Uno tenía demonios que lo consumían. El otro estaba casado felizmente.
Ellos no necesitaban amarse. Uno estaba roto. El otro intentaba arreglarlo sin éxito.
No se necesitaban y al mismo tiempo, no podían estar lejos del otro.
O donde Louis termina e...
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A la mañana siguiente
Harry llevaba observándolo dormir desde no hacía más una hora. Cuando abrió los ojos le costó mucho tiempo asimilar que el cuerpo desnudo que tenía al lado no era el de Amy, que esa habitación y esa cama no me pertenecían. En otra situación se hubiera espantado de sus propias acciones, sin embargo, por alguna razón no sentía miedo de tener los tobillos de Louis rozando los suyos. Tal vez era la primera vez que lo veía tan tranquilo. Ahora no se le hacían raras sus noches de insomnio porque entendía (o trataba de entender) el motivo. Verlo dormir, respirar tan pacíficamente le llenó el pecho de una sensación calentita.
Le acarició la espalda con la punta de los dedos, con la intensión de despertarlo. Louis fruncía el ceño y se removía maldiciendo.
— Esperaba oír de ti un buenos días mí amor, y no maldiciones -murmuró Harry besando su espalda. Louis se removió bajo su cuerpo pero no dijo nada; seguía con los ojos cerrados —. Vamos perezoso, que tienes que desayunar -insistió Harry mordiendo su hombro derecho suavemente; Louis gimió dándose vuelta por fin, como si recién hubiera terminado de comprender que no se trataba de un sueño, que de hecho, Harry estaba ahí.
— Buenos días, mí amor -murmuró Louis tapándose el rostro con las sábanas. Harry rió quitando las sábanas de su rostro —. Es increíble que yo dijera eso ¡Quítate! Y dejar de mirarme con esa cara. Dios. Eres raro.
— Buenos días para ti también, bebé -dijo Harry en respuesta con una sonrisa genuina en los labios. Besó la punta de su nariz antes de ponerse de pie —. Levántate Lou, tienes que desayunar y yo correr a mi oficina antes de que mí carrera se vaya directo a la basura -comentó mientras buscaba su ropa.
Louis se había puesto de pie luego de estirar su cuerpo. Imitó su acción;de pronto se sintió demasiado avergonzado de estar desnudo frente a Harry.
— ¿Tienes muchas cosas que hacer hoy? -preguntó Louis intentando preguntar realmente si ese día se iría a casa con Amy.
— Aún no lo sé ¿Por qué? ¿Algo que quieras decirme? -preguntó al mismo tiempo que se subía el pantalón. Miró a Louis de pies a cabeza — Eres rápido cambiándote.
— Preguntaba por curiosidad -se encogió de hombros.
— Bien, don curioso, ve a desayunar. Van a empezar a preguntar por ti si no te ven. Yo voy a fingir que pase la noche en mí oficina.
Louis asintió. Se acercó a la puerta pero antes de salir, retrocedió sobre sus pasos y dejó un besito en la mejilla de Harry antes de finalmente retirarse.
Tan pronto como Louis se fue, Harry suspiró pasándose una mano por la nuca.
