¡No me jodas, Baji! || Baji Keisuke x OC

Capítulo 27: Ganadora.

No todo el capítulo es explícito,
si deseas saltarte esa parte, dejé
los señalamientos en amarillo <3

[ BAJI ]

—Entonces hagámoslo —se acercó a mí.

[ ⚠️ inicia lo explícito ⚠️ ]

Maldita mujer... Lo que pidas y mandes. Busqué con desesperación el cierre de su vestido, el sonido que hacía al bajarlo, me indicaba que estaba por tener la mejor noche de mi maldita vida. Comencé a retirarle la prenda dejando así a la vista su lencería color negro.

Lencería color negro...

Espera...

—¿Qué significa esto? —dije emocionado señalando su conjunto.

—No te confundas, Baji —me sonrió—. Sólo me gusta verme bien en Navidad.

—¿Y no podrías mejor mentir y decirme que usaste eso para que yo lo viera? —me lamenté— Miénteme un poco.

—Tonto —ella soltó una carcajada—. No voy a ser la única sin ropa, así que quítate todo.

—Creí que te gustaba el traje —comencé a desabrochar los botones de mi camisa—, pero lo que gustes y mandes.

La chica subió a la cama y se sentó sobre sus propias piernas, definitivamente esto era mejor que en mis fantasías. Parecía una princesa... una en ropa interior que además de estar buenísima, era bastante irresistible, claro. Me retiré la camisa rápidamente y llevé la mano a mi cinturón para desabrocharlo. Ella me miraba atentamente.

—¿Ansiosa porque esté encima tuyo?

—No dejas el ego de lado jamás —se burló—, ni siquiera porque soy yo la que tiene la última palabra.

—Bastante injusto —dejé caer mis pantalones quedando así únicamente en bóxers delante suyo, luego me acerqué hasta subir a la cama.

—¿De verdad estás enamorado de mí? —preguntó mirándome.

Asentí repetidas veces.

—Qué tierno eres —soltó una risa—. No puedo creer que realmente estés enamorado.

Sus ojos brillaban bastante.

—¿Entonces puedo hacer lo que quiera contigo, torpe enamorado? —preguntó acercándose a mí.

—Más o menos —fui directo a besar su cuello.

La chica soltó una risa y me tomó por la cara para comenzar a besarme en los labios, luego bajó sus besos a mi cuello. Mierda, esta mujer... Ella está... Ella está haciendo las cosas por su cuenta. Me voy a volver loco, tengo que calmarme y no adelantarme. La sensación de tenerla en mi cuello, me erizaba la piel, de pronto pasó la lengua por ahí sin aviso. Sus manos se posaron sobre mi pecho y luego bajó una de ellas para posicionarla sobre mi erección.

—¿Te sentiste solo esas dos semanas en las que no hablamos? —preguntó en un tono sugerente mientras seguía besando mi cuello.

—¿Tú qué crees? —contesté.

Su aliento chocó contra mi piel cuando soltó una risa, después me jaló del brazo. Puso rápidamente su mano sobre mi pecho y en un empujón logró que terminara recostado sobre la cama. Colocó una pierna a cada lado de mi torso y se inclinó hasta quedar muy cerca de mi rostro.

—Te mentí hace un rato con lo de mi ropa interior, Baji —dijo mientras sonreía—, en realidad me la puse por un motivo en especial.

Maldita mujer, sería mejor que ella no me lo dijera, me volvería loco y ya no habría vuelta atrás.