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«Cariño,
caigo a pedazos cuando estoy contigo»

Cherry (Lana del Rey)

Harry Styles siempre había odiado las despedidas

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Harry Styles siempre había odiado las despedidas. Nunca terminaba de entender ese absurdo de conocer personas que tarde o temprano, se iban de alguna u otra forma. El problema era que no sabía cómo controlar lo que sentía. Harry Styles era de esas personas que entregaban todo sin medir y así mismo, experimentaban un vacío interminable cuando la despedida se aproximaba lenta e inexorablemente. Se prometía nunca más entregarse tanto y tan rápido, promesa que siempre rompía sin darse cuenta.

Perder al hombre más importante de su vida, le afectó de muchas maneras, no porque creía que su padre era un héroe o una especie de Dios inigualable que nunca más encontraria. El cambio se produjo cuando entendió que su vida era una seguidilla de encuentros y despedidas, lágrimas y risas, felicidad y tristeza. Sin embargo, lo que más le afectó, fue ver a su madre tendida sobre el cajón, llorando como nunca antes. Harry lloró ese día, se dijo que haría hasta lo imposible para jamás volver a experimentar el dolor de perder a alguien que amaba, al mismo tiempo que observaba a Amy llorar en un rincón vistiendo un largo vestido negro. Ella siempre decía que todos sus problemas, también le pertenecían.

Amy en su momento había sido ese miedo. Había creído durante tanto tiempo que jamás encontraría alguien como ella, que ahora le parecía absurdo estar tranquilo con la idea de no tenerla nunca más en su vida, porque ahora cuando pensaba en el miedo, Amy no era lo primero que le venía a la mente.

En cambio pensaba en un par de ojos azules, cansados por el tiempo, por la falta de sueño, por una vida llena de miseria, pero también pensaba en una sonrisa floja, un par de labios rosas, delgados, suaves. Pensaba en un par de manos pequeñas, en una voz fina y melódica y se le cerraba el estómago pensando en el día que Louis Tomlinson no estuviera a su lado.

—  Volveré, lo prometo -dijo Harry observando a Louis vestirse lentamente. Todavía podía sentirlo enojado. El sexo nunca solucionaba nada pero a esas alturas, Harry estaba lejos de pensar con coherencia.

— Como digas -murmuró Louis con la intensión de irse de la sala de música y dormir el resto del día, sin embargo Harry lo detuvo del brazo con una mano y con la otra, tomaba su mentón para poder verlo a los ojos.

—  Volveré. Lo digo enserio.


Se fue luego de un beso corto en los labios. Suspiró cuando estuvo solo en la sala de música, se recargó contra el piano y pensó en las palabras correctas para agradecerle a Amy el tiempo vivido, que guardaría por el resto de sus días la historia que habían compartido como una de las mejores aventuras de su vida. No podía mentirle si cuando más tiempo pasaba con ella, más pensaba en Louis.

Llegó a casa cuando oscureció, cuando comenzó a llover, cuando encontró valor para cruzar la puerta de casa para decirle a Amy que ese hijo que venía en camino no iba a significar la unión eterna entre ellos.

In the dark. «Larry Stylinson»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora