus respectivas clases.

No fue una clase productiva. Se sentó a leer la mayor parte de la clase gracias a su mano herida. Louis había insistido que no era la gran cosa pero el profesor no estaba de acuerdo y prefirió prevenir que lamentar. Le fue difícil concentrarse. Le volvían a la mente los sucesos de horas atrás y suspiró cansado ¿Cuándo había sido la última vez que había llorado en frente de alguien? ¿Qué pensaría Harry de él en ese momento? Se miró la mano por milésima vez en el día y entendió que pasaría un buen tiempo antes de poder mirarlo otra vez a la cara.

No fue un buen día. Al terminar la clase caminó directamente hacia la habitación, ignorando las miradas de sus compañeros y las del profesor. Agradeció estar solo porque en ese momento, odiaría que lo vieran sucumbir ante la desesperación de escuchar voces que no venían de ningún lado.

Se había prometido no volver a empuñar una cuchilla hasta su recuperación pero a veces era mejor seguir la corriente que nadar contra ella. Cuando las voces aparecían, la única forma de callarlas era darle lo que le pedían, lo había aprendido con los años. Aún si no quisiera, prefería eso a tener que soportarlas.

Se dirigió al baño para darse una ducha. Tragó saliva mientras se quitaba la venda de la mano y procedió a desvestirse. Reguló la temperatura antes de meterse bajo la ducha. Agarró la cuchilla y prefirió mirar hacía otro lado mientras se abría la piel.

Tres cortes adornaron su vientre y siguió duchandose; ignorando el dolor y la sangre.

Tres cortes adornaron su vientre y siguió duchandose; ignorando el dolor y la sangre

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In the dark. «Larry Stylinson»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora