¡No me jodas, Baji! || Baji Keisuke x OC

Capítulo 22: Un hombre dolido.

[ MIYAMURA ]

No quería llorar por la plática que tuvimos, pero de todas formas lo hice, soy bastante sentimental. Entré a mi cuarto directamente sólo para echarme en la cama. No podía entender por qué era tan difícil para Baji el sostener una amistad conmigo, yo lo quería bastante y ser su amiga de manera formal hubiera sido genial, pero parecía ser que él no veía eso de la misma forma. De todas maneras con lo que acaba de pasar, lo mejor será evitar interactuar.

—¿Qué está pasando? —Smiley entró a mi cuarto.

Rápidamente limpié mis lágrimas.

—No es nada —dije y tomé mi teléfono—, es sólo que alguien compartió un post triste y lo leí completo.

—¿Qué pasó, Miya? —preguntó Angry acercándose.

—O sea, hay posts que son tristes —Smiley estaba cruzado de brazos—, pero esas lágrimas son provocadas por otra cosa, te conozco. Suelta la lengua ya.

—Es verdad, te lo juro —mentí.

—No lo es —dijo Angry.

—Te estaré vigilando de cerca, Miya —habló Smiley no muy convencido.

🕷

[ BAJI ]

Ya que existe un montón de gente chismosa por acá, creí que sería prudente llevar una cuenta de los días en los que no conviviré con la diabólica mujer, así que no pierdan la cuenta, que esto va para largo.

Día 1 sin molestar a Miya:

Maldita y mil veces maldita manía de empeorar todo cuando estoy de mal humor. Me encontraba tan acelerado intentando terminar mi trabajo, que terminé cerrando los documentos por accidente. Mi cabeza era un maldito desastre desde la noche de ayer, ni siquiera pude dormir, de nuevo Miya era lo único en mi mente.

La puerta se abrió en un estrépito, era Smiley, estaba enojadísimo. Se aproximó bastante rápido hasta donde yo estaba.

—¡Me vas a escuchar! —dijo tomándome de la camisa.

—Estoy del peor de los humores, si buscas que te dé una paliza, mejor dilo directamente —fruncí el ceño.

—Nahoya, no pelees —soltó Angry jalándolo de la manga—. Miya no quisiera que lo hagas.

—¿Qué pasó con Miya ayer que volvieron de D&D? —habló el mayor ahora a centímetros de mí.

—¿Qué? ¿Tienes hambre de chisme otra vez? —le dije. Él estaba tan enojado mientras me miraba, pero yo lo estaba el doble, así que me importaba poco.

—Por supuesto —respondió rápidamente—, ahora habla.

—Preocúpate por salir de mi cuarto y arreglar tus asuntos con la chica de la tienda —lo ataqué.

—Oigan, ya basta —dijo Chifuyu mirándonos.

Logré zafarme del agarre de Smiley y los miré a todos consecutivamente, luego señalé la puerta.

—¡Fuera de mi cuarto! —les ordené.

Smiley no iba a salir, pero Angry lo jaló consigo y al final se esfumaron bastante pronto. Pasaron al menos diez minutos en los que aproveché para bajar las escaleras, pero me di cuenta de que Miya y los gemelos estaban charlando abajo, así que paré en seco para escuchar lo que estaban hablando.