Uno tenía demonios que lo consumían. El otro estaba casado felizmente.
Ellos no necesitaban amarse. Uno estaba roto. El otro intentaba arreglarlo sin éxito.
No se necesitaban y al mismo tiempo, no podían estar lejos del otro.
O donde Louis termina e...
«Si me abrazas sin lastimarme, serás el primero en hacerlo»
Cinnamon girl (Lana del Rey)
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En sus años trabajando para Future for Me, jamás le tocó vivir escenas como aquella; de ver a alguien llegar a tal extremo de inducirse el vómito en frente de todos. Necesitó un tiempo a solas para procesar lo que había pasado y por primera vez se preguntó si realmente podía ayudar a alguien. Y aunque lo intentaba y había leído hasta cansarse libros hablando sobre el tema, jamás iba a entender del todo que llevaba a una persona a odiarse de tal modo como para dejar de comer y eventualmente morir de a poco.
Cuando el reloj marcó las seis, se encontraba caminando hacia la habitación de sus pacientes. Tuvo que sonreír de nuevo, dejar el tema en el pasado y concentrarse en lograr que episodios como esos no vuelvan a repetirse. Se convenció de que podía con eso y con cualquier cosa y no dejó que las dudas le quitaran la confianza.
Despertó primero a Liam, quién de todos, era el que peor humor tenía; le insultó de pies a cabeza mientras se ponía de pie y salía de la habitación fastidiado. Zayn en cambio fue más educado y supo manejar bien su temperamento aunque su entrecejo fruncido le delataba que se había levantado de mal humor. Niall fue quien le costó más despertar y no lo logró hasta que Zayn intervino tirando de sus pies y descubrió que Niall era demasiado supersticioso.
Al final, cuando todos se fueron, miró por un largo rato al último que le faltaba despertar.
Se acercó despacito a su cama cuando notó lo inquieto que estaba en sueños, que movía sus manos inquietamente y el ceño lo tenía fruncido.
— Louis.. Hey — le llamó suavemente, preocupado —. Louis... Despierta -susurró moviéndolo levemente, con suavidad.
Comenzaba a desesperarle que no abriera los ojos y que en cambio, estuviera moviendo más violentamente sus manos y quejándose sin parar con palabras que no llegaba a entender.
Harry suspiró mientras sacudía con algo de fuerza el cuerpo de Louis hasta que logró despertarlo. Había visto infinidades de ojos azules a lo largo de su vida, pero nunca unos tan dañados como parecían los de Louis en ese momento. No se percató de que también estaba en la habitación y Harry solo lo miró en silencio, como sus manos revisaban su cuerpo y repetía algo que tampoco llevaba a entender.
— ¿Te encuentras bien? -preguntó suave, temiendo espantarlo. Louis lo miró unos segundos, alejándose de él lo más posible.
— De maravilla -contestó de mala manera dejando en claro su mal humor y aunque quería sonar malo, le temblaba la voz como si estuviera aterrado y ya no tuviera valor.
— Solo pregunto. No te pongas a la defensiva. Si tienes este humor por las tardes, no quiero imaginarme el humor que tienes por las mañanas -bromeó, con la esperanza de así distraerlo de lo que sea que lo atormentó — Arregla tu cama -ordenó con voz calma.
